Que está pasando.

Capitulo 3

Pov Emily Mendes Castillo.

Cómo puede ser posible que no hayan sido ellas, nadie más está autorizado para entrar a mi habitación cuando yo no estoy, soy muy desconfiada con mis cosas.

- Pensé que habían sido ustedes, por eso me lo coloque.

Les digo a mi hermana y madre, pero ellas niegan.

- De pronto fue alguna de tus tías, ya sabes Rebecca acaba de llegar.

Ah verdad mis tías aunque no son de sangre las conozco desde bebé y me acostumbré a llamarlas tías, supongo que fue ella, de todos modos no me pienso amargar mi fiesta de cumpleaños, dejando de lado ese tema voy al bar por un trago, al ver al Barman está muy guapo, demasiado a decir verdad.

- Oye me regalas una chupito.

Le digo, a lo que el voltea y me guiña el ojo, solo ruedo los ojos los hombres son tan predecibles.

Luego de unos segundos vuelve con mi chupito que me lo todo de un solo trago y voy en busca de mi mejor amiga, la cual la veo bailando con las demás chicas que eran nuestras compañeras, me uno a ellas y empezamos a mover nuestras caderas al ritmo de la música.

- Emily, Lili nos estaba contando que vas a tener departamento nuevo, me imagino que nos vas a invitar y haremos fiestas.

Le doy una mirada a Lily de reprobación, aún no quería que nadie se enterara, porque a pesar que es mi apartamento se que mis papás me han dado toda la confianza y no les pienso fallar.

- Aún no se cuándo me mudé y pienso enfocarme bastante en mi carrera.

Trato de excusarme para no ser grosera y mandarlas al diablo y decirles que no las quiero en mi nuevo hogar, porque vamos se que son unas hipócritas que solo están por el dinero que poseen mis papás.

- Oh Emily no seas aburrida, siempre has sido muy inteligente, además con todo el dinero que tienen tus papás seguro te compran el título y ya.

Me dice Leila una de las chicas, ella siempre ha envidiado a mi familia y la relación que tengo con mis padres ni siquiera sé que hace acá, si le caemos tan mal, solamente hipocresía.

- Te equivocas Leila, a mi me gusta ganarme las cosas por mi esfuerzo, no por el dinero ni la influencia que tienen mis padres, porque eso lo tienen ellos gracias a su trabajo, ahora es mi turno de ganarme todo eso, pero por mi propio trabajo.

Le digo dejando a todas las chicas con una cara de sorprendidas, saben que muy pocas veces soy de responder a las estupideces de Leila, pero hoy es mi cumpleaños y no me pienso aguantar nada.

Para evitar más enfrentamientos voy hacia donde está mi papá hablando con unos socios, lo abrazo por detrás, por lo que el se voltea al verme se relaja notablemente y me regala una hermosa sonrisa.

- Emily te presento a Gustavo Petrov, el es el hijo adoptivo de la familia Petrov Villa.

Hago memoria de quienes son, hasta que recuerdo a unos señores ya de edad muy amables y respetuosos y que siempre me tienen chocolates, me agradan mucho.

- Un gusto Emily, puedo preguntar dónde están tus padres, siempre tienen chocolates para mí.

Digo sin ninguna intención de sonar mimada pero fracase en el intento a lo que mi papá ríe y veo que Gustavo también, lo detallo y parece un Dios griego, espalda ancha, se nota que trabaja bastante en tener un buen cuerpo y vaya que con ese traje se le nota, unos labios rosaditos y gruesos, cejas gruesas, una barbilla perfilada y unos ojos tan negros como la noche, un sueño de hombre y verlo reír es aún mejor.

- Lo siento señorita, mis padres no vinieron, pero me pidieron que le entregará esto, espero mi presencia no vaya a incomodar.

Agarro la bolsa y veo y son mis preciados chocolates.

- Dile a tus padres que solo los perdonó por no asistir a mi cumpleaños porque los chocolates de la señora Petrov son los mejores, no me incómoda tu presencia así que disfrutes, ahora sí me permiten iré a guardar esto.

Voy hacia mi habitación a esconder mis chocolates antes que aparezca alguno de mis hermanos y me los quieran robar, voy subiendo las escaleras y veo que la puerta de mi habitación está entre abierta, recuerdo haberla cerrado, al entrar veo que está una de las sirvientas, eso me extraña porque se supone que tienen que estar abajo atendiendo a mis invitados, además de que está estrictamente prohibido entrar a mi habitación sin mi permiso, observó que hace y la veo dejar una nota y agarrar unas joyas mías.

- Que mierda haces acá y sin mi permiso, pero sobre todo porque dejas notas y agarras mis joyas.

La empleada tensa todo el cuerpo, al girarse puedo ver su cara de pánico y empieza a llorar.

- Perdóneme señorita, me han obligado a dejar está nota acá, yo no quería hacerlo, perdóneme por favor.

- Quien te ha obligado habla.

Le digo duramente pues no le creo nada.

- No lo se, solo me han amenazado y por eso lo he echo.

- Y las joyas, también te han amenazado por eso.

Le digo, porque no se algo me parece extraño.

- Algo así, me pidieron algo de valor suyo, supongo que lo de más valor han de ser sus joyas.

Ahí se equivoca, lo de más valor no son mis joyas, es mi familia, ellos son mi mayor fortuna.

- Ve a tu habitación y no salgas de ahí, tendremos una larga conversación.

Ella se va y yo reviso que no me falte nada, al ver todo en su lugar leo la nota.

..."Ese vestido te queda tan perfecto, que hasta olvidaría la venganza por tenerme en mi cama, pero la familia es primero"...

Que mierda, o sea que quien me manda estás notas es el mismo que me envió este vestido pero como hizo para entrar, con la cabeza en otra parte bajo nuevamente a la fiesta y me dirijo nuevamente al bar, el Barman al verme me da un trago, pero este también tiene una nota, la agarró con rapidez.

..." Disfruta tu tiempo pequeña Emily, la venganza se acerca y no podrás escapar, es un juego el que está por comenzar y tú ni sabrás quien te quiere lastimar"...

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