4: ¿Recuerdas nuestro propósito, Aiden?

...AIDEN...

…

—Perdón por poner en peligro a su hija, señor.

—No te preocupes Aiden, sé que hiciste lo que pudiste; es más, si no hubieses actuado rápido, capaz y mataban a ambos. Una vez más me has demostrado que puedo confiar en tí, que nunca me traicionaras, ¿verdad?

—Eso no se pregunta, señor. Que Dios me quite la vida si yo llego a traicionarlo.

—Perfecto, puedes retirarte —vuelvo a su asiento para prender un cigarrillo.

—Eh... antes quiero pedirle permiso para salir, tengo un familiar que está enfermo y por el cual debo...

—No me des explicaciones, Aiden. Puedes salir, por hoy no necesitaré de tus servicios. Me encargaré de que Andrew cuide de su hermana. Una vez más, gracias.

Con un apretón de manos bajo las escaleras que llevan a la antesala y donde está la madre de Melody atendiendo una llamada entre risas.

—Claro, luego te llamo —aparta el celular de su oreja, tomando un acercamiento a mí—. ¿Aiden, no?

—Así es.

—No he tenido la oportunidad de agradecerte por lo que hiciste por mi hija. Gracias, Aiden.

La observo por segundos, parece mentira tenerla frente a frente.

—Es un honor servirle a esta familia.

—Y para mí es un honor contar con tus servicios —extiende su mano—. Jane Leonardi, un placer.

La tomo al cabo de segundos en los que siento quedar en jaque.

—Aiden.

—¿Cuál es tu apellido?

Suelto sus manos por los nervios que provoca esta cercanía entre los dos.

—Es... —frunce el ceño con una ligera sonrisa amigable.

—¡Mamá, puedes venir a ayudarme con este vestido, por favor! —la pequeña Jessa grita desde su habitación.

—Te dejo. Que tengas buenas tardes, Aiden.

—Buenas tardes, señora.

—Odio el señora, llámame por mi nombre; Jane. Así sería el comienza de una amistad entre los dos.

…

Tiro la puerta del vehículo. Con la cabeza en alto soy recibido por una de las sirvientas que me esperaban en la entrada de la mansión.

—Lo estábamos esperando, señor.

—¡Pero miren quien acaba de llegar; el amargado de esta familia! —el imbécil de Frey ríe desde un rincón de la sala.

Respiro el incomparable perfume de mi madre, sus firmes tacones se escuchan a unos metros lo que solo me demuestra que está detrás de mi.

—Mi amor, sabía que llegarías en cualquier momento. ¿Qué esperas para darle un abrazo a tu madre? —la miro a los ojos y respiro profundo para controlar esta molestia.

—¿Quién mandó a varios hombres para matar a Melody? —interrigo a mi hermano y a mi madre pero ella termina aceptandolo con la cabeza.

—¿Y puedo saber por qué huiste en el maldito carro para salvar a esa mocosa? —escupe con desdén—. ¿Recuerdas nuestro propósito, Aiden?

—Odio que se metan en mis asuntos. No era el momento ni la hora de mandar a esos imbéciles para lastimarla.

—Solo quería darle un susto a esa bastarda.

—¿Matandola?

—A ver, Aiden. ¿Dónde quieres llegar? Recuerda la razón por la que estás en la mansión de los Petrov - Leonardi; vengar la muerte de tu padre. Jane Leonardi es la causa por la que Vicente está muerto, por la que dejó a dos niños huérfanos de padre. ¿Ya olvidaste que esa maldita mujer es la única culpable de que sufrieras después de la pérdida de el hombre que te dió la vida?

—Pero ya ves, mamá. Así de malagradecido es Aiden.

—¡Tú te callas, imbécil!

—Por si no fuera poco, Jane tomó todo el dinero que les correspondía a ustedes como herederos.

—Ella no fué, fué Jasin, el hermano de papá. Y según escuché, el verdadero padre de Jane se llama Jasin, no Vicente.

—Esas son solo mentiras. Tu padre mismo me aseguró que ella era su hija y yo le creo. Date tu lugar como uno de los mayores herederos de la mafia, tú eres Aiden Leonardi, nuestra familia está en la lista de las más millonarias de toda Europa. Pon los pies sobre la tierra y usa bien esa cabeza, Aiden. No me avergüences —parte a su habitación.

—Ya escuchaste a nuestra madre, Aiden. Búscate una forma de vengarte por lo que le hicieron a papá, no sé, tal vez si enamoras a Melody.

—Te callas —apreto un vaso entre mis manos.

—A menos que tengas el miedo de correr el riesgo de enamorarte de tu propia sobrina —bufa—. Jane Leonardi es nuestra hermana, y si llegas a interesarte en esa bastarda, sería algo así como... incesto.

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