Jonas. Emperador Renacido

Al día siguiente Jonas fue a visitar a Nirella, él le llevó un ramo de rosas arcoiris como disculpa. Mientras esperaba en el recibidor, el mayordomo se acercó y le dijo.

__ Lo siento su majestad, la joven señorita no se encuentra bien y no podrá recibirle.

__ ¿Está enferma?, ¿Dónde está, quiero verla?

El mayordomo se puso un poco nervioso ante la insistencia del príncipe en querer ver a Nirella y le dijo.

__ No se preocupe su majestad, ella se encuentra bien, solo es cansancio acumulado por la fiesta, con unos días de descanso ella estará como nueva.

__ No me importa, no me iré de aquí hasta que la vea y compruebe con mis propios ojos que ella se encuentra bien.

El mayordomo suspiro y dijo.

__ Espere un momento iré a decirle a la joven señorita.

__ No, dime dónde está iré personalmente.

__ Pero su majestad.

Jonas ignoro al mayordomo, pasó a su lado y comenzó a subir las escaleras pero se detuvo de golpe  al ver al marqués Grafton bajando las escaleras, él se le quedo mirando fijamente y preguntó.

__ ¿A dónde va su majestad?

El marqués Grafton siempre le había parecido alguien aterrador a Jonas ya que siempre se veía tan serio, él tragó saliva y dijo.

__ Quiero ver a Nirella, me han dicho que está enferma.

Robert miró al mayordomo y preguntó.

__ ¿Es eso cierto?

__ Bueno ella dijo que se encontraba un poco indispuesta.

__ Si ella no se encuentra bien su majestad no debería insistir en verla, ¿No cree?

__ Pero...

__ Sera mejor que su majestad se retire y vuelva otro dia, y no se preocupe, le avisaremos si el estado de mi hija empeora.

Jonas queria seguir replicando pero el marques se veía como un frío muro de hielo imposible de pasar, de mala gana dijo.

__ Esta bien, me iré, pero si pasa algo...

__ Será el primero en saberlo.

Jonas se marchó triste y ansioso por no haber podido ver a Nirella y odio ser solo un niño ya que si hubiera sido un adulto nadie le hubiera impedido verla.

 Cuando el príncipe se marchó Robert le preguntó al mayordomo.

__ ¿Dónde está Nirella?

__ En su habitación.

Robert fue a la habitación de Nirella, una de las sirvientas iba saliendo así que entro sin avisar y se sorprendió al ver a su hija engullir varias galletas de avena, las cuales eran sus favoritas por que no eran dulce y dijo.

__ Para ser alguien enferma luces muy bien.

Nirella al escuchar la voz de su padre se atraganto con las galletas y su cara se puso roja como la de un tomate. Robert le pasó un vaso con agua, ella se lo bebió todo.

__ Papá, casi me matas de un susto.

__ ¿Me quieres explicar por qué has rechazado la visita del príncipe heredero?, Y no me digas que te encuentras enferma porque no lo creeré.

Nirella intento pensar en una buena excusa pero al final no pudo pensar en nada y dijo.

__ Si te lo digo no me riñeras.

__ Habla.

__ Pero no me vas a castigar si te lo digo, ¿Verdad?

Robert se masajeó la sien y le dijo.

__ Nirella déjate de rodeos y habla ahora.

__ Esta bien, pero no te enojes.

__ Entonces habla de una vez.

Nirella comenzó a mover sus manos nerviosamente y dijo.

__ Bueno es que, me pelee con su majestad ayer y no quiero verlo.

__ ¿Por qué os peleasteis?

__ Ayer durante la fiesta su majestad fue muy grosero con uno de mis amigos, eso no me gusto y me enfade con él.

Robert suspiró y dijo.

__ Esa no es razón para inventar que estas enferma, quiero que le escribas una disculpa a su majestad y le digas que te encuentras bien.

__ ¿Ahora?

__ Si, ahora.

__ ¿No podría escribirla después?

__ ¡Nirella!

__ Esta bien, la escribiré ahora.

Robert se sentó en el sofá y le dijo.

__ Que yo lo vea.

Nirella sacó su caja de escritura, escogió una hoja de papel en blanco sin ningún adorno y escribió.

... Lo siento, no estoy enferma....

...Att. Nirella Grafton....

Ella dobló la carta y dijo.

__ Ya termine.

__ Muestramela.

__ ¿Por qué?

__ Quiero ver que has escrito.

Nirella le entregó la carta, el marqués al leerla le dijo.

__ Nirella, ¿En verdad crees que esta es una disculpa decente?

__ Sí, pedí disculpas por decir que estaba enferma.

Robert  rompió la carta y dijo.

__ Vuelve a escribirla y esta vez hazlo bien.

Nirella continuo describiendo cartas de disculpas hasta que su padre aprobó la que había escrito, ella la guardó en un sobre. Robert tomó la carta y le dijo.

__ Le pediré al mayordomo que la envíe, y la próxima vez si no quieres ver a su majestad dilo directamente y deja de inventar que estás enferma o le pediré al doctor que preparé las medicinas más amargas que tenga para ti.

Nirella odiaba tomar medicinas y se apresuró a decir.

__ Ya aprendí mi lección, no volveré hacerlo.

Robert camino hacía la puerta y le dijo.

__ Eso espero.

Cuando Nirella quedó sola  se tiró en la cama abrazando su almohada, ella jamás se imaginó que su padre la pillaría fingiendo estar enferma. Quizá su actitud había sido un poco exagerada pero a ella no le había gustado que Jonas fuera tan grosero con Nero, ella suspiró y dijo.

__ ¿Por qué su majestad tiene que ser tan tonto?

Fiona asomó su cabeza por la puerta y preguntó.

__ ¿Puedo pasar?

__ Claro.

Fiona se acercó y se subió a la cama con Nirella y le pregunto.

__ ¿Papá te ha vuelto a  castigarte?

__ Si.

__ ¿Por qué?, ¿Que has hecho esta vez?

__ Me negué a ver al príncipe diciendo que estaba enferma, y papá me pilló.

__ ¿Por qué no querías verlo?

__ Por qué es un tonto, siempre que me ve con Nero es grosero, siempre dice cosas raras como que soy su esposa y su prometida, quiere que Nero se aleje de mi y que no mire a otros hombres, hacer eso es imposible, no puedo evitar ver a papá y a los sirvientes.

__ Si, es tonto.

__ ¿Dónde está Greta?

__ Tomando su sieta, por eso vine, juega conmigo.

__ Claro, ¿Jugamos en el jardín?

Fiona negó con la cabeza te dijo.

__ No, tu siempre terminás subiéndote a los árboles y me dejás sola.

__ Prometo no hacerlo.

__ No, prefiero que me leas un  cuento.

Nirella se levantó de la cama, eligió un libro al azar de su estantería y al volver a la cama Fiona se acomodó abrazando a su osito de peluche mientras ella le leía el libró y al final ella se quedó dormida.