Jueves 5 de Julio.

Me encontraba trabajando por la tarde cuando recibí una llamada de un número desconocido.

del otro lado solo escuchaba unos acordes en la guitarra y de repente esa voz que me era familiar, la misma voz que tenía varias noches arrullando me para dormir.

"Hace falta que te diga

Que me muero por tener algo contigo?

¿Es que no te has dado cuenta

De lo mucho que me cuesta ser tu amigo?

Ya no puedo acercarme a tu boca

Sin deseártela de una manera loca

Necesito controlar tu vida

Ver quién te besa y quién te abriga...

-Hola Gabriel... -

Ya no puedo, continuar espiando

Día y noche tu llegar adivinando

Ya ni sé, con que inocente excusa

Pasar por tu casa

Ya me quedan tan pocos caminos

Y aunque pueda parecerte un desatino

No quisiera yo morirme sin tener

Algo contigo...

-Te gustó?- preguntó

Mi corazón se hizo pequeño y también se derritió hasta caer por mis pies. Era casi mi hora de salir y Gabriel se ofreció a llevarme a mi casa. lo cual le agradecí ya que tenía que llegar temprano a empacar.

esa semana la cacera nos pidió que desalojarmos el lugar y ya habíamos encontrado un lugar más cerca de la casa de Gabriel aún que la renta era un poco más alta.

A las 7:30pm Gabriel paso por mi puntual a mi trabajo. fuimos a un supermercado y en el estacionamiento nos comimos una paleta helada.

yo estaba sentada sobre su regazo, recargada en sus brazos. me sentía dichosa y plena.

platicamos un poco. nos abrazamos y nos contamos tantas cosas .

Gabriel no podía evitar pasar su boca helada por mi cuello, eso me hacía volver loca. me estorbaba la ropa y quería cormemelo, pero seguía sin besar sus labios.

-Por que evades mi beso?- preguntó serio

-Creo que ya habíamos hablado de eso!- respondí

-Buenos, para mí es importante probar tus labios. Quiero conocer tu sabor. Me vuelve loco tu aroma- me dijo casi en un susurro mientras olía el cabello detrás de mi oreja.

Yo sentía que iba a volverme loca y pedirle que me tomara ahí mismo en el auto. No entiendo cómo pude controlar me.

-Lo siento, en verdad es demasiado importante para mí dar un beso- le dije mientras me quitaba de su regazo y me incorporaba de nuevo en el asiento del copiloto. -Yo se que debe parecerte ridículo que a mis 20 años quiera conservar un simple beso. Y se que me gustas. Niño me gustas tanto que se que un día voy a perder la cabeza contigo, pero aún no me siento completamente segura como para darte algo tan íntimo que he atesorado este tiempo. Para mí dar este beso significa entregar mi corazón y no sé si tú quieras eso-

Su semblante cambio de repente, sus manos dejaron de buscar mi cuerpo, se recargo en el asiento y desvió la mirada hacia la calle. mi corazón se congelo al momento. estuvimos en silencio durante varios minutos hasta que llegó un guardia de seguridad del estacionamiento y nos saco del trance.

-Buenas noches, no pueden estar en este lugar- dijo mientras con su linterna nos aluzaba.

-No se preocupe, ya nos íbamos- respondió Gabriel mientras encendía el auto.

Es obvio que el pensaba que estábamos haciendo algo más. Pero al ver que cada uno estaba en su asiento se retiró.

El trayecto a mi casa parecía un funeral, el se mantuvo serio conduciendo y yo pegue mi cara a la ventana. Cada quien iba en su propio pensamiento. Al llegar baje del auto y le agradecí por haberme llevado a comprar víveres y por traerme a mi casa.

-En verdad muchas gracias, y discúlpame por hacerte perder tu tiempo- le dije mientras cerraba la puerta del coche. El no respondió nada.

Me encamine a la puerta y justo cuando estaba por sacar las llaves de mi bolso sentí su mano tocar mi antebrazo con delicadeza.

-No perdí mi tiempo, cuando gustes puedo llevarte a hacer tus vueltas- me dijo mientras me giraba lentamente para quedar frente a frente

-Natalia, yo no puedo prometer nada. Yo vivo al momento y hago lo que siento por impulso.- lo decia mientras acercaba su rostro al mío. -No te extrañe si un día no resisto más y te robó un beso- sus labios rozaban los míos.

-Debo entrar- dije soltandome de su agarre. fueron segundos eternos para encontrar las llaves en mi bolso. Gracias a Dios siempre uso llaveros voluminosos para no batallar. pero eran tantos mis nervios que sentía como si mi bolso fuera infinito.

-Ya tienes la dirección de tu nuevo domicilio? - preguntó

-No, aún no- mentí -Solo se que es una colonia más céntrica-

En realidad si lo sabía. Esa misma noche comenzaríamos la mudanza, ya que por nuestros trabajos se nos complicaría más hacerlo de día. el Fin de Semana terminaríamos.

-Si necesitas ayuda con la mudanza no dudes en llamarme- comentó -Mi camioneta es amplia

-Gracias pero llevo pocas cosas y ya está todo planeado. Que pases buenas noches!- le dije mientras entraba y cerraba la puerta. me recargue en la puerta y puse las manos en mi pecho.

Esa sensación ya la conocía, estaba comenzando a desilucionarme. Y como esto aún no había comenzado lo mejor era poner tiempo y espacio entre los dos.

Gabriel subió a su auto. yo no noté que en realidad no se había ido de mi casa. siguió durante casi una hora ahí.

yo estaba ocupada en mi cuarto cerrando cajas y empacando mi ropa.

Él se quedó un momento pensando, jugando con su celular y escuchando música. dándole vueltas a sus pensamientos. en un momento pensó en bajar del coche y decirme que en realidad si estaba sintiendo algo por mi pero que ni el sabía que era. Pero el coro de una canción en el estéreo de su auto lo detuvo

..." O nací enamorado o en verdad nunca lo he estado

Y no, es que no crea en el amor

Simplemente así soy

Si decir "mañana" es predecir y decir "perfecto" es mentir

Porque no mejor sentir

Estos labios, estas manos

Que no paran aunque estoy tan débil

De intentarlo y fallar tanto

Las marcas en mis brazos dicen

No puedo prometer un "por siempre"

Ni siquiera se si puedo un "hoy"

Todo lo que diga esta noche olvídalo"

Gabriel ya tenía sus propias batallas con sus problemas internos. Por qué traerme a mi a una vida tan caótica. Encendió el motor de su auto y se fue.

más tarde llegaron Carlos, Luis y otros amigos de mis roomies con sus autos y comenzamos la mudanza. no teníamos muchas pertenencias así que sin pensarlo esa misma noche quedamos instaladas en la nueva casa. Y con ese cambio de domicilio decidí también cambiar mi rumbo y ya no tener más contacto con Gabriel.

A la mañana siguiente me levanté tarde. olvide poner a cargar mi celular y este se apagó. perdí las primeras clases y cuando por fin pude encender mi equipo descubrí varios mensajes de Gabriel preguntando si estaba ocupada y si podía marcarme.

Decidí no contestarlos. Tampoco una llamada que me hizo por la tarde. No volver a tener contacto con él hubiera sido lo mejor.

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