Sábado 4:30 a.m. me he levantado puntual para la hora de mi café, uno que ha estado listo en unos minutos, aunque no soy amante de esta bebida, me trae recuerdos y fue por eso que lo hice algo habitual al llegar aquí.
Luego de disfrutar mi café me arreglé rápidamente, en menos de media hora estaba lista para irme a la pastelería a buscar la camioneta, y todo lo que debo llevar a aquel lugar, donde hoy tendrá Sweet Mile&Lucas 🧁 un día importante.
Es la primera empresa en contratarnos, casi todos mis clientes son familias que desean hacer de su día especial al escogernos para brindarles nuestros servicios. Pero hoy es diferente, entonces debemos dejar nuestro nombre familiar en alto, Lucas duerme como debe ser, lo beso en la frente y me marcho no sin antes pedirle a Dios que me diera su bendición para que me fuera bien este día.
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Media hora después de salir de la pastelería hemos llegado al lugar donde nos habían contratado, era en un edificio, algo bastante imponente a la vista, además tenía varios pisos, gracias a Dios tienen ascensor porque subir todo esto por las escaleras sería una tortura.
Cuando la mujer con la que hablé me contrató, me dijo que todo el mobiliario estaba a nuestra disposición, aunque nosotros ofrecemos el servicio completo, es el cliente quien decide que paquete quiere, en este caso solo pidieron el menú ofrecido para este evento, el cual ya hemos comenzado a ordenar; pasado un rato estaba todo listo en sus mesas y a disposición para los invitados, ahora solo me quedaba ir a cambiarme, y para eso he pedido prestada una de las oficinas.
Cuando estoy comenzando a cambiarme, escuché ruidos, era como si alguien hubiera abierto una puerta, automáticamente me giré para ver si había alguien, pero no se veía nada, entonces seguí quitándome la ropa para colocarme mi uniforme. El cual se compone de un pantalón negro ceñido al cuerpo, muy ceñido, una blusa hasta el cuello con un pequeño escote en la parte de atrás y unas botas negras largas. Luego de vestirme, me recogí mi cabello lo más alto que pude, me quedo como una cola de caballo, me maquillé y me miré al espejo que tenía mi polvo compacto, además me di ánimos antes de salir. —¡Mile! Quédate tranquila que te ves hermosa, ahora a dejar en alto nuestro nombre Sweet Mile&Lucas. 🧁
Al salir al gran salón revisé que todo estuviera bien y lo estaba, entonces hice mi trabajo con tranquilidad, quizás porque me sentía a gusto con el lugar. Un rato después estaba hablando con Camile y sin darnos cuenta ya había pasado la mitad del evento, me aparté un poco de ella y justo en ese instante hablé con el personal por los manos libres para asegurarme que todo estuviera marchando bien. Después de eso me tomé un tiempo para llamar a casa, quería saber si las cosas estaban bien por allá.
Camine un poco hasta salir del salón donde había mucho ruido para hacer la llamada. Hablé primero con la Sra. Nany quien me dijo que veían una película en Disney, luego hablé con mi hijo Lucas, quien me ha dicho que me extrañaba, y yo también le dije lo mismo, pero solo hablamos por unos minutos porque debía seguir coordinando todo. Al terminar de hablar a casa, he guardado mi móvil y cuando me dirigía de nuevo al salón me he dado cuenta de que en la puerta estaba el hombre de la pastelería. Me impacté al verlo, mi mente no entendía que hacía el aquí.
—Hola, ¡Mile! Acaso ¿Vas siempre a tus eventos de esa manera? —me estaba comiendo con la mirada, además me incomodaba, incluso me ponía nerviosa, aunque esto es algo que me pasa cada vez que él entra por la puerta de la pastelería.
—¿Disculpé? —le dije, porque no entendía la pregunta, y mucho menos el tono de la misma.
—¡Así! —ha señalado todo mi cuerpo—. ¡Vestida tan sexy! —sonreía endemoniadamente mientras me devoraba con su mirada. La verdad que él es un imbécil, pero uno que llama mi atención.
—¡Este es mi uniforme para eventos! Desde hace un año, Sr. —exclamé seriamente.
—¿Sabes? Hay algo en ti qué te hace aún más sexy. ¡El hecho de que tengas un tatuaje en tus caderas! Me pareció ver ¿Una flor? O tal vez no lo vi bien, realmente estaba algo oscuro. —se reía pícaramente mientras lo decía.
De repente empezó a caminar a mi alrededor, poniéndome más nerviosa de lo que ya estaba. ¡El muy imbécil! Me había visto mientras me cambiaba, además es un sucio y un poco hombre. Lo miré de reojo mientras abría y cerraba mis manos a cada lado de mi cuerpo.
—¡Entonces era usted! —exclamé.
—¿Qué cosa, era yo? —me respondió parándose frente a mí.
—¡La persona que hizo ruidos cuando me estaba cambiando! —exclamé—. Usted tiene claro ¿Qué es un abusador? —ambos nos mirábamos—. ¡Eso es algo impropio! Además de una falta de respeto. —me hervía la sangre de una manera difícil de explicar, además quería darle una bofetada.
Pensaba muchas cosas mientras lo miraba y mi respiración se agitaba, entonces lo miré fijamente a los ojos antes de girarme sobre mis talones para salir de aquella oficina, pero antes de llegar a la puerta aquel hombre me ha tomado del brazo impidiendo con ello que me moviera.
—¡Tengo un año viéndote día tras día en la pastelería! —exclamó él, junto a una mirada que se fijaba en la mía.
¡Entonces él sí me miraba! Pensé, pero no dije nada porque me perdí en aquella frase que me acababa de decir.
—¡No entiendo por qué dices que eso es una falta de respeto! —exclamó muy cerca de mí—. Digamos que es: ¡Admiración! —acercó su rostro al mío al decir esa última palabra.
Su manera de mirarme me asustaba, además estaba demasiado cerca. De repente se le han formado dos hoyuelos con aquella sonrisa que me cautivaba, una que tenía últimamente al entrar a la pastelería. Acaso ¿Me estaba hipnotizando? Estaba muy nerviosa, y mi cerebro no ayudaba, quizás porque me mandaba las señales equivocadas en el momento menos indicado.
—¡Sé perfectamente quién es usted! —exclamé mirándolo a los ojos—. también observo a mis clientes, solo que no me pongo a espiarlos mientras estos se cambian. —mi pecho subía y bajaba, quizás porque estaba muy molesta y nerviosa al mismo tiempo.
—¡Lo que sucedió fue un accidente! —exclamó—. creo que debo explicarte algo antes de que me sigas colocando etiquetas. Resulta que tú estás en mi empresa y mi casa a la vez, en esa puerta —la ha señalado con su dedo índice—. está la entrada a mi hogar desde hace unos cuantos años y fue en esa oficina donde tú te cambiaste, entonces no es mi culpa, ¡Realmente es tuya! —en eso último tenía razón porque yo solo entré y me cambié sin revisar el lugar antes, pero eso no le daba derecho a mirarme.
Sonreía sin dejar de mirarme, además estaba tan cerca que su aliento recorría algo más que mis labios en este momento.
—¡Me disculparía con usted! Pero no lo haré porque eso no le daba derecho a quedarse callado, y menos a mirarme mientras me cambiaba. —tenía tanta rabia que mi cuerpo temblaba.
Realmente quería que me soltara, pero también que me besara. Él es tan guapo que se robaría los suspiros de muchas, aunque es un imbécil, uno que me tenía demasiado nerviosa.
—¡En eso tienes razón! Por cierto, me llamo Alfred. —extendió su mano para presentarse y justo en ese momento me ha soltado apartándose un poco de mí, entonces lo mire por última vez y me escapé sin decirle ni una sola palabra, dejándolo con la mano extendida, eso ha hecho que se moleste, me he dado cuenta por el golpe que le ha dado a la pared.
Cuando estoy entrando nuevamente al salón, mi cintura es atrapada por un brazo fuerte, uno que me ha arrastrado hasta las escaleras, mientras yo intentaba soltarme.
—¡¿Qué le pasa?! ¡Suélteme! ¿Qué quiere? —forcejeaba con él, mientras estaba presa del miedo.
—¡¡A Ti!! Tan sencillo como eso—. me ha respondido.
Y yo no entendía qué era lo que le pasaba a este hombre conmigo, acaso ¿Era obsesión? Me ha empujado contra la pared. En este momento mi cuerpo, uno que era bastante pequeño, estaba atrapado entre el suyo y mis miedos.
—No sé qué es lo que veo en ti. ¡Que me atrae tanto! —estaba aún milímetro de mis labios cuando su aliento al decir aquellas palabras calentaba los míos, me ponía nerviosa y me asustaba a la vez.
¡Aquella puerta de las escaleras ha sonado! … Se ha escuchado un ruido proveniente de la puerta cuando él estaba a punto de besarme. Realmente me tenía acorralada, entonces aquella puerta se abrió revelando a una mujer muy elegante, una que era bastante alta, con un traje muy ceñido al cuerpo, que además tenía una abertura en su pierna izquierda, sus labios estaban más rojos que la sangre.
En ese momento ambos nos hemos quedado quietos; yo dejé de luchar por soltarme y él de insistir para robarme aquel beso. La mujer nos miraba fijamente, a mí con desprecio, eso fue algo que no comprendí. Luego se acercó a nosotros y antes de emitir alguna palabra, lo miró fijamente.
—¿Qué haces aquí? Además, ¿Quién es ella? —esbozó por su boca como cuál víbora, porque realmente eso parece, entonces la miré y respondí.
—¡Realmente nadie! Con permiso. —exclamé mirándola fijamente a ella, pero antes de poder huir del lugar él me ha sujetado del brazo nuevamente y se acercó a mi oído.
—No ha terminado, aún me debes ese beso. —su aliento era caliente, cerré mis ojos y me solté para luego salir del lugar lo más rápido posible, realmente no me interesaba quedarme junto a ellos en este preciso momento, pero me fue imposible no girarme para verlo y menos no escuchar su discusión.
—Alfred ¿Qué hacías tú con esa mujercita? —cruzando sus brazos ante él, ella se refirió a mí, justo a mí, de esa manera tan déspota.
—¡Creo que deje de darte explicaciones desde hace 5 años cuando nos divorciamos! —exclamó molesto—. ¿Es que acaso no lo recuerdas? Mejor dame permiso que debo regresar a la fiesta.
Luego de escuchar parte de su discusión y comprender que ellos eran pareja, he regresado al salón, y me acerque a los chicos para ayudar. Cuando me vuelvo a girar estaba él, al otro lado observándome. Ella también estaba en el salón, incluso se le notaba lo furiosa que estaba, me sentí incómoda por la manera en la que ambos me miraban, uno con deseo y ella con rabia.
Había pasado un buen rato, y ya era hora de comenzar a recoger las cosas para marcharnos y así dar por terminada nuestra jornada de trabajo. Los invitados se habían retirado casi todos, entonces me reuní con mi equipo para darles instrucciones.
—Bueno chicos, por hoy hemos terminado, debo agradecerles porque todo ha salido perfecto, como siempre. ¡Muchas gracias! Por todo su esfuerzo y su apoyo, saben que lo aprecio enormemente, ahora recojamos aquí para que podamos irnos. —fueron mis palabras antes de empezar a acomodar todo. Estaba agotada al igual que todos ellos.
—¡Necesito las llaves de la camioneta para guardar las cosas! Creo que las dejé junto a las de la casa. —he mirado a mi mano derecha desde hace casi un año—. ¡Camile! ¿Puedes hacerme el favor de ir por mis cosas? Están en la oficina principal donde me cambié. —le he pedido el favor de que las buscara por mí, quizás porque no quería regresar a aquel lugar y mucho menos encontrarme con ninguno de los dos.
Pasados unos minutos…
—Sra. ¡Mile! Revisé en varias oficinas y no conseguí su maletín, y tampoco su cartera, ¿Usted está segura de que los dejó en aquel lugar? —fue su pregunta, entonces me he quedado mirándola mientras recordaba uno a uno mis pasos, y sí, estoy segura de que fue ahí donde dejé mis cosas.
—¡Claro! En aquella oficina dejé todo porque fue donde me cambié, mejor hazme el favor de terminar con esto, mientras voy a buscar las cosas. ¡Gracias! Camile. —le entregué lo que tenía en mis manos antes de salir y dirigirme a las oficinas.
Al entrar me he dado cuenta de que efectivamente no había nada, y que además Camile tenía razón, entonces me he quedado pensando por unos segundos hasta que mi mente hizo un clic. (justo en ese momento puse mis ojos en blanco). Ahora que lo pienso de seguro fue él quien las escondió, incluso pudo ser ella, aunque estoy 100% segura de que fue él. Me di la vuelta para salir de la oficina, total no tenía nada más que hacer en este sitio.
Estaba molesta, quizás porque no me gustaba el juego, o tal vez porque dentro de mi cartera estaban las llaves de la casa. Sé que podía molestar a la Sra. Nany para que me abriera, pero no era la idea, además quién era él, para hacerme estas cosas. Al regresar donde estaban todos les dije:
—Guardemos todo, pidamos un taxi para que uno de los muchachos busque la copia de las llaves en la pastelería, ¡Espero que estén allá y no en casa! —exclamé suspirando—. luego los llevaré a todos a sus casas. —pero no era tan sencillo, algo más pasaba por la manera en la que Camile me miraba.
—Sra. ¡Mile! No tenemos una llave para entrar en la pastelería porque esa llave también la tenía usted, junto a la de la camioneta y a la de su casa. —no podía ser posible, se me había olvidado por completo, que al llegar aquí había guardado todas las llaves en mi cartera para evitar que se perdieran.
Cuando lo recordé me dio rabia, me giré para regresar a aquella oficina, aunque no deseo verlo, no había nada más que pudiera hacer en este momento.
Mientras caminaba de regreso se me salieron unas cuantas palabras, estaba cansada y además deseaba llegar a casa pronto.
—Demonios, ¿Dónde estará este hombre? Diablos ¿Por qué me tienen que pasar estás cosas a mí? —tenía mucha frustración, quizás demasiada por mi cansancio y todo lo que estaba pasando.
—Acaso usted está Hablando sola ¿Srta.? —me ha preguntado la persona a la que quería ver y a la vez no, entonces me giré para encontrarlo sonriendo. Él es un hombre atractivo, es algo que no puedo negar, pero justo ahora lo odio.
—¡Con usted quería hablar! Por favor devuélvame mi cartera, y además mi maletín. —le dije con autoridad cruzando mis brazos sobre mi pecho.
—¿Los quieres? Cena conmigo. —me ha dicho, me dio rabia porque me estaba chantajeando.
Estaba tan cerca que podía oler su maldad, junto a su aroma intenso, a hombre elegante y además atractivo.
—¡Por favor! Solo entréguemelo, mire que debo dejar las cosas en la pastelería y llevar al personal a sus casas, además todos estamos cansados. —trataba de apelar a su lado humano, pero al parecer él carecía de eso.
—¡Ya te dije que cenes conmigo a cambio de esto! —me ha enseñado mis cosas, las cuales tenía en sus manos—. es mi única oferta y no haré otro trato contigo, estaré en mi departamento, por si decides cambiar de opinión y aceptar mi invitación. —se dio la media vuelta, para entrar en aquel lugar con mis cosas, unas que deseaba de regreso y él quería hacerme caer con ellas en su trampa.
Tenía tanta rabia que quería llorar. Este hombre me estaba sacando de mis casillas, no sabía qué hacer, mirando fijamente la oficina, respiré profundo, tratando de calmarme, antes de entrar nuevamente para reclamar aquello que me pertenece, además él no tiene ningún derecho de quitarme mis cosas y menos a obligarme a hacer algo que no deseo. Al entrar lo miré con rabia antes de dirigirle la palabra.
—¡Por favor! Se lo suplico, devuélvame mis cosas que debo irme, en casa me esperan, además está tarde, y mi trabajo terminó. —le imploraba, humillándome para tratar de obtener algo que era mío.
—Cena conmigo mañana a las 8:00 y te devuelvo todo en la cena, puedes dejar las cosas aquí y tu personal puede irse con uno de mis choferes, así se resuelve tu problema. —era un sínico, sonreía jodidamente sexy, mi molestia aumentaba con su sonrisa, cerré mis ojos un segundo y mis puños los apreté a cada lado de mi cuerpo antes de responder a su estupidez.
—¿Qué es lo que usted quiere de mí? —le pregunté—.
—Ya te lo dije: ¡Que cenes conmigo! —me respondió.
—¡Tengo un hijo! Y es por eso que debo llegar a casa, aunque a usted no le importa, resulta que él me espera, además no lo he visto en todo el día y usted pretende que yo haga las cosas a su manera. Me tiene aquí haciéndome perder mi tiempo, uno que es valioso para mí. —realmente estaba muy molesta, pero él parecía no entender mi situación.
De repente su rostro cambió, y algo pasó porque de la nada me ha entregado todo, se giró en su silla mirando a la ventana antes de hablarme de nuevo.
—¡Te puedes marchar! Olvida lo de la cena, además espero que no volvamos a vernos jamás. Te pido disculpas por mi comportamiento. —no le veía el rostro, pero si escuchaba claramente el tono de su voz, aunque no entendía su actitud, ninguna de las dos realmente. Entonces tomé mis cosas, antes de decirle:
—¡No se preocupe! Que con gusto me marcharé. Eso es lo que deseo desde hace más de una hora, y con respecto a la cena, esa jamás se la hubiera aceptado, no saldría con alguien como usted ni que me pagaran por hacerlo, de eso puede estar seguro.
Me fui de esa oficina sin entender lo que había pasado, además tenía tanta rabia por todo lo que había sucedido que quería llorar, pero no le daría el gusto, así que me aguanté y llegué hasta la camioneta donde todos estaban aguardando por mí, al verlos me di cuenta de que realmente estaban muy cansados, me sentía tan apenada con ellos. Pero por fin nos fuimos. Dejamos las cosas en la pastelería y luego lleve a cada uno a sus casas, para luego irme a la mía, era muy tarde.
Mientras manejaba pensaba en todo lo sucedido en aquel lugar. Hay algo que tengo claro y es que lo odio con todo mi corazón, además es un estúpido, sínico y manipulador, ¿qué se ha creído él? Quizá pensó que yo iba a caer rendida a sus pies, pero eso no pasará jamás, espero no verlo nunca más en mi vida.
Cuando por fin llegué a casa me di cuenta de que hoy había sido un día terrible, y que lo mejor que podía hacer era darme una ducha para tratar de relajarme, lamentablemente ya Lucas dormía hacía mucho rato, me había dicho la Sra. Nany, entonces solo me quedaba hacer mi rutina para luego irme a dormir.
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Me he quitado la ropa para meterme a la bañera, una que tiene la temperatura justa para relajarme, aunque no creo que pueda tener paz porque mi mente no ha dejado de pensar en él, y me odio por eso. Realmente parece un gusano navegando en mis pensamientos.
Mientras me enjabonaba pensaba en aquel momento cuando me entregó las cosas, y me dijo que me marchara. Lo único que yo había dicho, era que tenía un hijo. Seguro ha sido eso lo que lo ha espantado.
Ya habían pasado unos minutos cuando cerré mis ojos. Creo que me he relajado tanto que me quedé dormida unos segundos, porque me he despertado asustada con aquellas imágenes que había en mi mente justo en este momento.
¿Qué fue eso? Además ¿Por qué me soñé con él? Eso es algo que jamás pasará. Estoy cien por ciento segura de eso. Lo que acababa de pasar es solo un sueño, uno que se ha dado por todo lo que pasó con él. Sé que es un hombre atractivo, pero también es un ser frío.
¡Mile! No pienses más en eso. No creo que sea tan bueno en la vida real como en el sueño. Al salir del baño me he ido a la cocina, debía tomar agua antes de dormir, porque realmente ese sueño me ha dejado acalorada, entonces me bebí mi vaso con agua mientras pensaba en él.
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Amanece en Houston... Además ¡Es sábado! Son las 4:30 a.m., realmente no pude dormir más de dos horas en toda la madrugada, quizá era por eso que la flojera la tenía a mil. De repente me giré sobre el lado izquierdo para tomar nuevamente mi móvil, y lo he mirado una vez más antes de levantarme. Deseaba que la hora que había visto al despertarme no hubiera avanzado.
Sé que es un día nuevo, pero luego de lo de anoche realmente estoy muy cansada. Aunque al ver la palabra sábado reflejada en el móvil suspiré, ella es un recordatorio de que debo llegar temprano porque suele estar lleno los fines de semana, y los chicos no se dan abasto. Es por eso que hoy es más complicado.
Por fin he dejado la flojera y me levanté de la cama. La cual juro que me retiene. De pie y estirando mi cuerpo he mirado por tercera vez el móvil, pero ahora lo había hecho para recordar aquellos mensajes que extraño desde hace más de un año, unos que dejaron de llegar después del cumpleaños de Lucas.
Al entrar al baño parecía sonámbula, entonces he tomado una ducha rápida para tratar de despertarme, al terminar me dirigí a la cocina, ellos aún dormían, lo noté porque había total silencio en la casa, además eran las 5:25 a.m. imposible que él estuviera despierto.
Quiero preparar el desayuno temprano porque deseo compartir con Lucas un rato antes de irme a la pastelería, aunque él irá conmigo hoy, entonces apoyé el móvil en la encimera, preparé primero el café, mientras se estaba colando hice la mezcla para hacer el desayuno preferido de Lucas, me serví el café para continuar preparando lo demás; al terminar de tomarme mi bebida se han despertado ambos.
—Buenos días, ¡mami! —me ha abrazado luego de cargarlo—. ¿Sabes? Ayer te extrañé tanto, sobre todo a la hora de dormir. No me leíste el cuento y tampoco cenamos juntos. Pregúntale a la Sra. Nany, ella te dirá lo triste que estuve ¡Toda la noche! —me decía con su frente apoyada en la mía mientras ambos hacíamos nuestros pucheros.
—Buenos días, mi amor. —le di un beso en la frente—. ¡También te extrañé mucho! Por eso hoy quiero que desayunemos y estemos todo el día juntos, ¿Te parece? —le pregunté.
—Sí, ¡mami! —me dio un beso—. ¡Quiero estar contigo! Y además ir a la pastelería. —me ha respondido mientras jugaba con mi cabello.
—Sé... —lo senté en la encimera—. ¡Que tú sabes qué mami, te ama! Y que además ayer tenía que trabajar en aquel lugar lujoso que te dije, pero pensé en ti toda la noche, no hubo ni un momento en el que no lo hiciera. Te amo hijo, eres lo más importante en mi vida y el regalo más bello que la vida me dio. —lo abracé fuerte mientras hablaba con él, realmente Lucas es todo para mí.
—¡También te amo mami! Pero ahora tengo hambre. —me ha dicho y con eso se había acabado el encanto del momento, quizás porque su barriguita hacía ruidos y eso le indicaba que era la hora de comer.
—Dime ¿Cuánta hambre tienes? Para poder servirte el desayuno. —le he dicho a manera de juego mientras lo bajaba de la encimera donde estaba sentado.
—¡De aquí a la pastelería! —ha exclamado tapándose la boca para que no viera su risa.
Amo a mi hijo, no sé qué sería de mí, si él no estuviera en mi vida, es mi mejor compañía, además de mi mejor amigo.
—¡Entonces esperemos! Que esta torre de panquecas te alcance, porque si no, no sé qué haremos o a qué superhéroe tendremos que llamar. —le he tocado la punta de la nariz antes de girarme para servirle su desayuno mientras él se sentaba a la mesa.
La Sra. Nany estaba molesta, lo sé porque no me había saludado aún, esa era la señal perfecta para saber que así era. De seguro había sido por el desayuno, a ella le gusta hacerlo y más si sabe que he tenido trabajo fuerte el día anterior.
—Buenos días, Sra. Nany. —la he saludado.
—Buenos días, Sra. Mile, usted sabe que yo puedo hacer esto, ¿Verdad? —me ha dicho acercándose para ayudarme a servir.
—¡Por supuesto que sí! Pero yo quería hacerlo hoy, quédese tranquila, mejor vamos a desayunar. —le dije y nos sentamos los tres a la mesa.
Observaba a Lucas mientras desayunaba. Me da tristeza que no tenga un padre que lo guie o lo cuide cuando no pueda hacerlo yo, pero sé que es algo imposible de arreglar. Aunque hay alguien que ha suplido ese lugar, el problema es que yo no siento nada por él, lo veo solo como un amigo, uno con derechos.
—Mami, ¿Qué piensas? —me ha preguntado mientras mi mirada estaba puesta en las panquecas.
—En nada, hijo. —le dije guiñándole mi ojo derecho.
—Mami, ¡Seguro que te estás imaginando a un superhéroe entrar por nuestra puerta! ¿Verdad? —se reía al igual que la Sra. Nany.
—¡Sí! En ti, ¡Tú eres mi único superhéroe! Hijo. —le sonreí acariciando su mejilla.
Terminamos de desayunar y nos fuimos directo a la pastelería. Luego de llegar nos damos cuenta de que hay algunos clientes esperando para entrar a desayunar, esto es algo que se ha vuelto costumbre.
Me he girado un momento para ver a Camile, y justo en ese momento me he dado cuenta de que él está parado afuera. Era extraño porque no suele venir tan temprano, quizá estaba cambiando su hora para no verme. Lo miré y suspiré recordando todo lo sucedido ayer en su empresa y lo qué había pasado en mi bañera fue como una mezcla de ambos momentos, entonces tuve que sacudir mi cabeza para que aquellos pensamientos se esfumaran.
Al levantar nuevamente mi mirada, sus ojos y los míos se encontraron ambos, nos mirábamos a través del cristal, creí que entraría, pero no, simplemente se dio la vuelta y se montó en su automóvil, esto no lo entendía ¿Por qué no había entrado? Acaso ¿Se arrepintió? Aunque él dijo ayer que esperaba no verme más, entonces ¿Qué hacía aquí? Me confundía su actitud.
Lucas me jalaba del delantal tratando de llamar mi atención, una que estaba puesta en aquel auto que se marchaba por la calle del medio.
—¡Mamiiii! —me seguía jalando el delantal.
—¡Perdón mi amor, estaba distraída! —me puse a su altura mientras le hablaba.
—¡Quiero ir a la oficina a jugar! ¿Puedo? —me pregunto con sus ojos llenos de emoción.
—¡Claro, mi amor! —apenas le dije, solo alcancé a tocar su cabello, antes de que se fuera a jugar.
Me enderecé, y mis ojos volvieron a mirar la calle, y mi mente a pensar en él nuevamente. ¿Qué será lo que quiere aquel hombre? De mí…
╰┈➤ Nota de la Autora:
...༶•┈┈┈┈┈┈୨♡୧┈┈┈┈┈•༶...
Hola, actualmente me encuentro editando la novela, subiré un capítulo nuevo y uno editado. La novela está narrada en 3.ª persona y con diálogos que no estaban como deben ir, quizás por mi falta de experiencia, una que he nutrido a lo largo de estos meses, tanto en la app, como por mi cuenta, ahora estará narrada en 1.ª persona, y realmente es mejor tanto para ustedes como lectores, como para mí como escritora. Espero contar con su apoyo y comprensión, disfruten de esta nueva versión de Lucas, la cual mantiene la trama original, solo estará más desarrollada
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Comments
Ada Marquez
él es el verdadero papá de lucas
2024-01-05
0
Ry To VI
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2022-09-21
0
Rosmary Castro
excelente
2022-07-24
1