La desesperación y la angustia invaden el cuerpo de la pobre chica -¡ Otra vez noo!- se repetía continuamente mientras corría en dirección a la puerta, sentía que grandes lágrimas salían a borbotones por sus ojos y su cuerpo temblaba casi no podía controlar los nervios.
Una figura masculina está en frente del restaurante mirando su reloj continuamente, era Carlos que continuaba con la esperanza de que aquella hermosa chica atravesara la puerta del restaurante para salir con el a compartir algo de tiempo juntos. Su sorpresa fue increíble al ver a Nelida salir corriendo de allí, llorando y con sus hermosos rizos todos despeinados. La chica no se detiene, continua corriendo ignorando al muchacho que casi no reconoció, pues tenía su vista nublada por las lágrimas y su mente bloqueada tratando de procesar lo que terminaba de sucederle.
- Hey, Nelida, a dónde vaz que te pasa - Grita Carlos mientras ve a la chica alejarse corriendo desesperada, trata de seguirla, la alcanza y la toma por el brazo, tratando de detenerla.
- Sueltameee, no me toques - le grita Nelida histérica, llamando la atención de algunos transeúntes que pasaban por el lugar.
- Pero que te pasa, porque saliste así, ¿que te hizo esa mujer ?- Pregunta Carlos preocupado y sorprendido por la actitud de la chica.
- Mi vida es una mierda siempre lo ha sido y siempre lo será, eso me pasa, todos se quieren aprovechar de mi, tu también quieres hacerlo, no me conoces, solo alejate, no me sigas más - Carlos recibe estás palabras como un valde de agua fría, tenía muchas ganas de conocerla, -¿ porque diría que todos se quieren aprovechar de ella ?- se pregunta el joven.
- Nelida porfavor cálmate, yo no me quiero aprovechar de.... - la chica lo ignora y se va corriendo, llorando, con la cara clavada en el suelo, pues la vergüenza que sentía era enorme, se sentía humillada.
Carlos solo la ve alejándose, no quiso molestarla más, sintió deseccion de si mismo pues quería ayudarla, haberla visto hace tres horas con sus ojos brillantes, sus mejillas sonrojadas, caminando de un lado a otro tratando de dar lo mejor de si en su trabajo y ahora era un mar de lágrimas y emociones encontradas, incapaces de ser controladas, miles de preguntas vienen a su cabeza, solo esperaba volverla a ver.
Nelida no vivía muy lejos de su trabajo, solo tenía que caminar unas cuantas cuadras para llegar a su hogar, a ese cuarto vacío que la esperaba todos los días, dónde podía ser ella misma por completo. Pero hoy no era así, quería morirse estaba arta, cansada de la vida, de las personas que la humillavan, de aquellos que no creían en ella.
Pasó por el frente de una tienda de víveres, entro y compro un hojilla de afeitar, pues había tomado una decisión, esa noche sería el final de su existencia.
Llegó a su pequeño apartemento, quitándose todo lo que tenía puesto, coloco la hojilla en la mesita de noche, se acostó en su cama mientras abrazaba su halmuada y seguia desbordando lágrimas por sus ojos ya hinchados, llenándose del valor necesario, para lograr lo que se había propuesto.
El tiempo pasó volando, cuando se percató ya había llegado la noche cubriendo todo de oscuridad, se puso de pie y camino hacia la ventana, dónde podía ver algunos vehículos que pasaban de un lado a otro en la calle, algunas personas volviendo de su trabajo caminando por la acera, un perro blanco cruzo la calle en dirección al parque con mucho cuidado percatandoce de que no viniera ningún vehículo que le hiciera daño, la actitud del animal sorprendió a la chica que lo veía atentamente.
- ¡Quiere estar vivo! - Dice Nelida con voz aún temblorosa. - ¿Por que ?, es un perro de la calle, sin nadie que lo cuide, sin sustento alguno, sin hogar, ¿ Por que quiere vivir en este mundo tan despiadado? - Continua preguntándose la chica, aún de pie junto a la ventana.
Empieza a recordar su infancia.
Con 7 años de edad se encontraba sentada en el suelo rústico de la cocina jugando con una muñeca de trapo completamente deteriorada que había echo ella misma, sus padres nunca estaban presentes, su madre siempre trabajando y su padre casi nunca estaba.
La casa era bastante reducida, solo contaba con una habitación, una cocina y una sala de estar donde se acomodaba una pequeña mesedora de madera y un mueble viejo y sucio que ya no servía pues al sentarte podías pincharte con algún resorte que saliera despedido hacia arriba. Cómo disfrutaba de estar sola, pues era la única forma de sentirse tranquila.
Con la edad que tenía, ya sabía cocinar, lavar, barrer, trapear y hacer todo lo que al hogar respecta, pues su mamá se iba temprano a trabajar, sin darle menor importancia a su hija, dejándola a su suerte todo el día. - En la mesa hay una lata de sopa de tomates, si quieres puedes comerla - Le decía la madre cuando tenía la oportunidad de cruzarse con la niña en las mañanas cuando ésta se levantaba para ir a la escuela, dejando una lista larga de quiaceres del hogar que Nelida tenía que cumplir o de lo contrario sería castigada, sin decir más se iba a cumplir con su trabajo.
Laboraba en una casa como servicio de unos señores "riquillos" como les llamaba la señora con total desprecio pues era más el trabajo que la remuneración que recibía.
Nelida estaba inscrita en una escuela donde casi nunca iba, ya sea por falta de uniforme o también porque no le gustaba ir, prefería quedarse en casa aprovechando la soledad para cumplír con las obligaciones del hogar y luego jugar con su muñeca. Sus compañeros de clase eran crueles con ella, se dirigían a su persona con toda clase de apodos denigrantes sin ningún tipo de compasion, en más de una ocasión fue reprendida por su maestra por el bajo rendimiento académico que llevaba o por llevar el uniforme o el cabello de manera inapropiada, pues siempre su apariencia dejaba mucho que desear.
- Nelida, necesito que traigas a tu mamá, debo hablar urgentemente con ella, si no la traes no entrarás más a clases - Le dijo un día su maestra, en tono fuerte.
- Pero maestra mi mamá no vendrá - Contesto la niña en tono suave, consiente de su situación.
- Pues no entraras a clases - Replicó la maestra, y no dijo más.
La niña aprovechando la oportunidad y conociendo a su progenitora, decidió no asistir más a clases, después de todo ese lugar no le gustaba y su madre siempre que tenía la oportunidad le decía que eso era una perdida de tiempo, que le servía más en la casa haciendo todo lo que ella no hacía - Yo también necesito que me atiendan, y el borracho de tu padre no sirve para nada solo aparece cuando quiere montarse sobre mi siempre casi inconsieniente de la borrachera o cuando necesita dinero para seguir impinando el codo - Le dijo un día la madre a la pequeña en tono cansado y molesta.
Nelida odiaba a su padre, pues siempre la veía con ojos extraños que ella no comprendía, habían ocasiones en las que llegaba borracho cuando la mamá no estaba, se echaba en la mesedora a dormir y cuando despertaba buscaba a la niña con desesperación, cuando la encontraba la veía por un largo rato, en ocasiones la pequeña lo escucha decir "Ya eres toda una mujer, no como tu madre, que no sirve para nada", para luego solo irse. Un día mientras la niña dormia, ésta despertó sintiendo como su padre acariciaba su pierna muy cerca de su sexo mientras el hacía un moviento exagerando con la otra mano que ella no logro entender, el hombre al percatarse de que la niña estaba despierta se levantó rápidamente y se fue.
En la única habitación que había, solo se podía ver una cama donde dormía su madre, una pequeña mesita vacía, un ventilador y una colchoneta en el suelo que era la cama de niña. Al llegar su madre siempre tarde del trabajo, algunas veces solo comía y se tumbaba a dormir - Tuvo un día tranquilo - pensaba la niña las pocas oportunidades que su madre mostraba esa actitud, pues el resto del tiempo, llegaba gritando, peliando y culpandola por cosas que ella desconocía, siempre en las peleas salía a relucir su padre de una u otra forma, cuando Nelida estaba dormida en múltiples ocasiones la madre la despertaba a golpes, gritándole y levantandola jalando de sus rizos despeinados.- ¡Eres una regaladaaa, él te quiere más a ti que a mí! - Le gritaba con irá y desesperación. Mientras la niña solo se limitaba a llorar en silencio. En otros momentos la madre vociferaba sus ganas de sexo - El borracho ese tiene días que no aparece por aquí quiero estar con él - se le escuchaba gritar a la madre mientras se sentaba en la mesedora y continuaba diciendo cosas en voz baja.
La niña en su dulce inocencia no comprendía esas palabras, pero en su mente sabía a qué se refería y era algo que no podía entender, ¿Por que su madre deseaba aquel acto tan horrible?.
Ella tenía que presenciar aquellas noches en la que su padre borracho, tomaba a su mamá como un perro a una perra, haciéndole mucho daño pues su madre gritaba mucho, su madre gemía del dolor cada vez que su padre se montaba sobre ella aplastándola - seguramente la está asfixiando- pensaba la niña mientras cubria su rostro y tapaba sus oídos con fuerza para no escuchar aquella agonía en la cama de al lado.
La infancia de la pequeña fue muy dura. En una ocasión escucho a una vecina diciendo a los cuatro vientos - ¡ Me quiero morir! estoy harta - la niña al escuchar esto, asomó su pequeño rostro por la ventana viendo a la señora que vivía al frente, parada afuera de su casa con rostro molesto.
- ¿Que es morir? - pregunta la niña expresando curiosidad en sus ojos brillantes y voz suave. La mujer se asusta al escucharla, percatandoce de la presencia de la pequeña.
- Es algo que no comprenderías niña, olvida eso - contesta la mujer deviandoce de la interrogante.
- Pero yo quiero saber, porfavor explíqueme - Demanda la niña con toda la educación que puede tener
- Bueno, la muerte es algo que viene por todos llevándonos a un lugar donde no hay problemas y es muy tranquilo - Responde la mujer tratando de convencer a la niña con esa respuesta rápida.
- Entonces eso es la muerte - expresa Nelida quedando satisfecha con la respuesta. Los ojos de la pequeña brillan como cristales al sol - Yo quiero morir tambien, si la muerte llega por usted porfavor dígale que también la espero - expresa la pequeña en palabras seguras y retirándose de la ventana, dejando a la mujer con la boca abierta por lo que escuchó.
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Comments
LUZ AMPARO SALINAS ANGULO
papas irresponsables llenos de 💩💩💩💩💩💩💩💩💩💩💩💩💩💩💩💩💩💩💩💩🤐🤐🤬🤐🤐🤐🤐😡😡😡
2022-09-27
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