Comprada

El lugar realmente era horrible.

Hasta se podían ver ratas por todos lados, corrían de un lado para el otro, parecía que igual que yo quería irse de ese lugar.

Mi tío se acercó a la señora que los recibió y la señora le dio un maletín.

El sonrió y se subió a la furgoneta, ni siquiera volteo a verme. Solo apuñe mis manos y lo maldije en silencio.

Sentía como todo se me iba, todo lo que soñé, que sería de niña jamás será, estoy en una casa de citas en Tijuana, cuando era niña solía venir con mamá aquí, venimos a la plaza 5 y 10 a compara ropa y al cine en la plaza carrusel, después subamos al centro a comprar zapatos, nunca me gustaron los zapatos costosos, me gustaban los de la tienda 3 hermanos.

Bueno esa es otra historia.

Era de noche pero parecía de día, había demasiadas luces, se escuchaba mucha música afuera de este lugar, por lo visto estábamos en el centro, que yo recuerde es el lugar donde más discotecas y bares ahí, eso explica el bullicio.

Pero a ciencia cierta no lo sabía.

Nos hicieron entrar hasta un cuarto alejado de la casona principal.

Nos dijeron que teníamos que quitarnos la ropa, nos hicieron desvestirnos, estábamos todas completamente desnudas, pusieron un pedazo de jabón en la mano de cada una, mis cabellos ya estaban secos no recuerdo la última vez que me bañe con shampoo, mis cabellos eran como los pelos de elote, ásperos y sin control.

Un hombre saco una manguera como la que usan los bomberos y abrió a la llave, unas se cayeron al suelo, por el impacto del agua, yo solo se que estaba muy fría, mis huesos me dolían, me sentía sofocada por el agua que me daba en la cara, después el agua se corto y nos dieron chanza de enjabonarnos.

Después abrieron de nuevo.

Nos dieron ropa corta para cambiarnos.

_ Separen a las vírgenes y las que no son llévelas a adentro que comiencen con el trabajo._ Dijo la señora que pago por nosotras.

Solo 4 éramos vírgenes.

_ síganme!_ dijo la mujer.

Nos llevaron a un cuarto con una pasarela en medio en forma de escenario.

_ Quítense la ropa._

Todo es desvístanse y vístanse en estos lugares.

Las cuatro nos desnudamos.

Y nos hicieron subir a la pasarela. Después los señores y la mujer salieron.

No había nadie en el lugar, solo estábamos nosotras cuatro.

Unos minutos después entró la misma señora.

_ Hoy tenemos a un cliente muy especial, así que comportarse._ nos advirtió, luego agarró una vara y golpeó a las otras tres que estaban a un lado de mí.

_ Si entendí._ Dije.

_ ¿Qué dijiste?_ ella se me quedo viendo y levanto mi mentón con esa vara.

_ Que si entendí, debo de hacer lo que diga, se muy bien mi lugar!_ dije, aún que “lo único que quiero es irme de aquí, no se por que nos trajeron aquí pero creo que no será nada bueno” pensé para mí..

La señora me sonrió, se dirigió a la puerta, la abrió y un puñado de hombres entraron, esos hombres se dividieron y nos miraban a cada una con atención, a unas nos hicieron girar para que nos vieran mejor el trasero supongo.

Estaba asqueada.

Después lo vi, vi a ese hombre entrar por la puerta, a leguas se miraba que era mayor que yo, aún que no mucho, pero sus cabellos eran castaños, sus ojos grises claros, traía una chaqueta de cuero negra, un pantalón de mezclilla, y sus zapatos bien pintados,, se podía ver a leguas que traía una espada a un costado y una pistola en el otro.

El se mantuvo alejado de todos, mientras sus hombres se acercaban a nosotras.

Uno de ellos intento agarrarme el trasero.

Yo por mis instintos lo golpee.

Ese hombre me bajo del escenario de las greñas y me arrojó al suelo, fui a dar a los pies de ese hombre de chaqueta negra.

Quede recostada en el suelo con mi cabeza en sus zapatos.

_ Si lámele los pies al capitán._ Dijo el hombre a carcajadas. _ Vamos zorra!_ Ese hombre no paraba de carcajearse.

Yo solo miraba los zapatos de ese hombre frente a mí, no eran negros eran más como un gris cayendo a negro.

El hombre dio unos paso hacia adelante, cuando me incorpore un poco para ver qué hacia el hombre, vi que su espada estaba clavada en el pecho del hombre que me había llamado zorra.

Después se acercó a mí y me levanto.

Mis ojos se postearon en los de el, sus ojos eran muy hermosos, parecían hechizarme.

_ Discúlpenos, capitán_ Dijo la señora.

El soltó mi brazo y la señora me regreso al escenario, todos los hombres seguían viéndonos.

Pero yo solo lo miraba a el, y se que el también me miraba, el me miraba fijamente, podría decir que ninguno de los dos parpadeaba.

Después llamo con una seña a uno de sus hombres y le dijo algo al oído, lo vi sonreír, su sonrisa era hermosa, aún que se miraba aterrador, no dejaba de ser guapo.

La señora subió al escenario, con un micrófono en la mano.

_ Gracias por estar aquí, comenzaremos con la subasta._

“Me estaban subastando”

Solo quería que no me tocará con el tal capitán, se miraba guapo, pero me daba miedo, sentía como un escalofríos se apoderaba de mi con solo verlo.

Una a una comenzaron a comprar a las muchachas que estaban al lado de mi.

Hasta que llegó mi turno.

_ Bueno, su nombre es Priscila!_ ¿desde cuándo me llamo Priscila? _ Tiene 18 años y es virgen, tiene un cuerpo, no muy bonito, pero sus pechos son del tamaño promedio._

A qué forma de darme propaganda, también hubiera dicho que soy un desmadre y que asesinaron a mis padres y que mis amorosos tíos me vendieron.

_ 30 dólares!_ dijo un señor viejito.

Creo que si valgo 500 pesos dije.

_ 200 dólares!_

_ 800 dólares._

Wooow la suma aumento demasiado

Hasta el punto que solo dos señores se peleaban para mi, uno de ellos era un rico, y el otro un señor barbón como de la edad de mi tío.

_ 900_

_ 1000_

_ 500000_

_ 500500_ de ahí no ofrecieron más, jamás pensé que valdría tanto.

_ Vendí…_ cuando la señora iba a terminar de hablar el hombre al que llamaban capitán se levantó de su silla y hablo.

_ Un millón._ Su voz era aterradora, pero seductora.

¿Qué demonios? ¿quién paga un millón por una persona?

Todos voltearon a ver a el hombre y el los ignoro, se acercó al hombre con el que ya había hablado antes y salió del cuarto.

_ Vendida al capitán._ dijo la señora.

Todos comenzaron a salir y el hombre que hablo con el capitán se acercó a mí, se quitó su chamarra y me cubrió.

_ Vamos camina, el capitán no es muy paciente._ Dijo el.

Acababa de ser comprada por el hombre más aterrador de todos los que he visto, ni en ese lugar donde pase 4 años de mi vida me sentí tan asustada como con unos minutos siendo observada por ese hombre, que ni siquiera se tengo el corazón para matar a uno de sus hombres.

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