Yuri no quiso esperar más, buscó a Sora entre sus contactos y le llamó, la mujer contestó sabiendo que quería la
chica y cuido las palabras que usaba, ya que estaba con compañía.
—Buenos días. —Sora respondió el celular.
—¿Buenos días? ¿Y Yoona? ¿Qué paso? ¿Por qué explotó la mansión? ¿Por qué tú estás bien? ¿En dónde estás?
—Tranquila… estoy de camino.
—¿Cómo que de camino? ¿De qué estás hablando Sora?
—Estuve algo ocupada… entonces no sabes nada —dijo afirmando.
—S-sí, bueno algo, escuche que trajeron a los sobrevivientes al hospital de su hermano.
Sora asintió, ellos iban justo a ese mismo lugar, solo esperaba que no se hiciera un gran desastre.
—Estoy aquí esperando a que me den noticias, sé que Yoona está aquí, pero no me dejan verla.
Sora pensó por unos minutos, si los cazadores llegaban ahí, seguro iban a interrogar y lastimar a Yoona por ser hermana de Pettyfer. A pesar de ser parte del aquelarre del enemigo, quería mucho a la chica como si fuera su propia hermanita. Pensó que lo mejor era advertirle a Yuri.
—Te llamaré luego.
Sora colgó, Yuri miró su celular molesta.
—¿Por qué diablos me cuelga?
Sora escribió un texto, cuidando de que nadie en la camioneta la viera dando información.
Segundos después el texto llegó, Yuri abrió el mensaje que decía “privado”.
“No me llames más, no me respondas, solo haz lo que te diré a continuación… No hables con nadie, no des información sobre Yoona o relacionada con su familia, no digas quien eres tampoco. Yoona está en la habitación 239 del segundo piso. Necesito que te lleves a Yoona en este instante. No me preguntes como sé esto, solo haz lo que te digo, y ¡Hazlo ahora!”
Yuri sintió una descarga eléctrica, tenía la ligera sospecha de que se avecinaba el peligro. No perdió más tiempo y
puso en marcha su instantáneo plan. Fue a recepción y se despidió de la recepcionista, asegurándose de que la viera salir del hospital.
Era una suerte de que había una tienda de conveniencia cerca, compró un cubrebocas y se puso unos lentes oscuros, pero no fue suficiente, le faltaba algo porque se notaba a simple vista de que era una chica muy sexi, miró a una familia que platicaba cerca de la tienda y cuando vio el momento preciso, se robó uno de sus abrigos que dejaron en las sillas y se fue corriendo. Sintió la adrenalina al 100%. Vigiló cerca del hospital y vio una ambulancia afuera, solo estaba el chofer, se escondió poco a poco hasta llegar a ella y se metió en la ambulancia, vio que había una bata para residentes y se la puso encima, bajó sigilosamente y entró de nuevo al hospital. Caminó como paramédico para pasar desapercibida y encontró una silla de ruedas. Recorrió una parte del hospital hasta encontrar los vestidores, en el closet había muchas batas de doctor, escogió una y se la puso, dejó los lentes y se apresuró a ir al segundo piso.
No estaba familiarizada con los hospitales, pero un mal recuerdo vino a su mente.
“Una noche de fiesta, ella había salido de un antro, había cumplido los 18 años y ya le permitían beber alcohol,
bebió hasta perder casi la conciencia, pero podía caminar a casa. La noche parecía ser perfecta, pero no lo fue. Una camioneta negra se paró a su lado y la subió a la fuerza. No recuerda del todo, pero muchas manos trabajaban rápidamente para desvestirla y manosearla, lo que si recuerda bien, es que despertó en un cuarto de hospital siendo atendida por una enfermera, la mujer le explicó que la policía estaba por esos rumbos y escuchó muchos gritos de mujer, fue entonces cuando interceptó a la camioneta y rescataron a la chica, pero desafortunadamente los secuestradores huyeron”.
Yuri aún recuerda el dolor entre sus piernas y los moretones en todo su cuerpo, es por eso de su trauma con ese tipo de vehículos. A pesar de ese recuerdo, llegó rápidamente a la habitación de Yoona y entró. Sonrió al verla despierta mirando la televisión.
—Yoona…
—¿Yuri?
—¡Estás bien!
Corrió a abrazarla sin dejar de llorar, Yoona le palmeó la espalda.
—No llores, estoy bien.
—Lo sé, no tienes idea de cómo me sentí cuando me enteré de lo que pasó.
Yoona se puso un poco sería, sentía mucho rencor hacia Sora en esos momentos.
—¿Has sabido algo de Sor…?
Yoona no terminó de preguntar, pues la enfermera estaba entrando y Yuri se escondió en el baño. Yoona estaba segura de que su novia entró sin permiso.
Cuando la enfermera se fue, Yuri salió del baño.
—No me permitían entrar a verte.
—Lo sé, lo comprendí cuando te vi entrar con esa bata de doctor.
Ambas se rieron, Yuri se acordó de su plan y miró hacia la ventana, no se veía nadie sospechoso.
—Tenemos que irnos Yoona.
—¿Por qué?
—Creo que vienen por ti, estás en peligro.
—¿Qué? ¿De qué estás hablando?
Yuri agarró una silla de ruedas y obligó a Yoona a sentarse.
—¿Pero qué haces?
—Ponte cubrebocas también.
—¿Pero por qué tengo que irme? Este es hospital de mi hermano.
—Con más razón no puedes estar aquí, ahora calla y hazte la enferma.
—P-pero mis cosas…
—No son necesarias, en mi casa tengo todo lo que necesitas para vivir.
Ante eso, Yoona ya no pudo discutir. Yuri estaba en lo cierto cuando decía que aquí estaba en peligro. Aunque Sora
fue quien destruyó su casa, existían muchos enemigos que querían a su hermano fuera del juego, por dinero o alguna deuda y por consecuente, podrían buscarla a ella por venganza. Era mejor irse con Yuri, sea a donde sea. Salieron secretamente de la habitación hasta los elevadores, por suerte nadie estaba esperando su turno con el elevador y entraron rápidamente. Al bajar, Yuri casi sintió como su corazón latía a mil por hora. Sora y algunos hombres estaban cerca de ahí, esperando su turno para subir al elevador. Había varios elevadores de ese lado y Yuri esquivó a algunas personas para irse del lado contrario a ellos. Afortunadamente pasaron desapercibidas y lograron bajar al estacionamiento.
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Comments
Maria Fernanda Fernanda
salvada por la campana 🙊🙈
2022-02-10
1