Dicen que los cambios son buenos, pero yo digo... ¿Para que cambiar algo que ya está bien?, si lo mantienes así, todo perdurará para siempre.
Ya un tiempo que salí de la secundaria y he olvidado el sentimiento querer a un chico, algunos pueden decir que es algo un poco doloroso, molesto o incluso puede parecer algo frustrante al no poder llamar la atención de aquel chico tan especial. Pero es un sentimiento genuino... El querer a alguien, y aún más cuando tienes recuerdos agradables sobre esa persona, piensas constantemente en él y en la idea de que pueda llegar a ser un sentimiento mutuo, aunque la verdad no todas tenemos el valor de acercarnos a ese chico, lo que hacé que nos preguntemos... ¿Él podría fijarse en mí?, tal vez, si lo intento o no…
____________El amor de Ana____________
Todo comenzó cuando conocí a Ihan en último año de secundaria, era un chico agradable y a mis ojos el chico perfecto, era amable, respectivamente inteligente y alegré aún que ligeramente reservado. Siempre me gustó en la Secundaria, pero nunca tuve el valor de confesarme y expresar mis sentimientos hacia él, así que simplemente me limité a observarlo e intercambiar de vez en cuando breves palabras, pero nada en especial. Sabía que él notaba mi existencia y mis breves intentos a hablar con él, pero él no parecía muy interesado, lo que me hizo pensar que era obvio que yo no era la única chica que lo veía con esos ojos, ni la única intentando tener su atención, así qué, pensé... ¿en qué me diferenció de las demás chicas?, ¿que me hace ser especial?...
No encontré una respuesta, pero sabía que quería ser diferente a las demás y cambié mi objetivo, esta vez me acercaría a él buscando genuinamente conocerlo, sin buscar nada más.
Pasaba horas pensando en como hablar con él, cientos de preguntas inundaban mi mente, ¿qué decir?, ¿Cómo expresarme frente a él?, ¿Qué pensará de mí?
Después de la incertidumbre finalmente lo decidí, me acercaría a él sin pensarlo tanto no era algo como poder hacer de un encuentro perfecto, pero al menos hablaría con él y sería yo misma,
sin trucos solo yo. Así, sin pensar más, me acerqué a él y empecé con breves saludos diarios, pero por más que lo intentaba en el momento de querer decir algo más, las palabras simplemente no salían, no encontraba la manera correcta de expresarme, por lo que me sentía algo frustrada, me faltaba valor.
Pronto la motivación empezó a desvanecerse, no lograba ningún avancé, creí que todo terminaría así. Cuando un día Simplemente él se acercó y habló conmigo, eso me sorprendió tanto que me pareció irreal, estaba nerviosa, pero pronto la conversación se volvió fluida, los nervios y preocupaciones desaparecieron.
Los días pasaban y nos volvíamos más cercanos, hablábamos casi todos los días y mis sentimientos hacia él no eran superficiales, entendí qué eran verdaderamente genuinos, todo era un sueño hecho realidad. Pero como sabemos, todo sueño tiene un final, llegó la graduación y desde ese punto empezamos a distanciarnos más. Los mensajes diarios se volvieron ocasionales y estos simplemente un día dejaron de llegar, perdí contactó con él y no pude verlo más. Sentí un vacío innegable, me preguntaba si él se sentía igual...
Mi vida dio un giro muy grande en ese momento, me cambié de ciudad y conocí la vida universitaria lo que gradualmente me hizo olvidar todo a lo que alguna vez me aferré, no volví a fijarme en otro chico igual, no había uno como él, aunque mis pensamientos ya no se centraban en recordarlo aún estaba ahi presenté como un constante sentimiento de vacío, ya que no volví a tener tal genuina conexión con alguien más.
Un tiempo después regresé a mi ciudad, ya que tome la decisión de seguir con la universidad de ahí, tenía prestigio y mejores instalaciones, él cambió fue complicado, pero me adapté sin mucho problema. En el transcurso del tiempo vi caras conocidas que ya había olvidado con él pasó del tiempo, pero una en especial me hizo revivir sentimientos que no sabía que aún están presentes,era Ihan, verlo después de tanto tiempo me hizo sentir que todo volvería a ser como antes.
Al principio no tuve el valor de hablar con él, era como conocerlo por segunda vez, sentía el mismo nerviosismo que experimente la primera vez que hablé con él. Pero... Había algo diferente, lo noté, pero hice un esfuerzo de ignorarlo, estaba más emocionada por la idea de que todo sería como antes. Así que me decidí y hablé con él, la conversación fue muy breve, no fue como la primera vez, esta vez él no estaba interesado y tampoco veía el mismo entusiasmo que recordaba en sus ojos. Mi insistencia a acercarme nuevamente me hizo notar algo diferente en él, no sabía cómo explicarlo, pero había algo, a pesar de ésto intente ignorar la tensión y pensar que esta sería una oportunidad para volver a estar con él y esta ocasión tendría el valor para expresar mis sentimientos hacía él.
Gradualmente, logré acercarme más a él, eh intenté hacer todo igual a como era antes e intentar hacer las mismas cosas, pero por algún motivo no era lo mismo, el recuerdo que tenía sobré él es diferente a lo que veo de él ahora. Su actitud es diferente, actúa de una forma más reservada a los demás, pero no como antes, ahora de forma selectiva, su desinterés por las cosas que alguna vez le gustaron me sorprendió y su personalidad no es ni cerca a lo que yo recuerdo, pero intente pensar que tal vez solo era cosa mía o simplemente es por lo agotadora que es la universidad, a sí que me aferré a esa idea.
Sabía que de alguna forma las cosas serían como antes o al menos me esforcé al convencerme de eso.
Él era bueno conmigo, pero de cierta forma diferente, no sé cómo describirlo verdaderamente, solo sabía que de alguna forma él mostraba su interés por mí, así que eso me motivó a seguir intentandolo.
Hablábamos en cada oportunidad que teníamos y nos acercamos nuevamente, pero en uno de esos tantos encuentros me sorprendió un poco lo que dijo, menciono que yo había cambiado, era diferente a como era antes, pero que a pesar de esto para él conocer está nueva faceta mía le parecía agradable y por último dijo que todo cambiaría de alguna forma, yo solo me lo tomé como una especie de broma y lo negué le dije que sería como siempre y que todo sería igual a como era antes. Él no dijo nada, pero noté su expresión de seriedad, una que en ese momento no entendí y no me tomé en serio.
Desde ese día me pregunté, si las cosas estaban bien antes… ¿Por qué cambiarlas?, pensaba en eso constantemente, aun así decidí que no era conveniente tener eso en mente, por lo que solo debía continuar como hasta ahora y sin pensar mucho las cosas.
Pero desde ese día Ihan empezó a actuar diferente, era algo distante, no entendí en ese momento porque, y pensé que tal vez perdió el interés en mí, por lo que me decidí y se lo pregunté directamente, esta vez sin rodeos, ya que no quería que todo esto se perdiera y fui honesta con mis sentimientos.
Ese día lo cité en el parque, lo esperé impacientemente, cuando llegó una leve emoción empezó a inundar mí mente acompañada de nerviosismo. Lo miré a los ojos y sin más, hable directamente directamente.
-Ihan... Bueno, tú sabes, que me gustas... dije con la voz entrecortada y un nerviosismo notable. Levanté la mirada para ver su expresión, pero no logré descifrarla, me sentí nerviosa y sin esperar una respuesta volví a hablar.
-A lo que quiero llegar es... saber si mis sentimientos pueden llegar a ser correspondidos.
Dudé un poco y lo vi directamente a los ojos y pregunté...
-¿Yo té gustó?
Esperaba una reacción diferente, pero él solo me miró y dijo...
-Antes de responder tu pregunta quiero saber... ¿Realmente te gustó?
No negaré que el que cuestionara mis sentimientos, me ofendió un poco, y no entendí a qué venía la pregunta.
-Claro que sí, me gustas desde la secundaria.
Dije con seguridad, él me miró y dio unos pasos al frente.
Sabes... cuando me miras, siento que no me veo reflejado en tus ojos, es como si buscarás a alguien más, y cuando me dices que te gustó, siento que esas palabras no son dirigidas para mí, así que... te preguntaré algo... ¿Te gustó yo?, o ¿Te gusta la idea que alguna vez formaste de mí en el pasado?
En ese momento no sabía que decir ante eso, así que solo deje que las palabras salieran de mi boca.
-Bueno... Tú me gustas, cuando estábamos en la secundaria me empezaste a gustar.
Después empecé a describir aspectos que recuerdo, más me gustaban de él.
Él se quedó en silencio por un momento y luego me miró con una expresión aparentemente relajada, pero tal vez reflejaba ¿molestia?, ¿decepción?, ¿Incertidumbre?, no pude notar que era.
-Todo lo que dices querer de mí no son más que aspectos que ya no poseo, son cosas que desde hacé tiempo dejé de hacer. Yo cambié... Diciendo eso te haré una última pregunta... ¿Qué te gusta de mí?
Yo me quedé sin palabras ante esa pregunta y por un momento me cuestioné por qué en el fondo sabía que él tenía razón, yo sabía que él había cambiado, lo que yo conocí de él ya no estaba, no quedaban más que simples recuerdos que persistían en mi mente y a los que me aferraba.
Él al notar mi silencio solo suspiro dándose la vuelta llendose, pero antes se detuvo y sonrió mientras dijo.
-Yo le daré una respuesta a tu confesión, cuando puedas responder a mi pregunta. Lamento poner en duda tus sentimientos, pero ahora que los míos son claros, no quiero que exista ninguna incertidumbre entre nosotros, esperó que ambos podamos estar seguros de lo que sentimos y sea un sentimiento genuino lo que tengamos al final.
Yo no pude decir nada en ese momento y solo vi como desaparecia de mí vista. Los siguientes días seguí pensando en lo que dijo, pero aún no tenía una respuesta.
Al pensar lo que significaba para mí, estaba segura de algo, que los recuerdos que creé con él en el pasado eran muy preciados para mí, me gustaba como él era en ese entonces, pero... recordé también que actualmente los recuerdos que se spoderaban de mi menté no eran viejos recuerdos, sino recientes, ya no era Ihan de la secundaria en el que pensaba, sino que el que ahora veo diariamente, era el nuevo Ihan el qué vivía en mi mente constantemente, ahora formaba parte de él era un lado que no conocía de él y no estaba presente en el pasado, pero ahora que tenía ésto presente entendí que me gustaba.
Además sabía que no era que no notará este nuevo cambio, sino que no quería aceptarlo, en el fondo sabía que ambos cambiamos tanto él como yo.
Finalmente, acepté la realidad, las cosas no volverían a ser cómo antes, las cosas cambiarian y eso no estaba mal, esto también sería bueno.
Ya decidida fui a verlo nuevamente, al tenerlo frente a mí me quedé helada y mí mente de nublaba, pero todo era más claro para mí, tomé valor y finalmente hablé.
-Puedo decir que mi interés en ti es verdaderamente genuino, así que... Te pido que me des la oportunidad de conocerte, permíteme gustar de ti otra vez.
Dije aún reflejado nerviosismo en mi voz, pero estaba segura de lo que decía.
Él me vio mientras se formaba una sonrisa entre sus labios, acercándose a mí.
-Me encantaría, sería un verdadero honor que gustes de mí. Por otro lado, permíteme también permíteme gustar de ti, y espero que en este tiempo me permitas conocerte más.
Desde ese día nuestra relación creció y nos volvimos más cercanos, conocí sus nuevos gustos y personalidad, por segunda ocasión sentí que volví a enamorarme de él, fue como tener la oportunidad de conocerlo por segunda vez. Lo que alguna vez conocí de él perdurará en mi corazón, como también lo que ahora conozco de él, puedo decir con seguridad que mis sentimientos por él son claros, puedo decir sin duda alguna que me gusta.
Sin ninguna prisa llegó el día de la confesión en él que ya teníamos claros nuestros sentimientos, decidimos estar juntos formalizando así lo que ambos sentíamos.