Quero ela!

Había pasado un mes desde que Elena había sido vendida por su madrina, había hecho otras amigas y había destacado en todos los entrenamientos, aparte de la parte de estudio donde era una de las que más nota sacaba entre las chicas, no le habían asignado ningún trabajo, no sabía por qué, pero no era nada que no le gustara, aunque no era libre se sentía segura allí, y además tenía compañía y gente a la que le caía bien.

***En la habitación de Elena.

Amy: tenías que ver a ese tipo, era tan viejo que cuando llegamos a su casa después del evento había bebido tanto que dormía como una piedra, mejor para mí, que sólo lo acompañé y me pagaron de todos modos.

Ayla: Que suerte, en todos mis trabajos he tenido que hacer otras cosas, ninguno ha sido amable o simplemente se emborrachaba y dormía....

Laila: Yo tampoco tuve suerte, aunque era principiante, todos querían todo... y algunos eran despreciables, ¡vaya!

Elena es la afortunada, es la favorita de Madame Debois y Jamila la trata muy bien, y nunca ha tenido clientes... Te envidio amiga mía...

Elena: É\...Tuve suerte de verdad\, pero ganas dinero de todas formas né\, me mantiene Ayla *risos*

Ayla: Sí, no podemos quejarnos del pago, pero no me importa en absoluto mimar a mi pequeña Elena aquí *risos*

Ayla se lanza sobre Elena y la abraza, haciéndola caer sobre la cama, le cubre la cara de besos y Elena grita un poco, las demás chicas se ríen de ella excepto una.

Talia: É\a.\a.\a.\a.\a.\a.\a.\a.\a. *risos* como si ser el bombón y que tu amiga te apoye fueran grandes pesos..\ ¡dame un respiro!

Elena y Ayla se levantan y todas miran a Talía.

Ayla: ¿Qué quieres decir, Talia?

Talia: Oh vamos! Desde que esta chica llegó ha sido favorecida por todos y nunca tuvo que lidiar con clientes babosos y asquerosos, no me hables como si ser apoyada por Ayla fuera una gran carga para ti, estoy segura de que amas todo lo que hacen por la pequeña querida!

Laila: Talia... ¿qué te pasa?

Talia: Nada, no ha pasado nada, es que no puedo entender qué le pasa a esta chica para que sea tan favorita, qué más da que sea buena en sus clases, ni siquiera tiene cuerpo, cómo les va a sacar provecho, qué has hecho, convertirte en el juguete de Anthony, ¿estás pasando la noche con él?

Ayla: Cierra la boca...

Ayla se levanta y va a atacar a Talía, pero Elena la agarra del brazo y la detiene.

Elena: Mira, Talía... realmente no sé por qué estoy siendo privilegiada de esta manera, o por qué hasta ahora no he tenido que lidiar con ningún cliente, realmente no lo sé... y puede que te sientas agraviada por ello... pero esa no es razón para que me digas ese tipo de cosas, ¡yo nunca te he hecho nada!

Talia: LA CHICA, ¡CÁLLATE!

Talía se levanta bruscamente y sale de la habitación dando un portazo. Elena intenta ir tras ella, pero Ayla la sujeta en la cama.

Ayla: ¡No importa Elena!

Elena: ¡No, necesito hablar con ella, puede que necesite ayuda!

Amy: Amigo, así es ella, siempre ha sido grosera y mala con las otras chicas, no servirá de nada...

Elena: De acuerdo, puede que sea así, pero ¿alguien se ha parado a pensar por lo que puede estar pasando? necesita a alguien que la escuche, voy a por ella.

Elena sale de la habitación e intenta buscar a Talía, pero no está en la habitación ni en ningún sitio, así que decide ir a la habitación de Jamila y como está tan nerviosa se olvida de llamar a la puerta y la abre hablando.

Elena: Señorita Jamila, disculpe...

Cuando Elena levanta la vista, ve a un hombre trajeado sentado de espaldas a ella frente al escritorio de Jamila.

Elena: Ah, lo siento señorita, lo siento señor, entré sin llamar, lo siento...

Elena baja los ojos avergonzada y está a punto de marcharse cuando oye la voz de Jamila.

Jamila: Elena...

Elena cierra los ojos y vuelve lentamente al salón, temerosa de que Jamila se pelee con ella. Sigue mirando al suelo y cierra la puerta tras de sí.

Elena: Sí, señorita...

Jamila: Ven aquí...

Elena camina hacia su escritorio y se detiene junto al sillón del hombre. Siente que él la está mirando, pero decide no voltear para comprobarlo.

Jamila: Puedes hablar, si has entrado así imagino que no sea ninguna tontería...

Elena levanta la mirada y Jamila parece seria, pero amigable, así que habla.

Elena: Es Talia...

Jamila: ¿Qué ha hecho ahora?

Elena: No, ella no ha hecho nada. Solo... estoy un poco preocupada por ella. Parece estar muy irritable y siempre triste desde su último cliente. Tuvimos una conversación y parece estar peor de lo normal... Solo quería avisar y pedirle que, si es posible, encuentre a alguien para hablar con ella, ya que no se abre ni conmigo ni con las otras chicas...

Jamila: Ah, entiendo... voy a investigar el asunto, pero gracias por avisar. No quiero tener problemas sin tener el mínimo conocimiento sobre el motivo... Puede volver a sus actividades.

Elena: De acuerdo, con permiso señorita, con permiso señor...

Cuando Elena se da vuelta hacia el hombre, él la está mirando fijamente. Ella se siente un poco perdida en la intensidad de sus ojos. Era muy guapo y seguramente se quedaría grabado en su memoria por un tiempo, pero pronto se recompone y sale de la sala. Jamila se da vuelta hacia el hombre y él habla con una voz profunda y muy segura de sí mismo.

Hombre: La quiero a ella.

Jamila: Pero ella no tiene experiencia, nunca ha tenido ningún cliente...

Hombre: ¿Es maleducada? Porque por lo que veo no parece.

Jamila: No, señor, ella es la alumna favorita de la Madame Debois, simplemente no tiene experiencia en el campo. Lleva solo un mes aquí.

Hombre: Excelente, es precisamente a ella a quien quiero, y no me llame señor, me hace sentir viejo. Llámeme Ethan, por favor.

(Ethan Heddle)

Jamila: Muy bien, Ethan, estará lista en una semana.

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