Quince días después…
Por fin conseguí un empleo, ahora podré ayudar a mi madre con los gastos de casa e inscribirme en la universidad, además mantendre mi mente ocupada y dejare de pensar en cosas malas.
Mi primer día de trabajo fue muy bueno, las personas eran muy amables conmigo y trataban de ayudarme en todo y explicarme mis funciones, para que así yo pudiera hacer bien el trabajo, mi función en la empresa era empacar, al principio era muy lenta haciendo esa tarea, pero con el paso del tiempo me volví súper rápida y una experta, llego el mes de agosto y comenzarón las admisiones en la universidad, yo estaba muy feliz, por fin iba a estudiar lo que me gustaba, mi inscribiría en la carrera se derecho! Que feliz estoy! Tuve que tomar varios exámenes de varias materias y los pase todos, gracias a Dios! Luego me toco elegir las materias y realizar el pago, estaba tan emocionada lo único malo es que todas mis clases eran a partir de las 6:00 pm lo que quería decir que saldría a las 10:00 de la noche de la universidad y eso era muy tarde, para mi, yo siempre había regresado temprano a casa y no estaba acostumbrada a estar tan tarde, además mi casa estaba algo lejos de la universidad por lo que para llegar tendría que tomar un autobús y caminar desde la parada de autobús siete minutos a pies, pero eso no me importaba, por cumplir mi sueño haré lo que sea.
El dieciséis de septiembre empezarón las clases, estaba muy feliz, pero también estaba cansada, porque iba a la universidad después de trabajar, ni siquiera llegaba a casa, salía de trabajar a las 4:30 pm y iba directo a la universidad, luego de una semana en esa rutina sentía que mi cuerpo no aguantaría, estaba tan cansada, mi rutina diaria era levantarme a las 5:30 de la mañana ( me despertaba muy temprano, porque tenía que compartir baño con mi madre y ambas trabajábamos en el mismo lugar y yo duraba muchísimo en el baño y para que no llegáramos tarde ambas me despertaba antes), salía de casa al trabajo a las 6:30 am, luego salía del trabajo a las 4:30, me iba para la universidad, salía de allí a las 10:00 de la noche, esperaba autobús hasta las 10:30 de la noche y llegaba a mi casa a las 11:00 pm, cenada, tomaba un baño y dormía, cuando tenía que estudiar me despertaba a las 4:00 am en vez de las 5:30 am, pero bueno, para uno obtener lo que quiere hay que sacrificarse.
Cuando estaba en mi segunda semana de clases, recuerdo muy bien ese día, era jueves y acababa de bajar del autobús, iba caminando a casa, todas las luces de las lamparas de la calle estaban encendidas, la calle estaba totalmente vacía, ya estaba llegando a mi casa, cuando sin darme cuenta tropecé con una persona, está estaba totalmente abrigada y no pude ver su rostro, parecía joven, pero no pude especificar, le pedí disculpas, y seguí caminando hasta llegar a casa, cuando llegue tarde unos minutos pensando en porque no lo había visto, si este venía enfrente de mi, pero seguro fue porque venía súper distraída pensando en un problema de matemáticas que había dejado el profesor, aun así, fue muy extraño, normalmente a esas horas de la noche no hay nadie caminando por la calle, además no parecía alguien conocido.
Esa noche me olvide de lo sucedido rápidamente, ya que para mi no tenía importancia, además si esa persona era un delincuente me hubiese hecho algo o robado, pero no fue así, ni siquiera se disculpó y siguió su camino, dormí muy bien esa noche no desperté hasta que sonó la alarma a las 5:30 de la mañana.
Me baje de la cama y salí afuera para ver el día, estaba oscuro aun, no brillaban estrellas, lo que indica que estaba nublado, además soplaba una brisa fría que movía mi cabello color negro hacia delante, amo sentir el aire tan fresco y que me envuelve todo el cuerpo, es como un relajante natural para mí, me duché y me preparé para ir a trabajar mi madre y yo caminábamos juntas hasta el trabajo y hablábamos un rato de todo lo que nos pasaba.
A la universidad de nuevo, e adelgazado desde que inicie las clases, ya no tomo tanta agua, ni como mucho, porque siento que no tengo tiempo y debo emplear ese tiempo en estudiar, una noche mientras estaba en clases de administración eran las 8:30 am, me sentía extraña, me sentía muy mal, creía que me desmayaría, así que decidí salir al baño a refrescarme el rostro, cuando iba camino al baño sentí que me estaban observando, pero pensé que estaba loca, quien estaría mirándome a mí, no soy nadie interesante, salí de la universal como normalmente y aun seguía sintiendo que alguien me observaba.
Yo ya veía la puerta de mi casa desde lejos, cuando derepente pude ver desde lejos a una persona muy alta y vestida de negro, traía una mascarilla, por eso no podía verle el rostro, este estaba parado al lado de la puerta, mirando en la dirección en la que yo me encontraba, me asusté al ver a alguien ahí, pensé que estaba hablando con mi padre desde fuera de la casa, pero no fue así, ese hombre tenía una postura recta y me miraba directamente, me pregunte si estaría esperándome, no sabía que hacer, pensé en seguir de largo y hacer como que esa no es mi casa, para ver que el estaba haciendo o si me estaba esperando, pero no lo hice, como estaba cansada y me había sentido mal decidí ir a casa y preguntarle que qué buscaba, al llegar a la puerta… -señor que usted busca? El no me respondió, - puedo ayudarlo en algo? Tampoco respondió, en ese momento no sabía que hacer, cuando de repente sentí unas frías manos agarrando mis hombros y empujándome hacia el pavimento…
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