Un día, cualquiera de ellos entre los más de 360 que tiene el año.
Un día de entre tantos, me levanto igual que todos, con los mismo hábitos, con el mismo tiempo, con el reloj igual que ayer.
Un día de los muchos que se parecen tanto, pero es distinto porque es el último.
Un día que se ve más claro, más nítido, más simple con menos peros.
Dónde todo llega a tiempo, dónde los atrasos son parte del recorrido, dónde lo choques solo son pequeños desvíos.
Un día donde no hace falta ver más allá y solo ver al frente, así quizás se siente la libertad.
Al final es otro día, una más o quizás menos, otro que al ponerse el sol culmina.
Y mañana es otro día, un día más, cualquier día, otro de los más de 360 que tiene el año, un último día.