Aquella belleza no era algo sorprendente, era de hecho bastante normal... Y justo por eso es que era especial. En un mundo donde todos tratan de ser diferentes todos habían terminado siendo iguales. Pero ella se había mantenido como si fuera de otro tiempo.
¿Su nombre? Ni siquiera lo recuerdo, yo me refiero a ella como un mounstruo.
La ví por primera vez en el instituto, yo había llegado temprano para poder resolver unas ecuaciones que habían dejado de tarea usando el internet de la escuela ya que había estando pasando por una mala racha y no pude pagar ni siquiera un paquete de datos.
Estaba en silencio resolviendo las ecuaciones dentro del salón, afuera se escuchaba los pasos y arriba de mi el oscilante sonido del ventilador de techo, cuando escuché unos pies haciendo fricción en el piso y al mismo tiempo la puerta se abrió, era una chica, entró la miré desde que abrió la puerta, pero no me volteó a ver. Caminó entre los asientos y se sentó en silencio mirando una libreta.
Se me hizo un poco rara y no la había visto desde que ingresamos, pero tenía trabajo que hacer y no presté más atención.
Más tarde habiendo entregado ya mis respuestas el día había estado muy tranquilo, se me hizo extraño que nadie la haya presentado o hablara de ella, parecía incluso invisible ya que apenas se movía mientras leía su cuaderno. Sin embargo tenía cierto encanto en su apariencia, algo me llamaba la atención.
La observé con curiosidad y admiración durante algunas semanas y sucedió un evento inesperado en un campamento de campo, la ví desnuda.
Sí, suena desagradable, pero mi amor era puro, casto, honesto, sin picardía ni sensualidad, me parecía tan idílica, tan... Era como la escencia del aire fresco , como lluvia en el campo.
Fué un accidente, hacer algo yo lo consideraría una blasfemia. La había seguido porque escuché que se dirigía a recolectar madera mientras los inútiles patanes de mis compañeros solo jugaban fútbol en lugar de ayudar a hacer la fogata o cocinar la comida, le dejaban todo a las chicas.
Se había adelantado, pero alcancé a ver cómo se perdía entre unos árboles y arbustos, cuando llegue a ese lugar la ví en medio del monte, sobre las hojas secas de los árboles, ella ya estaba desnuda y habría quitado mi vista avergonzado de no ser porque ella se estaba desnudando la piel, cómo origamis de carne que se doblan hacia atrás en el tiempo, extraño, lo sé, pero cómo se supone que explique esto? Era... No lo entiendo... Me disculpo, no sé lo qué era.
En ese momento ella me miró, se dió cuenta de mi presencia mientras vomitaba de asco, se acercó a mí y no sé si fuí yo quien percibió el tiempo así de rápido, pero de un momento a otro ya estaba frente a mí... No sabía que era, pero podía sentirlo así que le pregunté mientras todavía tenía vómito en la boca
Eres...
-Soy eso que amas y que no puedes entender, eso que te atrae y me amas porque intuyes el abismo en mí"
...Me enferma en gran medida recordar eso.
Su pecho entonces se abrió en ese asqueroso espiral de origami carnoso a temporal y de él emergió algo que no entendí, pero que hoy años después en el manicomio solo puedo describir como el hijo de un Dios jugando a ser humano.