Esmeralda Perdida

Conductor- ¡Señor llegamos!

Akbal se incorporó y abrió la puerta, bajó para después tomar tiernamente la mano de Yamanik y ayudarla a bajar.

Todos en la fiesta se asombraron al ver entrar a Akbal con tan hermosa mujer. Los murmullos no tardaron en aparecer, así como las especulaciones.

Yamanik se sentía completamente nerviosa por lo que Akbal al darse cuenta la tomó de la cintura y la atrajo hacia él, haciendo que ella se pusiera roja.

Yamanik- (Nerviosa) ¡Se se señor Akbal! Todos nos miran… y usted está muy cerca de mí…

Akbal- ¿Te desagrada?

Yamanik- NO … pero, me pone nerviosa.

Akbal- (Sonríe tiernamente) No tienes por qué sentirte así.

Iktan- (Acercándose a la pareja, le da un golpe en la espalda a Akbal) ¡Valla Valla! ¿quién tenemos aquí? ¡Y mira que hermosa dama te acompaña! (Mientras Akbal lo ve con ojos de furia, él toma la mano de Yamanik y la besa) ¡Mucho gusto señorita! Mi nombre es Iktan. ¿Usted es?

Akbal- (Molesto lo aparta) ¡No te importa!

Iktan- ¡Ha ha ha! ¡uuu! ¡pero qué enérgico! Mmm entonces los rumores son ciertos, nuestro querido jefe tiene una presa entre sus garras.

Akbal- (Furioso) ¡Cállate!

Iktan- (Poniéndose atrás de Yamanik) ¿Cómo una dulce señorita como usted se fijó en una bestia como esa?

Yamanik- (Nerviosa) Heee … bueno yo … Es que, creo que todos están equivocados, entre el señor Akbal y yo no existe ese tipo de relación.

Iktan- (Triste y asombrado) ¡¿HEEEE?! ¡¿NO?! Hahahahaha ¡hoooo pobre de ti! (toca el hombro a Akbal) creo que necesitas trabajar más.

Akbal- (Enojado) ¡Esfúmate!

Iktan- (Haciendo una reverencia) ¡Como ordene mi señor! (dirigiéndose a Yamanik) ¡Nos vemos!... ¿tú nombre es…?

Yamanik- ¡OH! Si, ¡Yamanik!, me llamo Yamanik.

Iktan- (Asombrado sin darse cuenta habla fuerte) ¡¿Yamanik?! ¡¿enserio?! (Voltea a ver Akbal) ¡Señor Akbal! ¡¿Es ella?!

Toda la gente comenzó a murmurar más y más fuerte el nombre de Yamanik. En ese momento Akbal volteo a ver a todos con una mirada desafiante y los murmullos cesaron.

Akbal- (Dirigiéndose a Iktan) Ya te puedes retirar…

Iktan- (Tragando saliva) ¡Si! Si señor… (Viendo a Yamanik asombrado y mostrando mucho respeto) ¡Con su permiso Esmeralda perdida!

Yamanik- (Confusa) ¿Esmeralda perdida?

Akbal- (Dando un suspiro) ¡Ven! ignóralo, es solo un tonto que no sabe lo que dice… lo conozco desde que éramos niños y es un completo idiota.     

Yamanik- (Dudosa) Lo que usted diga señor Akbal.

Después de unos minutos, comenzó el baile, por lo que Akbal tomó tiernamente de la mano a Yamanik y la llevó al centro del salón.

La mirada de todos estaba concentrada en ellos, haciendo que Yamanik se sintiera muy incómoda. Akbal al darse cuenta, decidió salir del salón hacia una terraza.

Akbal- ¿Estas bien?

Yamanik- (Nerviosa) La verdad señor Akbal es que … no estoy acostumbrada a este ambiente y bueno la gente me ve todo el tiempo, la verdad me siento sumamente incómoda.

Akbal- Ya veo, disculpa, es mejor retirarnos.

Yamanik- ¡Pero Señor Akbal! No quiero incomodarlo (baja la cabeza triste) lo… Lo lamento. Está bien que continuemos aquí, yo me repondré…

Akbal- (La toma de la barbilla y sube su rostro hasta que sus miradas chocan) No tienes por qué esforzarte, la verdad, es que a mí tampoco me gustan estos eventos, solo que tengo que asistir por mi posición… Pero creo que ya es suficiente por hoy, ¿qué dices? ¿nos fugamos?

Yamanik- (Juguetona) ¡Pierde el último que llegue a la reja! (Sin decir nada más, corre a la reja)

Akbal- (Sonriendo, sale corriendo) ¡Voy a pensar en tu castigo! ¡Ha ha ha ha!

La pobre de Yamanik por más que trató de correr con todas sus fuerzas no logró ganarle a Akbal, por lo que este llegó primero a la reja.

Akbal- (Levantando las manos) ¡Gane!

Yamanik- (Sin aliento) ¡UF! ¡Si que tiene condición!

Akbal- (Viendo el carruaje lo señala) Vamos a casa, pensaré en tu castigo mientras llegamos.

Los dos subieron y comenzaron a platicar del pueblo, de cómo se sentía Yamanik en la mansión, etc.

Al llegar siguieron caminando por el jardín, hasta llegar al quiosco donde Akbal tomó la mano de Yamanik.

Akbal- Gracias por esta noche, hace mucho que no me divertía así.

Yamanik- Gracias a usted por todo

Akbal- Ya sé cuál será tu castigo…

Yamanik- ¿Castigo?

Akbal- Perdiste en la carrera.

Yamanik- (Preocupada) Ok….

Akbal- (Tomándola de la cintura) Una cita…

Por un momento Yamanik no supo qué contestar. ¿Una cita? Era la primera vez que alguien la invitaba. Su corazón se aceleró y sin darse cuenta se mordió los labios; Akbal bajo su mirada al ver el gesto de Yamanik y se acercó a ellos con ternura.

Akbal- Yamanik, realmente me haces muy difícil el contenerme…

Depronto se escuchó un gruñido entre los árboles.

Yamanik- (Apartándose) ¿Naul? ¿eres tú? (Se acerca a los árboles) 

Akbal- (Serio) Creo que tu lobo se molestó al vernos solos, (Sin dejar de ver los árboles) mejor entremos o podría atacarme

Yamanik- ¡Claro que no! Naul es muy lindo y tierno

Akbal- (Caminando hacia la casa) Según Kinich, él le gruño en la mañana.

Yamanik- (Apenada) Lo lamento… no volveré a dejar entrar a Naul a la casa…

Akbal- No te preocupes, solo que no lo dejes merodear (Juguetón) ¡no sea que nos coma!

Yamanik- Entonces (Feliz) ¿Puede dormir en mi cuarto?

Akbal- ¡Claro que sí!

Sin pensarlo, Yamanik abrazó a Akbal y le dio un beso en la mejilla, Akbal sonrió y le regresó el beso, pero esta vez Yamanik se sonrojo.

Cada uno se dirigió a su cuarto a descansar y Yamanik abrió la ventana por si Naul quería entrar.

Después de que ella se bañó, salió dispuesta a dormir profundamente, pero Naul ya estaba ocupando toda la cama.

Yamanik- ¡Naul! Yo también quiero dormir en esa cama ¡HEEE! (Moviendo una pata) ¿te cuento lo que hice hoy? Bueno pues fui a …

Le platicó toda su aventura, la fiesta, la carrera con Akbal y con entusiasmo le platico que casi se dan un beso y lo mucho que su corazón latió.

Yamanik- No sé Naul… es la primera vez que me siento así (hunde la cara entre el pelo de Naul) sabes, creo que me gusta el señor Akbal… y no sé cómo voy a ocultarlo de ahora en adelante…

Naul- (Suspira)

Yamanik- ¿Crees que le guste?

Naul- (Bosteza)

Yamanik- (Incorporándose un poco triste, abraza a Naul) No creo… Además, que bueno… el señor Akbal es un hombre poderoso y se ve que viene de buena familia (deprimida) jamás se fijaría en… bueno, alguien como yo… (se deja caer en la cama mientras Naul la ve consternado) Es mejor no hacernos ilusiones Naul… ¡Pero bueno! Basta de charla que mañana ahora si voy a buscar trabajo ¡aunque sea de quita polvo!

Naul le lamió la cara y se acurruco con ella. 

Apenas clareaba cuando Yamanik despertó y no vio a Naul junto a ella.

Yamanik- (Despertando) ¡¿Naul?! …. Mmm este lobo ya se fue… voy a bajar a ver que tienen hoy de desayunar ¡he he!

Bajo alegremente al comedor donde Kinich servía el desayuno.

Kinich- (Poniendo el último plato, voltea a ver a Yamanik) ¡Hola! ¿Pasarón buena noche?

Yamanik- (Nerviosa) MMM si, muy divertida la fiesta…

Kinich- ¡Aja! … (Mirando atrás de Yamanik) ¡Amo buenos días!

Akbal- (De pie atrás de Yamanik) ¡Buenos días!

Yamanik- (Nerviosa voltea) ¡Sese Señor Akbal! ¡Bu buenos días!

Akbal- (Sonriendo) ¿Comemos?

Yamanik- (Tímida) Si…

Con delicadeza Akbal tomó la mano de Yamanik, beso su dorso y la guió a la mesa

Kinich- (Bromista) Señor debería ser más prudente, mire la pobre de Yami, la pone tan nerviosa que su cara está muy roja

Yamanik- (Apenada) ¡Kinich!

Akbal y Kinich rieron por unos momentos y luego siguieron con el desayuno.

Pasaron algunos meses y Yamanik ya se había adaptado por completo a la vida de la mansión. Temprano ayudaba en la cocina y luego iba al establo a darles de comer a los “amigos” caballos.  Pero su tarea favorita era hacerle mandados al señor Akbal, porque tenía pretexto para verlo.

Estaba tan contenta que en ocasiones se olvidaba por completo de su vida pasada. Era libre de ir y venir por toda la casa, siempre estaba alegre y cantando, por lo que todos decían que la casa se había vuelto más alegre con la llegada de Yamanik.

Todas las noches Naul se dormía con ella y le platicaba lo que hacía durante el día, lo que pensaba y su gran amor el Señor Akbal.

Realmente era una vida maravillosa, pero aún así no dejó pasar por alto algunos sucesos que le parecían peculiares.

Yamanik- (Acomodando leña en la chimenea de la habitación de Akbal) ¡Tonta! ¡No traje fósforos!

Kinich- (Entrando a la habitación) ¿Ya terminaste Yami? Es hora de cenar y tienes que darte un baño.

Yamanik- ¡Lo lamento! En un momento terminó, se me olvido los fósforos.

Se levantó rápidamente y salió de la habitación; luego recordó que no había fósforos en la cocina por lo que regresó a pedirle unos a Kinich

Yamanik- (Regresando a la habitación) ¡ki…!

Antes de terminar de entrar se detuvo de golpe al ver a Kinich de rodillas frente a la chimenea con la mano extendida, luego vio claramente cómo de sus manos brotó una pequeña flama que prendió la leña.

Yamanik- (Sorprendida) ¡¿Cómo hiciste eso?!

Kinich- (Levantándose de golpe) ¿Yami?

Yamanik- ¡Tus manos! ¡Salió fuego de ellas!

Kinich- ¿De qué hablas? Lo prendí con fósforos

Yamanik- ¡Pero yo vi…!

Kinich- (Interrumpiendo) ¡Vamos! ¡ya tienes hambre y ves cosas!

Pero eso no fue lo único extraño que pasaba en la mansión, también se dio cuenta que jamás la dejaban ir sola al pueblo y hablar mucho con la gente. Además que una vez a la semana cerraban las puertas de la mansión y no le dejaban salir, diciendo que era día de osos y que era peligroso.

Otro hecho que le pareció peculiar, fue que en el almacén había un sótano al que solo tenía acceso Kinich.  Cuando ella merodeaba los demás trabajadores o hasta el mismo Akbal la apartaban de allí.

Por eso el día que Kinich le pidió de favor que metiera unas semillas al almacén, Yamanik no lo pensó dos veces.

Kinich- (Apurada) ¡Yami! Por favor ¿podrías llevar esto al almacén? Solo los dejas en la entrada y te sales ¿ok?

Yamanik- ¡Claro!

Cargó unas cajas pesadas y se fue emocionada. Luego de entrar, dejo en una esquina las cosas y aprovechó para merodear.

Yamanik- Pues no parece nada extraordinario más que un almacén….

Después vio la puerta del sótano y la abrió con cuidado, allí vio varios estantes y libros viejos en ella. Cuando quería entrar, escuchó la voz de Kinich que la llamaba, por lo que al voltear rápido, tiró un pequeño álbum de dibujos del cual salió una llave y un pedazo de dibujo roto. Los metió a su bolsa y salió rápido para no ser regañada.

Kinich- (Seria) ¿Por qué no salías?

Yamanik- Quería acomodar las cajas, pero estaban muy pesadas

Kinich- Está bien, luego las acomodará el amo.

Toda la tarde se la pasó pensando en ese sótano y en el dibujo. Cuando estuvo por fin en su habitación, sacó los dos y vio que el dibujo era el retrato de una mujer de cabello negro largo, pero no tenía el pedazo del rostro, era como si lo hubieran quemado.

Yamanik- (Preocupada) ¿Quién será? ¡No sé, por qué lo tome! ¿ahora cómo lo regreso?  Si se enteran, me van a regañar o pensaran que soy una ladrona… (suspira mientras regresa la vista a la foto) Ese collar…

Asombrada tomó la foto y la acercó un poco más a la luz donde vio el collar que Akbal le había regalado.

Yamanik- ¡Es el collar que el señor Akbal me regaló!

Volteó la foto y en letra casi imperceptible se alcanzó a leer “Esmeralda”. En ese momento recordó la fiesta y el hombre que la había llamado “Esmeralda perdida”, con más curiosidad, guardó la foto y la llave en su cajón, bajó a la cocina y comenzó a jugar con el collar frente a Kinich.

Yamanik- ¿El señor Akbal llegará noche?

Kinich- (Incomoda al ver el collar) No lo sé Yami…. ¿lo extrañas?

Yamanik- (Apenada) ¡NO! Solo era curiosidad…. ¿Sabes? Él me regaló este collar ¿no es bonito?

Kinich- (Intentando ocultar su nerviosismo) ¡Oh! ¡Este! Si… es un collar muy lindo…

Yamanik (Dándose cuenta) Sabes Kinich, en la fiesta que acompañe al señor, me dijeron algo que me causó curiosidad…

Kinich- ¿Sí? ¿qué te dieron? (bromista) ¿qué el amo y tú hacen una linda pareja? ¡Ha ha!

Yamanik- No, me dijeron “Esmeralda Perdida”

Kinich- (Sorprendida) ¡¿Qué?!

Yamanik- (Seria) Kinich ¿De quién es este collar? ¿quién es la esmeralda perdida?

Kinich- (Completamente atónita) ¡¿PERO?! ¡¿ACASO?! ¡NO! … no sé de qué me habla… lo lamento tengo que ir a poner la mesa.

Sin más palabras, Kinich salió de la cocina llenando de intriga a Yamanik

Yamanik (Hablando para sí) “Creo que tengo que averiguarlo por mí misma…”

Al otro día cuando intentó salir de la mansión los trabajadores se lo impidieron.

Trabajador- ¡Lo lamento pero es temporada de osos!

Yamanik- Solo será un momento

Trabajador- No puedo señorita, son órdenes del amo.

Derrotada se dio la vuelta y regresó a su habitación, luego recordó la llave y salió al jardín con ella.

Yamanik- Recuerdo que vi otra entrada por aquí…. Era una puerta vieja (buscando entre los arbustos la encuentra) ¡Bingo!

Con cuidado metió la llave y la hizo girar, la puerta chilló y se abrió un poco. Echó un último vistazo y salió.

Sigilosamente caminó directo al pueblo y cuando estuvo a metros de allí, sintió un ambiente diferente, no se escuchaba ruido como en otras ocasiones por lo que realmente pensó que era época de osos.

Se escondió tras una casa y vio un enorme lobo caminando por la calle, luego otro y otro… Pensó que talvez el pueblo había sido atacado por una manada y que ella estaba en grave peligro.

Se dio la vuelta para regresar, pero se topó con otro enorme lobo gris.

Yamanik- ¡AH!

Lobo Gris- ¡SSSS! Que escandalosa eres

Yamanik- (Completamente atónita) ¿HA HA Hablas?

Lobo Gris- ¡Claro! … ¿No me reconoces?

Yamanik- ¡NNN NO!

Lobo Gris- ¡Soy Iktan!

Yamanik- (Asombrada) ¿Iktan?

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