Mares -
Bien entrada la madrugada regresábamos a casa. Él no pronunció una sola palabra, y los compañeros que estaban sentados en el asiento trasero apenas si lo hacían, yo me recosté en la puerta e hice como si dormitaba para evitarle que se sintiera obligado a tener que dirigirme la palabra. Sin embargo de tanto en tanto abría los ojos para ver por dónde íbamos. Sorprendida quedé, cuando vi que tomaba la vîa que conducía hasta mi casa. Pensé que primero llevaría a los compañeros y por último a mi, tal cómo lo hizo cuando vino a buscarme, pero que va, lo hizo al contrario, lo que me dió a entender que realmente no quería quedarse a solas conmigo. A lo mejor he sido yo la que he confundido su trato amable hacia mí, y sin querer le demostré qué babeo por él, y por ese motivo haya querido marcar distancia entre los dos.
Bueno, viéndolo bien, hasta tiene razón, Yo soy demasiado joven para él, aunque a mí eso no me preocupa, al contrario me encanta. Pero seguro que él me verá como una niña que se ha enamorado de su jefe.
¿Cuántas veces le habrá pasado que una secretaria o compañera de trabajo se haya enamorado suyo?
¡Es que es tan guapo! Pero pensará, que fastidio otra más que me tengo que quitar de encima.
¡Oh qué vergüenza! La verdad que fui muy obvia, no supe disimular mis sentimientos hacia él, y ahora que ya los conoce, me imagino que nuestra relación en la empresa va a ser difícil. Y es una verdadera lástima, ya que nosotros nos estábamos llevando muy bien, y vine yo de torpe a complicar las cosas.
Definitivamente es mucho mejor mantener una amistad y no mezclarla con el amor, porque parece mentira, pero hasta ahí, llega.
Bueno, a medida qué nos acercamos me preparé para bajar del auto una vez que se estacione, así lo hice, no le di tiempo a que se sintiera obligado por la cortesía a tener que abrirme la puerta. Le agradecí y me despedí de todos.
Justo cuando estoy por entrar al edificio, corre hacia mí Anne, mi vecina que también regresa de una fiesta junto a sus padres, casi gritando me dice.:
—¡Mares, Mares espérame! — Oye, que los chicos nos invitaron al cine ésta noche — ¿Vendrás?
—Oye,no lo sé, a lo mejor iré, pero te respondo después, voy a entrar, estoy muy cansada.
Dicho ésto, procedo a entrar a la casa, sentía algo muy extraño, creo que de tristeza o desconcierto. Después de tomar un baño y ponerme mi pijama, me acuesto tratando de dormir, ya eran las 4 a.m.
Bueno intentaré dormir hasta después de mediodía, pero no lograba conciliar el sueño, solo pensaba en él, y en su extraña actitud para conmigo. Es que no me explico qué fue lo que pasó ¿será que dije algo inapropiado? Inclusive, una y otra vez repaso la conversación que tuvimos y no encuentro una sola palabra que quizás lo haya ofendido. Lo cierto es que cambió conmigo a partir de allí.
Estoy absolutamente segura que la razón fue esa, se dió cuenta como me derretía a su lado cuando bailábamos, que decidió colocar una barrera entre los dos.
Pero a pesar de todo, qué hermoso ha sido sentirme entre sus brazos, y escucharlo cantar algunas canciones a mi oído. Fue un momento encantador que atesoraré en mi alma. Finalmente el sueño, el cansancio y ese sentimiento que jamás había sentido, me vencen y me quedé dormida.
Richard.-
Vamos de regreso al contrario de como íbamos a la fiesta, contentos y risueños, ahora todos callados, quizás por el sueño y el cansancio. Aunque yo no quiero hablar absolutamente nada, de reojo la veo que se recuesta de la ventanilla del auto, pero de cuando en cuando levanta la vista para observar por dónde vamos. Decido llevarla primero a su casa, no podría controlarme si tuviéramos que quedarnos solos. Cuando ya estamos cerca de su vecindario, se incorpora rápidamente, y apenas me detengo desabrocha el cinturón abre la puerta y despidiéndose entre dientes sale del auto. Me quedo unos instantes dando tiempo a que entre al edificio, en eso veo una pareja y una chica que corre hacia donde está Mares y casi que gritando le pregunta si van a ir al cine ésta noche con los chicos. No pude escuchar su respuesta, mejor dicho, no quise escuchar, ya que arranqué rápidamente y conduje en silencio hasta llegar al destino de mis compañeros.
Ya en casa me duché esperando también relajarme y tratar de dormir por lo menos todo el día.
Sin embargo, una vez en la cama no podía conciliar el sueño, pensaba en ella, solo ella ocupaba mis pensamientos. Recordé como la sostuve en mis brazos mientras bailábamos y le cantaba al oído, y todos los momentos que pasamos hablando y riendo, lo contento de tenerla tan cerca, y sobre todo esa inexplicable conexión tan fuerte entre los dos que hace que me sienta tan perdido sin ella. Y lo peor, es que ni siquiera tenemos nada, más allá de la relación laboral. Y eso es lo que me preocupa, que sin tener nada me produzca éstas sensaciones, entonces ¿cómo sería si fuésemos novios? — aunque solo el imaginarla siendo mi novia me hace sentir tan dichoso. Pero debo ser realista y asumir que lamentablemente éso no podrá ser. No debo causarle daño a un ser tan inocente, tierno, y con un corazón tan noble, mejor detenerme a tiempo.
Porqué vamos a estar claro, a éstas alturas de mi vida, tengo que tratar de buscar una relación de corta duración para casarme y formar la tan ansiada familia que anhelo, mientras que ella es muy joven, está comenzando a vivir, y lo menos que querrá obviamente es lo mismo que yo.
—¿Por qué no tendrá más edad, o yo tener menos? ¡Las incongruencias de la vida!
Otra cosa que perturba mi sueño, es que resulta que hay un chico interesado en llevarla al cine, eso me tiene mal. Estoy seguro que son celos, sentimiento que no recuerdo haber sentido en mis anteriores relaciones, me siento como el propio adolescente. A decir verdad, tampoco en esa época había sido así.
Definitivamente sigo pensando que lo mejor es apartarme, y apartarla de mi vida, será lo mejor para ambos. Aunque me duela en el alma, así tendrá que ser.
Mares.-
Ha Transcurrido dos meses desde su cambio conmigo, y digo conmigo, ya que con los demás su trato es el mismo. Sin embargo, a mí me trata con un formalismo más acentuado que cuando comencé a trabajar. Al dirigirse a mí, lo hace de señorita Ramírez, obviamente yo también lo trato igual que al principio. Sigo realizando mi trabajo mejor que antes, y no salgo de mi cubículo para nada. Llego antes de la hora y me marcho a la hora en punto. Siento que es como si me tuviese rabia. Entonces si es así, le ahorraré el desagradable bochorno de tener que verme. La verdad es que quiero renunciar, no creo poder seguir soportando ésta situación. Aunque claro está, que yo no vine hacer relaciones sociales ya que para eso están las redes, pero caramba, ni siquiera en mis comienzos en la empresa su trato hacia mí fue así tan duro, y eso me duele en el alma.
Un día de éstos llegué un poco retrasada por diligencias personales, he ido a una entrevista, definitivamente me voy de aquí, al parecer tengo grandes posibilidades de que me llamen, la empresa está ubicada en otra ciudad, obviamente tendré que cambiar de residencia. Al llegar a la recepción saludo a Julia y le pregunto:
—Hola buenos días — ¿oye, el licenciado se habrá dado cuenta que no había llegado?
—No chica, ni siquiera se ha dado cuenta ni se dará. Lleva rato en su oficina con una señorita, es más, pidió muy estrictamente no ser molestado. Así que no te preocupes. Y sonrió afectuosamente.
Sentí como si se me desgarrara el corazón, como si un hoyo enorme se abría a mis pies y me arrastraba hacia el, sentí mis ojos anegados de lágrimas.
Entré al baño y allí lloré y lloré, esas fueron mis primeras lágrimas de amor, y eso me hizo comprender que yo estaba absolutamente enamorada suyo, es más, no sabía cómo era amar, pero estaba segura que lo amaba. Ahora más que nunca debía alejarme, así que tomé la decisión en ese preciso momento de renunciar aunque no me hayan llamado del otro empleo, lavé mi rostro para disimular un poco el llanto y entré a mi cubículo, escribí rápidamente la renuncia y de una vez la envié vía email al departamento de recursos humanos. Cómo mi trabajo siempre lo mantenía al día, no quedaría nada inconcluso ni pendiente, así que recogí las poquísimas cosas que tenía en la oficina, aproveché que mis compañeros desayunaban y les participé mi decisión, ví en sus rostros desconcierto y en sus ojos tristeza ya que me habían tomado cariño.
Durante dos horas me mantuve en la oficina, mi jefe nunca salió, me imagino que estaría muy ocupado, entonces tomé una hoja y le escribí una breve nota dejando en claro que todo mi trabajo estaba al día. También le agradecía su apoyo y todo lo que me enseñó durante éste año en la empresa. Finalicé la nota firmando con mi nombre de pila, sin decirle ni adiós, ni hasta luego, y la coloqué sobre el escritorio.
Me despedí de mis compañeros agradeciendo su apoyo y les prometí que seguiríamos en contacto. Al salir del edificio no pude evitar volver la mirada, se me salieron las lágrimas nuevamente, crucé la calle y me senté en la placita rodeada de árboles y de las personas que trotaban y hacían ejercicios. Allí lloré y lloré no sé por cuánto tiempo. En un momento que volteé la mirada hacia la entrada del edificio, precisamente lo veo cuando va saliendo tomando del brazo a una esbelta rubia, en pocas palabras, una bella mujer. Bueno, su prototipo, no debería sorprenderme, pero más que sorpresa, es dolor. Veo cuando le traen su auto, el abre la puerta para que ella entre al puesto del copiloto, acto seguido él también entra y se marchan. ¿Quién sabe a dónde?
Richard.-
Éstos dos meses en que me vi obligado a cambiar mi actitud con ella por su propio bien, me ha costado mucho evitar mirarla. No me he acercado más, mi trato es solo profesional y eso me duele muchísimo, sin que se pueda dar cuenta la busco con la mirada estoy pendiente cuando llega y cuándo se va, me quedo hasta después que todo el personal se ha marchado, solo para entrar a su oficina y disfrutar de su espacio qué huele a ella, sigo irremediablemente enamorado, y aunque sé que lo nuestro nunca será, me conformo con saber que la tengo cerca y puedo verla por lo menos los cinco días de la semana.
Hace poco me reencontré con Carla Sanguinetti, una bella rubia italiana con la que tuve una relación en el pasado, pude darme cuenta que aún yo le interesaba, entonces decidí darme una nueva oportunidad con ella. Aparte que yo necesitaba de una mujer. Lo siento, pero soy así de básico y mis instintos son bastantes lógicos, qué le vamos a hacer, esa es la naturaleza del hombre, y bueno, que mejor con ella que ya la conozco, a una desconocida.
El fin de semana lo pasamos juntos, pero debo confesar que ésta bendita niña sigue en mis pensamientos, y no pude estar en plenas condiciones como debería haber sido, alegando que no me sentía muy bien y que el estrés me tenía agotado me excusé con la que ahora es mi novia, con la cual no quiero formalizar nada por ahora.
El martes temprano cuando llegué al edificio, Carla me esperaba en la entrada, subimos a la oficina y al entrar le pedí a Julia qué por favor no me interrumpiera absolutamente nadie, ya que estaría muy ocupado.
Gracias a que siempre he mantenido una reputación intachable y he sabido respetar mi lugar de trabajo, ésta situación resulta muy normal para todos, y no da cabida a malos entendidos.
Carla sospechaba que su contador llevaba una contabilidad paralela, me pidió el favor de revisar uno a uno los libros, después de varias horas, pude comprobar que sus sospechas eran ciertas.
Entonces tomó la decisión de denunciarlo y quise acompañarla a la fiscalía donde formularía la respectiva denuncia.
Cuándo regresé a la oficina, Julia me informa que la licenciada de recursos humanos me ha estado llamando insistentemente, pero que no ha habido manera de comunicarse conmigo, y es cuando me doy cuenta que olvidé el móvil sobre el escritorio. Y de paso, apagado. No sé porqué siento el ambiente enrarecido, desde allí miro a la oficina de ella, veo que está vacia, me pareció extraño ya que ella siempre asiste al trabajo, me volteó y le preguntó a Julia, pero justo cuando va a responder, suena el teléfono de la central, contesta y me dice que es la licenciada Bermúdez, allí mismo tomo la llamada para escuchar los siguiente:
—¡Hola buenas tardes! — Oye mijo, es más fácil hablar con el Presidente de la República que contigo.
La saludo y bromeando le digo que voy camino a ser el presidente, pero de la junta de condominio del edificio, los dos reímos, en eso me pregunta algo que me deja helado:
—Dime algo —¿Cómo te gustaría tu nuevo asistente, hombre, mujer, joven, viejo, o qué?
— ¿Quuueee? — No entiendo — respondo desconcertado.
Entonces de inmediato comprendí porqué su oficina estaba sola, asombrado supe que había renunciado ¡No puede ser, el amor de mi vida me dejó!
—Recibimos la carta de renuncia de tu asistente ésta mañana, prosigue Alejandra, por eso mi insistencia en comunicarme contigo para ver si sabías el motivo. Qué lástima, ya que profesionales como ella son el verdadero capital de una empresa. Me agradó desde el día que la entrevisté y supe que no me equivocaría al elegirla para el cargo, pero bueno, quién sabe cuáles razones tendría para renunciar.
Me excuso y me despido de ella, no sin antes decirle que haga lo que crea conveniente. Miro a Julia y con el semblante triste me confirma que ella se marchó en la mañana, no dijo porqué se iba, solo se despidió de todos...Menos de mí — pensé.
Siento el corazón destruido, entro a su oficina para respirar su olor aunque eso no vale de nada, ya que su aroma y esencia está impregnado en todas las fibras de mi ser desde el primer día que la ví, cuando los dos quisimos tomar el mismo taxi.
Me siento en su silla y al mirar hacia el escritorio observo un sobre dirigido a mi, rápidamente lo abro con la esperanza de leer no sé qué cosa, algo que mitigue éste dolor, pero solo escribió de su puño y letra que todo su trabajo estaba al día y agradece el apoyo por todo lo enseñado durante éste año en la empresa, y finalizaba firmando con su nombre de pila, usò conmigo todo el formalismo que pudo, igual que el primer día que llegó a la empresa y que nunca olvidaré
—«Buenos días licenciado, soy Malena Ramírez, seré su asistente»
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Comments
C Matacruz
idiota todo por tus propias inseguridades por qué no hablaste con ella en vez de alejarte 😞😡😔😏☺️😱😀😉😜😃😄🙂😆😛😯🙃😁😝🤔🤪😊
2024-03-13
3
ana maria talbott
Hay Richard se te fue entre las manos Mares, la diferencia de edad no tiene nada que ver... Aunque también es cierto que vale más una buena amistad que un mal amor 🤷
2024-03-13
1
Miraval 💃🇨🇴🇨🇴🇨🇴🇨🇴🇨🇴
Culpa de él, por inmaduro, el amor hay que vivirlo sin pensar en cuanto va a durar, sin ponerle barreras antes de empezar.🙃🤔😶🇦🇲
2024-02-21
2