capítulo 4

Ya era tarde cuando terminó el dibujo, Emma nota que Isadora se ha quedado dormida y la besa en la frente, se levanta y la cubre.

Diogo estaba en la habitación cuando Emma bajó las escaleras, apareció Vilma y se acercó a ella.

Emma: Creo que es mi hora, Isadora está durmiendo.

Vilma: Le gustabas, eso es increíble porque siempre fue difícil acostumbrarse o gustarle a alguien.

Emma: Me alegro de que nos llevemos bien, es una chica encantadora.

Vilma: Si lo es mi amor, ¿eso quiere decir que te quedarás con nosotros?

emma: si

Vilma: Que maravilla, seguro que Isadora sera muy feliz, necesita el amor de una madre

Emma: Espero poder estar a la altura de esto, no tengo idea de cómo ser más pero la haré feliz a mi manera.

Vilma: Así es, cuando el amor es sincero, cuidado, gesto, no necesitas nada más, estoy segura que serás una buena madre e Isadora te verá como una

Emma: dale un beso

Vilma: ya le avisare

emma: licencia

Emma se despide de Vilma y camina hacia la puerta, ella va hacia el portón del condominio y se queda afuera mirando su celular pidiendo un taxi, los portones se abren y sale un auto de lujo y se detiene.

Diogo: pasa te llevo a tu casa

Emma: No es necesario señor, ya estoy llamando un taxi.

Diogo: Entra pronto, los sábados es difícil conseguir un taxi por aquí.

Emma: No quiero molestarte.

Diogo: Chica entra pronto, no me hagas perder los estribos.

Emma se queda en silencio y se sube al auto de atrás, Diogo la mira sin entender pero luego dirige su atención al frente.

Como ya sabe su dirección conduce hasta allí y van en silencio, en el camino Emma recibe una llamada y contesta hablando lo menos posible y en voz baja.

emma: hola amelia

Amelia: Amiga te extraño, desapareciste y ya no enviaste mensaje

Emma: Lo siento, estaba buscando trabajo y solo me centré en esto.

Amelia: ¿Cuándo vienes aquí? Te extraño

Emma: Amelia por favor no saques ese tema, ya dije que no vuelvo, respeta eso

Amelia: Lo siento, se lo que paso, solo te extraño.

Emma: Cuando pueda pagar un boleto para que vengas a verme, ahora tengo que colgar.

Amelia: Primero dime si conseguiste el trabajo

emma: sí, lo hice.

Soy secretaria

Amelia: Maravilloso, felicidades, te amo amiga

Emma: Yo también te amo, adiós.

Ella cuelga y respira hondo, cerrando los ojos, Diogo no puede evitar notar su expresión de tristeza.

Diogo: ¿problemas?

Emma: No señor, lo siento, le respondí.

Diogo: te ves triste

Emma: no lo estoy, solo me falta una amiga mas tarde ella estara aqui

diogo: esta bien

Diogo siente la mentira en su mirada y en su manera perdida de hablar, es como si estuviera buscando palabras, lo deja porque no es de su incumbencia y tampoco le interesaba, piensa.

Llegan a un pueblo y Emma se baja del coche.

Emma: Muchas gracias por el viaje y perdón por algo.

Diogo: estar en casa temprano el lunes

Ema: ahí estaré

Él se va y ella entra a su casa, va directo a su cuarto y se sienta en la cama frotándose la cara con las manos, varias cosas pasan por su cabeza, pasadas y presentes.

Se va a bañar y luego va a preparar la cena, toma un alimento congelado y lo deja en el microondas, lo lleva a la cama y come usando su celular. Suena el timbre y va a abrir ella, su nueva amiga y vecina Lara, ella fue quien le alquiló la casa a Emma y son amigas desde entonces.