— ¡Estúpido! ¡Fui a el cine y no estaban! — exclamó furiosa, pero Luck no se lo podía tomar en serio, era como si él mismo se reprendiera a si mismo y eso era extraño, totalmente imposible de tomar en serio. Ella prosiguió con sus fuertes palabras. — Luego creí que todo estaría bien, ya que luego al salir del cine los vi pasar corriendo mientras tú decías cosas extrañas que no entendí él porqué y fui trás ustedes pero los perdí de vista. — dijo eufórica y cambiando de un lado a otro frente al sillón en el que Luck ya se esta durmiendo.
— Perdón. — comentó Luck en medio de su casi sueño y sin realmente sentirlo o arrepentirse tanto así que se notó y la hermana solo enfureció más tomándolo como si se estuviera burlando de ella.
— Joseph me verá como una vulgar ¿¡Cómo se te ocurre salir corriendo de esa forma!? También le estabas tomando la mano a Joseph y por último, gritaste por la calle. ¡Eso es inapropiado y demasiado banal! ¡Impropio de mí! Sin elegancia.
— Já, bah. ¿Qué más da? Eso es basura. — siguió diciendo comentarios que no estaban socialmente aceptados por Danna. — Eres re-cerrada de mente. ¡Expande más tu mente! Ser elegante y aceptada socialmente no es tan importante.
— A ti no te importa porque siempre has sido demasiado repugnante pero a mí sí me importa. ¿Y si Joseph me ve de mala forma? Como una vulgar, una fácil y una cualquiera. — el siempremente imaginarlo la ponía histérica por dentro. — ¡Creo que voy a morir! — fingió desmayarse en el sillón pero a los dos segundos de estar acostada ahí se levantó.
— Bueno, tendrás que descubrirlo; yo iré a bañar y a dormir. Estoy cansado. — comentó intentando quitarse de encima la ropa.
Había olvidado que era el cuerpo de su hermana y ella rápidamente cubrió sus propios ojos que temporalmente (o eso esperaban ambos) eran de Luck.
— ¡No me veas! — gritó a todo pulmón con una voz chillona insoportable.
— Perdón, lo había olvidado, no era mi intención en absoluto ¿O.K? — explicó de forma rápida y corta.
Danna suspiró y quería que la tierra se la tragase ¡Es demasiado! — Bien, tú usa la cinta para tapar tus ojos y yo limpiaré mi propio cuerpo. — explicó ella con la cara llena de vergüenza, más bien con la cara de Luck llena de vergüenza.
Luck no tuvo otra opción. Tampoco le hacía gracia tener que ver, tocar y bañar el cuerpo de su hermana desnudo, a decir verdad, le daba incluso asco.
Su hermana hizo todo, desde desvestirse hasta bañarse y volverse a vestir. Al final de todo eso solo Luck se atrevió a decir algo en el ambiente incómodo que se había formado:
— ¡Eso fue horrible! — exclamó Luck al borde del asco. Odiaba haber sentido todo lo sintió al rededor del cuerpo de su hermana.
— Para mí más. — objeto Danna. — Sobre todo porque no dejabas de hacer ruidos raros, imbécil.
Se sintió ofendido y dio a notarlo. — ¿Ruidos raros? Si fue tu culpa, no debías tocar zonas que para ti fueran sensibles. — luego de decir eso se fue a dormir no sin antes quejarse en silencio para si mismo. — Já, 'ruidos raros' dice.
Quedó en un profundo sueño que no duró más de una hora como hubiéra deseado; ya que los saltos repentinos de su hermana lo despertaron de forma precipitada.
Este enfureció al instante al ver a su hermana tan hiperactiva; era fastidioso. — ¡¿Qué mierda haces?! Bájate, estúpida.
— Es que estoy feliz. — respondió muy agitada y no era para menos, llevaba poco más de media hora saltando como una loca por toda la casa.
— No seas ridícula y dejame dormir. — ordenó demasiado malhumorado, ella cedió sin decir nada y fue a su cuarto a saltar encima de su cama sola.
Trató de dormir pero era imposible, no podía ni aunque lo intentara y además, decirle eso a su hermana le dejó mal sabor de boca. Ella parecía realmente entusiasmada por ello, no tuvo más remedio y fue al cuarto de ella.
— ¿Qué pasó? ¿Qué es tan importante como para despertarme tan salvajemente de mi dulce y adorable sueño de belleza? — le preguntó lo más indiferente posible.
— ¿En serio quieres saber? — preguntó bastante animada y de forma innecesaria pues sea la respuesta que sea ella lo contaría igual.
Luck suspiro. — No tengo nada que hacer y ya no puedo dormir por tu culpa.
Ella lo tomó como un: «Obvio que sí me interesa» y se dispuso a contarlo. — ¡Joseph me pidió que saliéramos! ¡Somos novios! ¡No puedo creer que sea novia de alguien tan guapo! ¡Voy a llorar! ¡Él es tan lindo! ¡Creo que lo amo! — a este punto Luck ya se encontraba bastante arrepentido de preguntarle a su hermana sobre eso, iba ser extenso y él odia las conversaciones demasiado largas de un tema tan trivial como lo era justamente ese.
— Qué aburrimiento. — susurro y aunque la cara de Luck era de absoluto desinterés a Danna no le importó y siguió contando con la misma energía:
Ella gritó y esto hizo despertar a Luck por completo quien estaba volviendo a conciliae el sueño. — La zorra de Roxan me envidiará cuando sepa que yo, Danna Steffany Brown Viteri está con Joseph Moon el chico más guapo del colegio ¡OMG! ¡Ya quiero entrar al colegio y ver la cara de esa estúpida cuando me vea entrar con Joseph de la mano! — ella lo imaginó mientras lo contaba con una voz chillona y masculina. No pudo evitar gritar a los cuatro vientos de la emoción.
De un momento a otro se calló y se puso muy seria.
— ¿Qué pas-? — se vio rápidamente interrumpido por Danna.
— ¡Esto está mal! ¡Muy mal! — Gritó de la nada asustando a Luck todavía más.
— ¡Ya no grites! Pareces loca y además me da mucha pena verte hacer todo esto con mi cuerpo. — exclamó Luck molesto unido en su desinterés.
— ¡¿Y si no volvemos a la normalidad pronto?! — esto también asustó a Luck, ya que aparentemente ambos habían olvidado donde se encontraban.
— ¿A qué te refieres? — preguntó solo para cerciorarse de lo que estaba imaginando.
— ¡Sí, exacto! Si no volvemos a la normalidad; entonces serás tú quien tenga que hacer esas cosas de novios y no puedes negarte. — el rostro de ambos se puso pálido.
No tardó en reprocharle. — ¿No podías esperar hasta que volviéramos a la normalidad?
— Se me olvido que estoy en tu cuerpo, por otro lado era una oportunidad única ¡simplemente irrepetible! — se excusó y él no pudo decir nada ni reprocharle puesto que también lo había olvidado por momentos.
Aún así:
— ¡ME NIEGO!
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