CAPITULO 5

Poniendo el anillo en el sobre del hotel, Fei escribió una carta pidiendo conocer al Príncipe. Luego bajó a la recepción para preguntar cómo podía entregar este mensaje lo más rápido posible. La recepcionista la miró fijamente, en silencio.

¿Una carta al príncipe Tariq? Murmuró, mirando la nota que decía: SECRETO. Ella asintió, tratando de parecer confiada. Uno de nuestros conductores la llevará allí, Sra. Lawson.

Al regresar a su habitación, Fei se duchó y se cambió de ropa. Segundos después, alguien llamó a la puerta. Percy. Decidiendo ignorarlo, se sentó en la cama, pero su padrastro comenzó a golpear como si quisiera romper la puerta y obligó a Fei a dejarlo pasar.

"Llama a Tariq de inmediato", dijo Percy, con la voz llena de alcohol. Estoy seguro de que estaría feliz de verte arrojándote a sus pies. Y si eso no es suficiente para satisfacer al príncipe, dile que puedes decirle a los papeles que estás casado y divorciarte de él en un día. Fei lo miró con pánico.

"¿De verdad crees que esta amenaza absurda hará que el Príncipe libere a Adrian?" - Mira, tal vez calculé mal con Tariq el año pasado, pero ahora lo conozco bien. Todo ese entrenamiento militar lo ha convertido en un rudo, pero también es un caballero y se enorgullece de serlo. Así que primero mírala con una cara triste... Percy miró su blusa azul y su cabello revuelto, con una cara triste pero más arreglada.

Llamar a la puerta fue una interrupción bienvenida. Fue el gerente del hotel quien les hizo una reverencia como si de repente se hubieran convertido en su cliente más importante.

Ha llegado una limusina para llevarla al palacio, señorita Lawson. Fei tragó saliva. No esperaba una respuesta tan rápida. Estaré abajo en cinco minutos.

"¿Por qué no me dijiste que llamaste al príncipe?" preguntó Percy, sorprendido.

Faye quería escapar de la incómoda compañía de su padrastro, así que subió al ascensor y se metió en una limusina. Se dijo a sí mismo que tenía que cambiar de opinión. Vivió en una casa de campo la mayor parte de su vida, salía muy poco y se comunicaba con su madre con frecuencia. Percy se casó con ella cuando Faye tenía cinco años. Sarah Lawson está discapacitada por el mismo accidente en el que murió su padre, está atada a una silla de ruedas y es una mujer muy solitaria. Pero también es una viuda rica. Después de la boda, Percy siguió viviendo en su apartamento de Londres y dijo que tenía mucho trabajo y que solo pasaba unos fines de semana con su nueva familia. Faye nunca fue a la escuela como los otros niños. Ella y su hermano fueron criados por su madre, pero cuando Adrian venció la leucemia, Percy convenció a su madre de que debería estudiar con los otros niños de su edad. A la edad de once años, Faye reunió el coraje para decirle a su padrastro que ella también quería ir a la universidad.