El accidente

Gray llama a declarar al contador Manuel Ávila. ¿Qué hace él aquí? No me notificaron que él sea un testigo de interés.

Veo cómo dos guardias ayudan a subir al estrado al contador. Él va en su silla de ruedas.

-Señor Manuel, era usted el encargado del área de finanzas en la compañía Serrato, pero hace poco tuvo que jubilarse por incapacidad. ¿Qué fue lo que le pasó?

-Tuve un accidente automovilístico el cual me envió al hospital con múltiples fracturas, siendo la fractura de columna la que me dejó en silla de ruedas.

-Cuéntenos qué sucedió el día del accidente.

-Esa mañana, cómo siempre, llegué muy temprano a la compañía. Siempre llegaba antes de la hora para ordenar el trabajo del día. Recuerdo muy bien que el señor Serrato en persona entró a mi oficina para pedirme que revisara unos cheques que le habían llevado a firmar, pero que él noto que estaba dirigidos a empresas fantasmas. Me pidió que los revisara personalmente y que no se lo contara a nadie más.

-¿Qué pasó después de eso?

- Empecé a llamar a las empresas de los cheques y no respondían, también traté de localizarlas pero fue en vano, así que llamé a Solentino a mi oficina para que me explicara por qué había ordenado el pago a esas empresas, qué productos nos vendieron y que me mostrara el inventario de la compañía para comprobarlo.

- ¿Le dijo que sospechaba de un fraude?

-Si se refiere a que yo sabía que las empresas eran fantasmas, no le dije. Seguí las órdenes de mi jefe. Sólo le pedí una explicación.

-¿Qué explicaciones le dió el señor Solentino?

-Me dijo que estaba todo en orden, que de inmediato le pediría a su secretaria el inventario para mostrarmelos.

-¿Le llevó los inventarios?

-No tuve tiempo de comprobar que existían. Una hora después de hablar con Solentino me entró una llamada de que mi esposa había tenido un accidente en carretera, así que me apresuré a salir de la compañía para ir a buscarla. Lo próximo que recuerdo es haber despertado en el hospital.

-¿Sabe por qué ocurrió accidente?

-Los oficiales me dijeron que mi vehículo tenía unos cables cortados.

-Señor Ávila, además de su claro problema para caminar, ¿Hubo algún otro motivo para pedir su jubilación? yo le veo muy competente para seguir trabando en su área.

-Me dió miedo seguir investigando el fraude. Es evidente que alguien atentó contra mi vida, no iba a regresar para permitirles terminar lo que empezaron. Además, después de mi accidente el cuñado de Solentino ocupó mi lugar rápidamente.

-Para terminar, señor Ávila, ¿nos podría decir cuándo sucedió su accidente?

-En mayo de este año.

-Muchas gracias, señor Ávila. Es todo.

No podía creer lo que estaba escuchando, además del fraude, también estaban inculpado a mi cliente de intento de homicidio.

Gray llama a otro testigo más.

-Le pido a la señorita Susana Pagano que me acompañe al estrado.

-Susana, tú eras la secretaria del señor Solentino. ¿Cómo era tu jefe?

Susana mira a Solentino y luego baja la mirada.

-Era normal. Dice tímidamente.

-Susana, te pido que sólo me veas a mí para responder. ¿Solentino era un buen jefe? ¿Te trataba con respeto? recuerda que estás bajo juramento.

De repente Susana empezó a llorar.

-Licenciado Gray, no puedo hacer esto.

-Sí puedes, Susana. En tus manos está defender a otras mujeres para que no les haga lo mismo.

-El señor Solentino intentó abusar de mí en varias ocasiones.

Se oyen voces de asombro en toda la sala.

Estoy impactada. No puedo defender a un ser tan miserable como Solentino. Logré maquillar las evidencias que iba a presentar para hacerlo inocente, pero no puedo ni quiero presentarlas ahora.

Gray se dirige al Juez

-Su señoría, pido disculpas pero voy a retirar a la señorita del interrogatorio. No se encuentra en condiciones de seguir.

Gray presenta al jurado los cheques con las compañías fantasmas, también los cheques con grandes sumas dirigidos a Solentino y Villela.

Siento que alguien toca mi hombro por detrás

-¿Qué estás esperando para presentar nuestras evidencias?

José aprieta más mi hombro, claramente ha perdido la paciencia. Ve que cada vez tenemos menos oportunidad de ganar.

Paso al frente, es mi turno de defender.

- Señoría, apreciable jurado y público en general. Este día están tratando de dañar a mi cliente, lo acusan de fraude con evidencias engañosas, es por eso que pido al señor Solentino pasar al estrado para que nos cuente su verdad.

Estoy que me muero del enojo, ya no quiero defender a este tipo, pero mi ética profesional me dice que tengo que cumplir con mi trabajo, pero sólo haré que se hunda más. No pienso defenderlo con pruebas falsas.

-Señor Solentino, ¿Cuánto tiempo lleva trabajando en la compañía Serrato?

-diez años- Responde con superioridad.

-¿En esos diez años había tenido algún problema con su desempeño profesional?

-Puede pregúntale a todos en la compañía y le aseguro que nadie tiene queja de mí en esos años.

-Entonces ¿La señorita Susana miente? Usted nunca tuvo alguna relación sentimental con ella?

-Tuvimos una relación consensuada, pero ahora resulta que lo olvidó. Claramente miente, yo nunca intenté abusar de ella.

-¿Cuánto tiempo duró su relación consensuada?

Solentino no esperaba esa pregunta, empezó a balbucear.

-Emm, bueno, la verdad no lo recuerdo muy bien.

-¿No lo recuerda? bueno, ¿tiene alguna prueba de esa relación?

-Yo, yo. Yo no tengo pruebas, pero no abusé de ella nunca.

-No existe alguna fotografía, restaurante o salida al cine que pueda probar su relación consensuada?

Noto cómo Solentino voltea a ver a José en busca de ayuda, pero yo me siento más segura que nunca.

-Señor Solentino, ¿sabe por qué se jubiló el contador Manuel?

- Porque tuvo un accidente en su coche.

-Sabe usted cómo sucedió ese accidente.

- ¿Por qué debería saberlo? ¿Me está acusando de algo?

-Para nada, señor Solentino. Sólo quiero probar su inocencia. Recuerde que soy su abogada defensora.

Volteo rápidamente hacia atrás y José me está viendo con la mirada. Gael sólo asiente, eso me da seguridad, pero lo que no esperaba ver es la cara de asombro de Gray.

Regreso mi vista al señor Solentino.

-Señor, dígame lo que sabe del accidente. Cree que alguien lo haya querido inculpar a usted del accidente?

-Y por qué me querrían inculpar a mí? yo no hice nada, yo no sé nada.

-Lo digo porque Ávila estaba investigando unos cheques que usted ordenó firmar.

-Eso no tiene nada qué ver conmigo, yo no le corté los frenos a su carro.

El público se quedó mudo, el juez abrió la mirada, de repente escuché un portazo en la sala, ese fue José al salir bruscamente.

-Eso es todo señoría- Vuelvo ai lugar a sentar.

Ahora todo se lo dejo a Gray.

-Señor Solentino, ¿Cómo sabe que fueron cortados los frenos del señor Ávila? Esa información nunca fue revelada.

Gray y yo intercambiamos miradas rápidas. Sus ojos me miran diferente, creo que veo amabilidad en ellos.

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