Al otro día, me levanté muy temprano a preparar todo, así llego temprano a recogerlas .
Pedí dos ramos de flores, unas margaritas para la señora Elizabeth y rosas blancas para Julia.
Baje al vestíbulo y le pedí al valet mi auto, miro el reloj impaciente hasta que llegó. El muchacho hace entrega de mis llaves y salgo a toda marcha a casa de mi Ángel.
Me demoré un poco por el tránsito así que llegué más o menos a veinte minutos para las ocho.
Baje del auto y voy directo a su puerta, salió la señora Elizabeth a recibirme, así que con mi sonrisa más genuina la salude y le entregué las flores para ella.
-Muchas gracias, hijo. Pasa, por favor. Ya mi nieta me dijo que has insistido mucho en acompañarnos.
-Lamento eso, señora. Pero si, deseaba poder hacerlo, además de ofrecerle mi más sincera ayuda. Quiero poder ayudarlas lo más que pueda, sin ofender.
-Me ofendería en otras circunstancias, pero veo algo en tus ojos, se que eres sincero y me gustaría poder hablar a solas contigo en algún momento.
-Por supuesto que sí, creo que debemos hacerlo.
-Bien, luego hablamos, mi nieta está bajando.
Acordamos luego hablar sobre la situación, así que dejo todo en manos del universo, espero que la señora Elizabeth me dé su visto bueno para poder estar más cerca de ellas.
La veo bajar por las escaleras, tiene unos jeans negros con una blusa color vino, unas Adidas urban de color rosa y una chaqueta de jeans verde militar, ningún color combina con ninguno, pero a ella le queda perfectamente. Veo a sus risos rubios rebotar mientras baja a los saltitos. Sonreí.
-Buenos días, Tom.
-Buendía, princesa.
/Beso su mejilla y le entregó las rosas que con mucho cariño le compré./
-Son hermosas, gracias.
/Se va a lo que creo que es la cocina y vuelve con un jarrón colocando las rosas y margaritas en la mesita ratona/
-Estan hermosas, no lo crees, abue?
-Si, cariño. Pero vamos que llegaremos tarde.
Subimos a mi coche y nos fuimos al hospital, me coloqué una gorra negra y gafas Ray Ban, verde aviador.
Llegamos al hospital y se registra, subimos al sexto piso y esperamos a su oncólogo.
Un hombre de mediana edad, alto y fornido, ojos grises, tez blanca y cabello castaño.
-Buenos días, parece que hay un acompañante hoy. Eso es muy bueno, Logan MacAlister, oncólogo de Julia.
-Tom Evans, amigo de la familia.
-Creo saber quién es, pero a lo que vinimos, vamos.
Como te has sentido, pequeña?
/El trato que tiene con Julia es demasiado cariñoso para mí gusto. En este momento no puedo expresar nada, se lo dejaré pasar. Por ahora/
-Bien, eso es muy bueno, pero sabes que el tratamiento aún no termina, así que si los glóbulos rojos aún están bajos, tendremos que seguir con la transfusión de plaquetas y quimo, si?
-Lo sé, lo entiendo doctor. Ya puedo irme?
/En sus ojos hay tristeza, agarro sus manos un las mías y las mantengo firmes, haciéndole saber que no estará sola./
-Si, yo charlo con tu abuela.
Así que salimos del consultorio y ella se sentó en las sillas de la sala de espera y se quedó en silencio, yo me senté a su lado, colocando mi brazo al rededor de sus hombros mientras ella apoya su cabeza en mi hombro y llora.
La dejo que se desahogue, se que es difícil pasar por tanto, ellas están sola, pero ya no más, hablaré muy seriamente con Elizabeth.
-Se que es difícil, princesa, pero sé fuerte. Si? Sé fuerte, por tu abuela, por ti.
-Me voy a morir.
-No. No lo digas, si hay alguna manera...
-No lo entiende? Me voy a morir ...
-Eso no pasará, buscaremos a los mejores oncólogos del mundo y el mejor tratamiento posible para que se trate tu enfermedad, solo ten fe.
Su abuela sale con los ojos llorosos y salimos del hospital, subimos a mi auto y el ambiente es muy tenso.
-Vamos a casa, aún no has desayunado.
Así que me dirijo a su casa, nadie habla, nadie hace nada más que estar sumergidos en sus pensamientos, llegamos y bajamos del auto y entramos a su casa. Su abuela hace el desayuno y nosotros nos sentamos en la mesa de la cocina, mientras la señora Elizabeth, sirve el desayuno.
-Cariño, debemos volver mañana, recibirás quimio nuevamente y esta vez será un poco más fuerte que el anterior, ya que ...
/Ella llora desconsolada, mientras su abuela la abraza, Dios!!! No sé qué hacer./
-Estaras bien, mi amor, lo prometo
- Y si esta vez si se me cae el cabello?
- No lo creo, si será más invasivo, pero eso será paulatino.
-Por qué? Por que tanto sufrimiento?
-Porque eres una guerrera, sabes, si Dios te impuso esta prueba es porque puedes superarla. No pierdas la fe mi niña, no lo hagas.
Lloran ambas abrazadas, esto me mata por dentro, mis ojos pican y no puedo evitarlo, Julia se separa de su abuela y sube las escaleras corriendo, dejándonos a nosotros ahí, parados en medio de la cocina. Dirijo mi mirada a la señora Elizabeth y me dice.
-No sé que hacer. Ya no tengo fuerzas para seguir luchando.
-Señora, no se rinda usted tampoco.
-Y si sus órganos se inflaman? Y si hace metástasis en su médula? Los glóbulos rojos están bajos, y por su tipo de sangre no encontramos donantes? No sé que hacer.
- Señora, se que usted recién me conoce, no sabe nada de mi, ni siquiera sabe con que intenciones vengo.
-Si lo se, te interesa mi nieta. Yo soy vieja, y bien dicen que el diablo sabe más por viejo que por diablo. Y también veo que tus intenciones son buenas, solo te pediré que vayas despacio con ella, ya ve que no se nos está haciendo fácil.
Asentí con mi cabeza, se que, lo que siento por ella es tan real, como que el agua moja, no tengo otras intenciones más que cuidarla, darle mi apoyo y si Dios me ayuda, el amor que tengo guardado en mi pecho, que crece día a día.
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Comments
Inirida Contreras
me fascina la historia
2022-10-23
3
Lisbeth Valbuena
😔 tengo el corazón arrugadito 😞
2022-08-10
2
María Melaida Torres Torres
al principio se lee qué es una historia muy bonita... y triste por la enfermedad de la chica, 😊😔
2022-08-04
2