Narra Asly
He conseguido una beca a uno de los mejores colegios del país. Me dispongo a coger el avión que me llevará a mi destino. Tengo que despedirme de mis tíos, son los que me han criado y me han enseñado todo lo que sé....
Lloramos un poco a la hora de la despedida, pero les prometo que estaré en contacto con ellos todos los días por el móvil. Además, esto es muy bueno para mi futuro. Podré ayudarlos cuando tenga mi carrera, ya que no vamos muy bien de dinero.
Cuando bajo del avión, hay un coche esperándome, supongo que será de la escuela porque yo no tengo dinero para chófer propio. Llegamos al colegio, es asombroso. Está rodeado de campo, bosque y montañas. Tiene un precioso y gigante lago que lo cruza un puente, y llega hasta el mismo edificio. Hay varios edificios. Supongo que varios de ellos serán las residencias de los alumnos y otros la escuela.
Bajo del coche y pregunto en recepción cuál es mi residencia, me dan un papel con todo apuntado. Se lo entrego al chófer esperando que él sepa donde acudir, pienso bien, porque va directo.
Edificio 1. Ese es el número del edificio de mi residencia.
-Su habitación está en la penúltima planta. Es la 401. Ahora mismo le subo sus pertenencias - me dice el chófer sin tan siquiera mirarme.
-Puedo hacerlo yo sola - le respondo, ya que tampoco es que tenga tanto una caja y una maleta.
El chófer aun a sí, baja con mis cosas y empieza a subir las escaleras que llevan al edificio. Salgo del coche y me quedo sorprendida por todo lo que veo. La vista es preciosa, el campo, el lago... Me parece ver como una playa artificial desde aquí, pero supongo que tendré que dejarlo para más tarde.
Sin darme cuenta chocó contra alguien justo cuando voy a entrar. Unos brazos me agarran de la cintura para que no me caiga. Levanto la cabeza y veo al chico más guapo que he visto en mi vida.
Pero corto, pero no mucho, tendrá tres o cuatro dedos de largo, alborotado. Se le asoma unos tatuajes debajo de su camisa. Tiene un piercing en el labio inferior. Un color gris impresionante en sus ojos.
Ten más cuidado la próxima vez - me dice el chico sonriendo
Tú has chocado conmigo - le digo muy seria.
El chico aún no me suelta de los brazos, esta muy sexy sonriendo.
-Ya puedes soltarme - le digo sin más.
Él en vez de soltarme, pasa sus dedos delicadamente por mi brazo. Una corriente de electricidad recorre todo mi cuero y mi piel se eriza al toque de este chico. Se acerca a mi odio. Su aliento caliente choca contra mi mejilla y mi cuello, haciendo que mi corazón palpite sin querer.
Tranquila chica nueva, no mordemos, si no, se nos pide. ¿De qué va? Pienso para mí misma.
No te lo pediré - le digo muy seria mirándole a los ojos.
A él parece que le divierte, porque no para de sonreír. Esa sonrisa de superioridad, de yo tengo lo que quiera... Buff es sexy y arrogante a la vez. Mala combinación lo sé. Pasa sus dedos una vez más por mi brazo, hasta que me suelta.
-Nos veremos chica nueva - me dice mientras me guiña el ojo y sus amigos se unen a él.
La gente a sí que se cree superior a los demás me caen fatal, por tener dinero se creen que lo tienen todo y que pueden conseguir siempre lo que se proponen.
Entró dentro del edificio y todas las miradas salen volando hacia mi. Me dirijo a mi habitación sin hacer mucho caso de las miradas, esta gente rica es lo que tiene.
Toco a la puerta y una chica morena, con pelo largo me abre la puerta.
Ey bienvenida, pasa corre - me dice la chica sonriendo y alegre. Al menos no son todo malas miradas.
Paso a la habitación y detrás de mí pasa el chófer con mis cosas. Una vez que las dejo, se despidió y no lo volví a ver.
Estuvimos un rato hablando, era viernes y hasta el lunes no empezábamos las clases. Me contó que mañana sábado habría una fiesta de inicio de curso y por supuesto según ella, yo tenía que acudir si o sí. A sí que nada, pues iría a la fiesta. Aunque yo no tenía ropa de fiesta ni nada por el estilo.
Por la tarde, Melisa, mi compañera de cuarto se marchó un rato hacer sus cosas, supongo. De pronto unos golpes se escucharon en la puerta.
Abre - se escuchó una voz al otro lado de la puerta.
-¿Quién eres? - pregunté curiosa - Melisa no está - advertí. Yo no conocía a nadie aquí para que vinieran a visitarme.
No quiero ver a Melisa - me contestaron desde el otro lado.
Curiosa abrí la puerta un poco y me encontré a ese chico de hace unas horas. Sonriendo igual de arrogante que antes. En la puerta de mi habitación.
-¿Qué necesitas? - pregunto, porque no sé qué quiere.
-Vengo hablar contigo - dice entrando a la habitación como si fuera suya.
Me entrega una tarjeta, me explica que es para todo el colegio. Que todo lo que quiera, necesitaré esta tarjeta. Yo no entiendo absolutamente nada, pero está bien, le preguntaré a Melisa más tarde. Pero lo que me dice a continuación me sorprende.
No puedes desobedecer ninguna orden nuestra, ni nos puedes tocar, ni puedes hablarnos o mirarnos directamente a los ojos, si no te lo pedimos - lo dice muy serio.
Yo no apartó la mirada de sus ojos grises y le digo muy seria.
A mí nadie me da órdenes y si no quieres que te toque, te hable o te mire, no vengas a la habitación - mientras le digo esto, no puedo evitar empujarlo con el dedo, aunque él no se mueve de su sitio.
Te acabo de decir que no me puedes tocar y ya lo estás haciendo - pero creo que tiene algo de diversión su voz mientras me lo dice.
Ya te he dicho que yo, no sigo órdenes de nadie - le guiñe un ojo mientras le contestaba.
Vas a ser un problema - me dice - me gustan los problemas - termina de decir.
Sin más se marcha de la habitación, ¿Quién se piensa que es para hablarme a si? No puedo soportar a esta gente. Llega Melisa al rato ye cuento lo que ha pasado, porque yo no entiendo nada.
No te preocupes, mi hermano es un gilipollas - me dice sonriendo.
¿Tu hermano? ¿Ese es tu hermano? - mi cara de sorpresa debe ser bastante porque ella empieza a reírse.
Sí, es mi condena. Se llama Ander y es el que maneja todo el cotarro aquí en la escuela.
Madre mía... No te pareces nada a él, te compadezco - le digo mientras me rio, aunque realmente lo hago.
Pasamos el resto del día hablando, me estuvo enseñando la residencia entera y lo que nos dio tiempo de fuera. De verdad había una playa artificial en el lago y es bellísima. Espero sacar tiempo para venir a leer, porque bañarnos ahora que viene el frío va a estar difícil.
Narra Ander
Estábamos revisando la escuela, cuando me choque contra alguien. Me di cuenta de que iba a caer al suelo, a sí que la recogí con los brazos antes de que diera contra la acera.
En cuanto la mire a los ojos, me cautivaron esos ojos azules, nunca había visto algo igual. Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo, pero supongo que esa novedad.
Cruzamos unas cuantas palabras, pero parece ser que ella no se va a rendir tan fácilmente. Le acarició el brazo delicadamente con mis dedos, mientras me acerco a su oído para decirle que no volverá a estar a si de cerca de mí nunca, lo que me sorprende es que ella me conteste, que yo tampoco de ella. La he tenido agarrada por unos segundos más de lo que debería lo sé, pero me cuesta soltarla. Aunque al final lo hago.
Al cabo de las horas me paso por su habitación para decirle nuestras normas. Nosotros somos un grupo, que nos tienen que respetar y para ello tenemos unas normas sobre nosotros. También tengo que entregarle la tarjeta de la escuela.
Le comento sobre las reglas y a los 5 minutos ya ha incumplido varias. Esta chica es un problema, sé que va a ser un problema, pero lo peor de todo, es que me gustan los problemas, los retos. Y esta chica me da la impresión de que va a ser un reto y un gran problema para mí. Nunca me había cruzado con alguien a si en mi vida. Todos suelen obedecernos sin comentar nada y hacer lo que les decimos. Pero esta muchacha no sabe donde se mete. Aún no lo sabe.
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Comments
Arantza_Alva
ovio ella no se dejara tan fácil solo porque ustedes tengan dinero🙄🙄
2022-11-08
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