Me levanté pensando de más,me levanté y no vi sus ojos saltones.Me levanté y no hice la típica broma acerca de la torpeza que siempre desprende,y sobre todo,me levanté algo deprimida.
Las actividades diarias a las que estoy acostumbrada como estudiante fueron cambiadas por mi cama,por mi teléfono y por un paquete de galletas de chorizo con picante que me dejaron buen rato en el baño mirando al techo y los azulejos consecuencia del 3 % que apenas le quedaba a mi móvil.
Cuando por fin supe lo que es tener estómago sano salí del váter victoriosa pero acabada,me parecía escuchar a alguien abrir la puerta del albergue.
-¡Hola!
Se presentó ante mi con esa sonrisa típica.
-Hola.-Le saludé con mi cordial y frío movimiento de mano.
-El bus se demoró por eso llegué a esta hora, ¿me extrañaste?
Si,señores,ojos saltones...
-Ojos saltones.-Se escapa esa inevitable sonrisa,es verdad,me culpo por no poder cohibir mi exagerada felicidad.El efímero momento en el que mi alma vuelve a ser la chispa que necesitaba para no sentirme así de depresiva,pensando de más.
-No me digas así.
-Oye ojos saltones...-Me acerco dejando la frase a medias y bendigo mi anatomía por ser un poco más grande para dejar que mis labios acaricien su cabello.-Si te extrañé.
-Te veo decaída,¿un abracito?No eres de las que dicen eso.
-Y tú siempre queriendo dar abrazos.
Le tomo desprevenida con mis manos en esa fina cintura pero luego aclaro mi garganta y dejo de sostener ese cuerpo perfecto,el cuerpo que me ponía de treinta y ocho fases emocionales distintas.
-Estás rara.
-Si,lo estoy,pero debe ser de esos días que tiene uno,esos que tienes la vibra patas arriba.Asique no me hagas caso.
Mi corazón no podía permanecer en calma,y claro que tenía las respuestas a esta sed de contacto,a este cambio en mi interior donde la sangre me hierve,la piel se me eriza y mis deseos exigían salir.
-No,de hecho,hazme caso.
-¿Qué pasa?
-Pasa que...
Justo en el momento donde diría por fin las verdades a la cara azotan la puerta del cuarto,eran los demás compañeros.
-¡Santo dios que calor!Hola chicas.
-Hola.-Saluda con entusiasmo ojos saltones para luego observarme esperando la ansiada pregunta.
-Que eres ojos saltones-Enarco una ceja con seriedad-¿Qué esperabas que dijera?
Recojo un poco de ese pelo revuelto en su frente.
-Y tu eres,eres...
-¿Si? Espero el insulto creativo.
-¿Ya están otra vez en esa?
La metiche de Lorde opinaba como siempre en la conversación.
-Piérdete Lorde.
-De todas maneras todas debemos perdernos,pero para el aula.
-Mierda,la hora.
Se sorprende la estricta ojitos grandes.
-Las clases en la tarde son un mojón.
Me quejo y comienzo a vestirme,no podía perder la oportunidad de acompañarla, pero sí había dejado ir por completo los deseos de ser sincera,los deseos que me corroían con estas emociones destructivas.
Siempre me supo mejor esta frase supuestamente alentadora que dice:
-Hay veces que es mejor dejar las cosas bien ocultas.
-¿A qué viene eso?
-Nada de nada.
Sacudo su cabello recién peinado y mis oídos se deleitaban con esos insultos con pobre imaginación.
Así era mi vida,a veces buena,a veces no tan buena y otras con deseos de comerme ese paquete de galletas con chorizo del demonio solo para no pensar de más,para no dejar escapar nada de mi ser.