Allí comprendí tu comportamiento. No podía dormir; tenía mucha información, pero, a la vez, era tan poca. Sabía tu nombre, tu edad, y me volvía loco pensar en tu boca. Aunque soy tres años mayor, ¿qué podía hacer? Me había enamorado perdidamente de esta chiquilla.
Pasaban los días y las horas. El tiempo que quedaba era tan corto, y tú solo me decías “hola”. Así estuvimos todos los días de aquel verano del 2000. El tiempo había hecho de las suyas, y solo me quedaban dos semanas más antes de que llegara el otoño. Después debía viajar a España para terminar mi carrera de abogado; aún me faltaban cuatro años, y era casi seguro que no volvería.
Esa noche era joven, apenas comenzaba. Ya no podía aguantar más; necesitaba hablar contigo. Junté coraje y me animé. Aproveché que era viernes por la noche, cuando chicos y chicas se reunían en el bar. Sabía que estabas con tu amiga de toda la vida, Camila. Yo estaba con Dilan, mi primo, a quien le gustaba Camila, la hija del farmacéutico.
Nos sentamos los cuatro en una mesa. Ellas pidieron gaseosa, nosotros unas cervezas y algo para picar. Hablamos hasta las dos y media de la madrugada, cuando a la parejita se le ocurrió salir a caminar por la ribera. Iban de la mano, mientras nosotros parecíamos sus chaperones, caminando mudos detrás de ellos. Yo no sabía cómo romper esa barrera de vergüenza sin que lo tomaras a mal.
Entonces se me ocurrió preguntarte:
—¿Qué vas a hacer después del secundario?
La respuesta no tardó en llegar. Dijiste:
—Veterinaria.
Ahí supe que no te alejarías del pueblo. Aproveché para contarte que yo estaba estudiando abogacía, que ya estaba en tercer año, y que el 20 de marzo viajaba a España. Me miraste sorprendida y, por alguna razón, volviste a quedarte muda. Seguimos caminando, y me animé a tomar tu mano. Sentí tanto miedo al rechazo, pero para mi sorpresa, la aceptaste. Me quedé helado.
Fui feliz. Entonces te pregunté:
—¿Puedo besar esos labios que soñé cada día de estos tres meses?
Para mi sorpresa, solo asentiste con la cabeza. Te tomé por la cintura, atrayéndote hacia mí con una mano, mientras la otra acariciaba tu cabello. Te di el beso. Fue tu primer beso. No podía pensar; estaba en las nubes. Creo que tú también, porque no volviste a hablar hasta que llegamos al zaguán de tu casa. Allí, intensifiqué los besos.
Durante los días que me quedaban, continuamos viéndonos. Hasta el día antes de mi partida. Mis abuelos no estaban, así que te invité a mi casa. Para venir, tuviste que mentirle a tu abuelo, diciéndole que estarías con Camila.
Cuando llegaste, lo primero que hice fue besarte y acariciarte. Ya no aguantaba las ganas de hacerte mía. Ardíamos esa tarde. Fuiste mía, y yo fui tuyo. Te amé, y me amaste. Pero entonces sonó el teléfono: era Camila, que te esperaba en la plaza con mi primo Dilan.
Me miraste y dijiste:
—Nos despedimos aquí. No quiero llorar.
Me besaste y te fuiste sin mirar atrás, dejando solo las marcas de que fui tu primer hombre. En el fervor del amor, no medí las consecuencias. Solo espero que te hayas cuidado, porque yo no lo hice. Aunque, con una sola vez, creo que no pasa nada.
Pasaron las horas. Preparé mis maletas. Faltaba poco. Me despedí de mis primos, tíos y abuelos, y les dije que no volvería hasta terminar mi carrera. Me quedaban aún unos cuantos años por delante.
Días después, ya estaba en el aeropuerto de Barajas. Allí me esperaba Raquel para llevarme a la Universidad de Salamanca. También estaban algunos compañeros de Buenos Aires. Entre ellos, había una rubia de ojos color cielo: era Lucía Pérez, la encargada de orientarnos a los recién llegados.
Lucía siempre lanzaba indirectas, pero yo no dejaba de pensar en Milagros. En mi mente seguía presente su perfume a flores y tilos, los mismos que abundaban en Concordia. Con ella tenía un sueño: formar una familia. Era solo un sueño. Ahora, recordando, me doy cuenta de que nunca le di mi número, ni sé si tenía celular.
Hablaré con mi primo Dilan para que se lo pida a Camila. Lo haré en unos días, pero por ahora estoy rindiendo equivalencias. Eso me molesta un poco, porque de ellas depende mi beca.
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Updated 74 Episodes
Comments
Yelsin Yels
Me gusta
2024-01-06
12
Kenna
diferente..📝👏
2022-06-14
2
Elizabeth Leale
gracias !!!
2022-01-31
3