Mí nueva vida

Después de ese día, Daniel y yo no cruzamos palabras. Todas las noches podía escucharlo alcoholizado en fiestas, a veces con amigos y otras veces solo con mujeres que deambulaban por la mansión, sin vergüenza alguna.

Por las mañanas tomábamos el desayuno en lugares distintos y cada uno partía para su empresa. Algunas veces el me iba a buscar, necesitábamos tapar las apariencias ante las familias y ante los medios de comunicación. Las veces que compartíamos el auto, ni siquiera nos mirábamos.

Llevo dos meses de casada, pero parecen varios años, eternos y tormentosos. Extraño vivir con Nana y con papá, aunque a él lo veo en la empresa y siempre me pregunta como va mí matrimonio, y siempre le respondo que soy muy feliz. No quiero que papá llegue ni siquiera a imaginar lo que vivo con Daniel.

La empresa me lleva tiempo, y desde que mí suegro compro la mayor parte de ella hubo grandes cambios, me degradaron de puesto, pero de solo estar ahí soy feliz. A papá también lo pisotea la nueva gente de Howell. Pero aún puede tomar desiciones importantes, una de ellas, es abrir las puertas a nuevos inversores. Y de eso me encargo yo, de conocer a los nuevos inversionistas, guiarlos y buscar la ventaja para ambas empresas.

Hoy llegan los nuevos inversionistas, estoy preparada para dar lo mejor y que logremos un acuerdo que beneficie a mí padre.

- Señora Sophie aquí están las personas que estaba esperando. Dice mí secretaria.

- ¡Que pasen por favor!

Los espero con una gran sonrisa y ahí entra Alexandro, acompañado por más personas. Quedó inmovilizada por unos segundos, hasta que la secretaria los presenta

- Señora, ellos representan al grupo Dheax.

- Un gusto conocerlos. Respondo con seguridad.

- Creo que nosotros dos nos conocemos muy bien señorita. Dice Alex irónicamente...

- Desde hace un tiempo soy señora. Retruco con una sonrisa.

El proyecto que presentaron era un éxito, Alexandro al igual que yo, tenía grandes logros y era una persona con un perfil muy profesional. Trabajar con el, me daría esos beneficios que tanto necesitamos con papá.

- Bueno entonces podremos trabajar juntos y lograr un acuerdo beneficioso para ambas partes, realmente un gusto conocerlos. Sonrío y saludo a todos.

Cuando se estaban retirando Alex dice:

- Señorita, ¿Me permite un momento? Hay algo que me gustaría charlar con usted.

- Si por supuesto. Respondo ansiosa.

Nos quedamos solos en la sala de junta. Alex estaba más apuesto que nunca, sus ojos verdes brillaban más que nunca.

- Nena te lo dije, nosotros podemos recuperar la empresa de tus padres, lo voy a hacer y cuando lo haga serás mía.

- Alexandro con este acuerdo no voy a conseguir la totalidad de la empresa, recuerda que perdimos gran parte de ella y que le pertenece a mí marido.

- Marido ja. Eres graciosa nena, ese tipo no es tu marido, míranos ahora, lo único que queremos es besarnos.

- Ja ja... El gracioso eres tu, yo no quiero besarte y pensé que íbamos a tener una charla laboral, si no tienes nada más para decir me retiro, tengo mucho trabajo pendiente.

Alex se acerca, me abraza.

- Cariño no sabes cómo te extraño, mira lo que soy capaz de hacer para volver a verte. Susurra en mí oído

Nos besamos, quise empujarlo pero no me permitió ni siquiera moverme.

- Alex aquí no... Nos pueden ver..

- Entonces... ¿En dónde? Vamos cariño, tu me quieres y deseas como yo a ti, deja de tener miedo.

Me quedo en silencio por un momento. Tiene razón, no puedo seguir sin el... Y le digo:

- Está noche en tu apartamento, espérame ahí...

- Por supuesto nena, te esperaré todo el tiempo que quieras.

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