Horas más tarde, Emil subió al escenario con la confianza de quien nunca dejó de pertenecer allí. El público estalló en aplausos cuando la música comenzó. Cerró los ojos y dejó que la melodía lo envolviera. Su voz llenó la sala, atrapando a todos en su hechizo.
Cuando terminó, el silencio reinó por un segundo antes de que la ovación rompiera el aire. Emil sonrió, sintiendo la adrenalina recorrer su cuerpo. Pero cuando bajó del escenario, se encontró con Marco esperándolo junto a la barra.
—Tienes un talento impresionante —dijo Marco, ofreciéndole un vaso de whisky.
Emil lo aceptó con cautela.
—Gracias. No recuerdo haberte visto antes por aquí.
—Soy más bien de los que observan desde las sombras. —Marco bebió un sorbo y sus ojos se fijaron en él con intensidad—. Pero tú… no eres alguien que pase desapercibido.
Emil sintió un calor inesperado en su pecho. No, esto no podía estar pasando.
—Mira, si esto es algún tipo de juego, no estoy interesado.
Marco sonrió con una expresión enigmática.
—¿Y si no es un juego?
Emil entrecerró los ojos, tratando de descifrarlo, pero antes de que pudiera responder, un grito interrumpió la conversación.
(Historias extraídas de mi novela "Historias Cortas De Romance BL" contiene más Historias como está, tanto las publicadas aquí como nuevas).