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Roberta no podía cree lo que le estaba pasando, hace tres días que había desaparecido, ¿que pensaría su marido?, ¿su hija?, ¿cómo estaría ella, que pensó cuando su mama no llego? ¿Estará comiendo bien?

-Asi... que usted... ¿solo quiere a la mujer de la deadema?

El hombre asintió

-En realidad no lo sé, estaba en un carnaval, cuando choque con una mujer, cuando la golpeé, sin querer le tiré la deadema, pero cuando quise devolvérsela ella simplemente siguió caminando muy rápido, como si...

-¿Estuviera huyendo?- Ella asintió -¿Que más?

- Solo eso, ya que ella se perdió entre la gente, seguí mi camino y mis amigas me dijeron que me la probara, pensamos que era una imitación. - viendo la situación de ninguna manera esa deadema podría ser una baratija.

-fue ahí donde sus gorilas me tomaron.

-Le creo, pero por ahora necesito que recuerde todo lo que pueda de esa mujer.

-¡¡QUE YO NOSE NADA!! todo esto es un error de sus hombres así que déjeme libre - Una vez que entendió la situación y que no era ella a quien quería comenzó a tomar valor y hablar con enojo -¿Que más quiere de mi? - se paro de golpe para poder enfrentar al hombre que tenia frente a ella, pero rápidamente se sintió muy débil y todo a su alrededor comenzó a girar.

Apenas se desmayo ordenaron que la llevarán a un cuarto de la casa.

Cuando despertó noto el cambio del lugar, estaba en una enorme cama tan suave que parecía estar en una nube, las sábanas grises que la cubrían eran las más suaves y hermosas que había visto es su vida, miro a su alrededor y todo era en tonos grises con negro, lo cual hacía de la habitación un lugar lúgubre, estaba observando su alrededor cuando noto al hombre sentado en un sofá esquinero con las piernas cruzadas.

-Te desmayaste, como dije antes tiene tres que tú cuerpo no a ingerido nada, así que estás débil.

se levantó del sillón para llamar a alguien tras la puerta. Después de un rato llego una mujer ya mayor con una bandeja de comida.

-Por favor come, más tarde hablaremos.

estaba a punto de irse cuando Roberta le hablo

-¡¡NO COMERÉ!!...Si no soy quien busca, por favor déjeme ir

-Por supuesto que te dejaré ir, no quiero hacerte daño, todo esto fue un error, pero tienes que recuperar fuerzas y come, pero antes de irte tienes que hacerme un favor, ya que fuiste la última en toparse con mi esposa necesito que me digas lo que puedas.

- Le diré lo que quiera, pero quiero irme ahora

- Eso es imposible, en el último vuelo mi jet tuvo un problema así que estará en mantenimiento unos días, en cuanto sea posible regresarás a tus casa, come antes que se enfríe.

Salió sin esperar respuesta y comiendo una pedazo de fruta mostrando que la comida estaba limpia, Roberta no confiaba nada en el, por alguna razón quería mantenerla ahí, no era estúpida, así que comió lo más que pudo para recuperar fuerzas y buscar la forma de escapar.

.........

Por otro lado su marido se comunicaba con todo el mundo, con la policía, las personas que estuvieron en el último lugar que la vieron, ese mismo momento que se la llevaron sus amigas la buscaron e intentaron comunicarse con ella, lo cual las alertó, ella jamás se iría así y mucho menos sola, no las dejaría por nada, así que se comunicaron con Sebastián que en cuanto sintió que algo no estaba bien comenzó a comunicarse con todos, pero nadie supo de ella, simplemente desapareció.

-Señor, debe entender que existe la posibilidad que su esposa esté muerta.

- No estamos casados- aclaro Sebastián- No puede estar muerta, ella jamás se a metido con nadie.

- También cabe la posibilidad que escapara con alguien más

-JAMAS- Respondió indignado - La conozco muy bien, ella jamás se iría así y dejaría a su hija, se muy bien quien es mi mujer

- Está bien, tranquilo, seguiremos buscando pero ya pasaron cuatro días y aún no se sabe de ella.

Sebastián estaba muy preocupado, por un lado su mujer desaparecida y su hija se encontraba muy mal, después de notar que su mamá no llegaba comenzó a llorar sin cesar y ahora tenía mucha fiebre y no se le quitaba, tenía dos noches sin poder dormir, sus dos mujeres estaban mal y el no podría hacer nada más que esperar.

.........

Roberta intento no caer en sueño, pero al parecer su cuerpo estaba muy débil y sin fuerzas que por más que trato mantenerse despierta no pudo. Cuando despertó se levanto alterada y mirando alrededor del cuarto, por fortuna no había nadie, igual que la noche anterior rápidamente se acercó a la puerta para intentar salir pero estaba cerrada con llave, y no podía salir por la ventana porque estaba muy alto y si intentaba salir por ahí se lastimaria y no podría ir lejos.

Después de comer y dormir sentía sus fuerzas recuperadas, así que rápidamente busco algo que el cuarto e ideó un plan para intentar salir de ese lugar.

No tuvo que buscar por mucho tiempo, encontró unas tijeras, puso una silla del lado que se abría la puerta, se acercó a la puerta para poder escuchar algo, pero al parecer nadie estaba cerca, se sentó al borde de la cama y se tiró resignada con las manos estiradas a ambos lados.

Al cabo de un rato escucho unos fuertes pasos que se dirigían a la puerta, rápidamente se subió a la silla y espero a que la persona entrara.

En cuanto se abrió la puerta sin pensarlo dos veces se abalanzó a la espalda del corpulento hombre y le enterró las tijeras en el hombro.

-¡¡¡Mierda!!!

Como si fuera apenas una pulga la tomo de la mano y la lanzó con fuerza a la cama, ella quedó de rodillas y con las manos al frente sosteniéndose, quedó echa una maraña con su cabello cubriéndole el rostro, rápidamente se quitó el cabello del rostro con las manos, cuando vio al hombre frente a ella con los puños cerrados a punto de abalanzarse sobre ella.

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