Capitulo 4

«Un pequeño cambio no hará mal a nadie» pensé.

Cuando acerque mis manos al cuadro, escuche fuertes pisadas, que se acercaban a gran velocidad.

Saimon gritó _ ¡Azul! _ enojado, me detuve por unos instantes para alcanzar a verlo, y lo miro de forma desafiante dado que siempre le quería llevar la contraria  (además no podía aceptar que eso afectara mucho a alguien era

solo un pequeño cambio, ¿por qué le afectaría tanto?)

Él dijo _ No lo hagas. _ Al mismo tiempo que se acercaba de forma precavida.

_«Por favor Saimon eso fue como decirme hazlo.» _ Por supuesto que esas palabras no iban a evitar nada, me sentía como un gato jugando con las cosas de un perro, quería provocarlo. La mirada y la desesperación que note en él, me incentivó a continuar. En el momento que toco el cuadro pude notar que algo se deslizó por debajo, como una hoja que cae de un árbol dejándose llevar por el viento quedo suspendida en el aire. Tiempo suficiente para que todos vieran esa foto antes de caer al suelo...

Lo recuerdo... eso si lo recuerdo y lo sé. No por rumores, sino con mis propios ojos. Yo supe antes que todos que iba a venir alguien nuevo al colegio, ya que su expediente estaba en la oficina de la psicóloga. Tenía la extraña manía de querer leer todo cuando ella me dejaba sola en esa habitación, por otros asuntos. El documento decía "Procede de una familia adinerada, hijo único, actualmente vive con su padre, su madre falleció en un accidente...

Todos lo sabían sin necesidad de leer ese documento, ya que era la pregunta que más frecuentaban hacerle _«¿Tienes  hermanos?» y la repuesta siempre fue la misma _ No, soy hijo único.

Sin embargo, esa foto decía «Te queremos mamá, feliz día». Y era muy notable que el de la derecha era Saimon, y junto a él había alguien que se le parecía mucho, aunque se notaba que lo superaba  en edad.

_«¿Quien es él ?» _ le pregunto a Saimon en mis pensamientos.

_No te interesa (traducción: no te metas en lo que no debes)._ Contesto muy frío.

Luego de un largo silencio incómodo y el cruce de miradas, Saimon continuó_ Creo que ya deben irse, ya hicimos mucho  por hoy y el resto del trabajo lo terminaré yo, así que no se preocupen.

Di media vuelta, y me dirigí hacia el sofá para tomar mi mochila _ Tu lo has dicho_ dije _ luego no te arrepientas.

La verdad es que estoy acostumbrada a esperar, porque sé que todas las cosas ocultas siempre lucharan para salir a la luz. Por eso no insisto. «Espera... Azúl detente»_ lo dije para mi misma, cuando vi la hora note

que no era tan tarde como esperaba que fuera, y como le había dicho a papa que sería. _ «Si te vas ahora vas a tener que cenar con la manada de ricos huecos, donde hablan de estupideces y no te dejan comer. ¿Qué hago?... ¿Qué hago?... No me quiero ir, pero hasta ahora estaba siendo muy cool para marcharme. ¡No!... ¡No pidas ayuda! ¡Solo vete! Y haz tiempo por ahí. Sí. Si, eso es una buena idea. Pero... Espera no, no creo que sea buena idea, ya que hay varios conocidos de papá en esta ciudad, y de seguro que le llegaran con el chisme...» _ Estaba desesperada hasta que llegué a la conclusión de _ «Solo ríndete. No creo que vaya a ir a esta cena me muera»

Al llegar a casa papá se sorprendió, pero de una extraña manera parecía estar feliz. Él me pidió que vistiera adecuadamente a la situación, es decir con un vestido y zapatos de tacón, pero por mi mente pasó _ «Ni aunque esté drogada»

Con la intención de no darle la oportunidad a papá que diga que me cambie, tardé todo lo que se podría tardar en arreglarme. Ni en sueños usaría una falda o vestido. Desde ya lo digo, ese estilo no va conmigo.

El truco funcionó y no tuvo más remedio que dejarme ir así.

Al llegar al lugar, mi padre le señaló una mesa donde había una pareja, junto a dos chicas y un chico.

Ahí nos sentaremos. _ dijo  papá

El señor de la mesa miro a  papá, y lo saludo con alegría (Aunque parecía una sonrisa muy fingida si me lo preguntan), luego hizo señas para que se acercara.

El chico que estaba junto a él se da media vuelta para ver con más atención a quien saludaba el hombre.

Yo observé al chico por un minuto... eterno. Cuando por fin recordé, mi corazón se detuvo y una sensación de tristeza la invadió por completo.

La chica dijo Jheick _ tratando de llamar su atención.

Escuché su nombre, y un pequeño recorte de memoria se hizo presente en mi mente. En el, estaba una pequeña yo, junto al pequeño Jheick. Prometiendo una alianza con nuestro dedo meñique, para combatir a los enemigos juntos. “Mi nombre es Jheick, pero para ti seré nada más, y nada menos que... _ dijo la suave voz del pequeño _... Jhey.”

Él fue especial para mí. Fue la primera vez que no sentí miedo de que alguien me tocara, lo único que sentía... fue la esperanza de que nunca más estaría sola.

El día que lo conocí recuerdo que El timbre sonaba una y otra... y otra vez. Eso me molestó e hizo que abriera los ojos. Miré hacia un costado en dirección a la mesita de luz donde estaba el despertador. Eran las 9 a.m.

Sabía que no estaba papá, (igual estaba acostumbrada, a pesar de mi corta edad me las amañaba)

Sinceramente, no quería responder a la puerta, pero lo hice, de modo casi inconsciente. Ni siquiera pregunte quién era. Y ahí estaba él, ese hombre vestido de traje disimulando ser decente y con la pregunta más sarcástica de todas.

_¿Está tu padre? _ dijo, no sé por qué preguntó si ya sabía la respuesta, él trabajaba con papá. Iba  a cerrar la puerta tan pronto lo vi, pero puso su pie para evitar que esta se cerrara. Me Tomo por la cintura y me alzó. Yo forcejeé mientras él me metía adentro, pero no logré librarme de él...

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