Una Princesa Sin Fronteras

Al día siguiente, Elena hablaba con su hermano para convencerlo de que se fueran al ducado Scott.

Leandro: ya… ya… esta bien, vamonos al ducado Scott, solo espero que haya también haya hermosas señoritas

Elena: hermano…

- príncipes, el General Parris los busca

Elena: ¿Qué hiciste?

Leandro: nada… ¿será casado?

Elena: hermano…

Leandro: es broma jajaja

Cuando el General de Barnes apareció entre ellos, era para entregarles el emblema.

Leandro: entonces, ¿con esto tengo inmunidad diplomática?

General Parris: asi es

Elena: ¿Por qué llega el emblema recién? nuestra visita no fue avisada antes, lo que generó dificultades en el ducado Wilson.

General Parris: lo sé princesa, ya solucionamos los inconvenientes…

Esa misma tarde, Elena y Leandro viajaron al ducado Scott.

[podría haberme teletransportado directamente, pero mi hermano notaría que Bernard tiene una marca de mi sangre y todo se puede arruinar]

Casi al anochecer, los principes llegaron al ducado…

- Majestades, ya esta listo para que se hospeden

Leandro: ¿Dónde es?

- al final de la calle, nos dijeron que era la mejor posada en el pueblo

Elena de inmediato reconoció el lugar, pero no puedo decir nada, por lo que solo ocultó su sonrisa y continuo el camino.

Cuando llegaron, Elena encontró de inmediato a Bernard en la caja, contando un dinero y entregándoselo a sus trabajadores.

- señor, esto es mas de lo que me corresponde

Bernard: has hecho un buen trabajo.

- muchas gracias.

Leandro: claro… también es generoso… lo odio…

Cuando Bernard escucho hablar al príncipe, de inmediato levanto su rostro y vio a ambos… Elena mirándolo con una sonrisa y a Leandro mirándolo molesto.

Bernard: Elena… ¡estas aquí!

Leandro: princesa Elena

Bernard: si, perdón, lo lamento…

Elena: ¡que hermosa las jóvenes que salieron! parecían gemelas…

Leandro: ¿de verdad?

Leandro salió de la posada y Elena se acercó a Bernard…

Elena: ¿Cómo esta?

Bernard: ahora mucho mejor por verla, es una hermosa sorpresa…

[No sé cómo explicarlo, pero cuando la veo, todo cambia, mis pensamientos, mi corazón late con fuerza e incluso el aire parece distinto. Elena no tiene idea del efecto que causa en mí. Basta con que aparezca, para que me sienta más liviano, más despierto, más yo… No sé si ella lo nota, si alcanza a percibir que cuando sonríe… siento que algo se enciende en mi pecho. Es extraño alegrarse tanto solo por ver a alguien, sin esperar nada, sin pedir nada. Es una alegría limpia, casi infantil. Me gusta su manera de caminar, de reír, de acomodarse el cabello, de hablar con las manos. Me gusta su presencia, simplemente eso… Me alegro cada vez que la vida me regala un instante en el que puedo verla]

Elena: a mí también me alegra mucho verle.

[Hay algo profundamente bonito en sentir que alguien se alegra por verme. No sé si alguna vez lo había notado con tanta claridad, pero hoy lo sentí… y fue como un abrazo invisible al alma. No hizo falta que lo dijera con palabras. Lo vi en sus ojos, en la forma en que se iluminó su rostro apenas me acerqué. Fue una expresión breve, sincera, imposible de fingir. Y ahí supe que, de alguna manera, mi presencia le suma algo a su día. Es una sensación nueva para mí. Saber que alguien se alegra al verme, que mi risa o mi simple “hola” puede significar más de lo que imagino. Me hace sentir valiosa. Me emociona, porque en un mundo tan lleno de indiferencia, descubrir que alguien se alegra por ti es como encontrar un pequeño milagro. No sé si se lo diga. Tal vez no haga falta. Pero desde hoy, cuando lo mire, cuando lo escuche, también voy a recordar que mi presencia le importa. Y eso, sin duda, me hace caminar más liviana… y sonreír con el corazón]

Bernard se apresuró y le sirvió una sabrosa, pero ligera cena a Elena.

Bernard: ¿Qué hace en el ducado Scott?

Elena: estamos recorriendo el reino…

Bernard: ¿solo es una coincidencia vernos?

Elena: jajaja... le dije que mientras lleve ese colgante, podremos encontrarnos…

Bernard toco el colgante, con una devoción palpable, lo que hizo que Elena nuevamente sonriera…

Bernard: ¿Qué va a hacer mañana?

Elena: aun no lo sé…

Bernard: me permitiría acompañarla a pasear…

Elena: me encantaría…

Bernard: ¿se va a hospedar aquí en la posada?

Elena: si…

Bernard: bueno, mañana la estaré esperando con un desayuno y saldremos temprano… ¿le parece?

Elena: claro…

Después de conversar un poco más y de que Leandro volviera, cada uno se fue a descansar pensando en el otro.

Al día siguiente, Bernard se levanto casi al amanecer... dejó arreglados todos los pendientes que tenía y espero a Elena con el desayuno y una hermosa flor…

Bernard: Está todo listo…

Elena: muchas gracias, la flor es hermosa…

Bernard: me alegra que le guste… ¿su hermano?

Elena: durmiendo… creo…

Cuando terminaron el desayuno, salieron cabalgando rumbo a las colinas…

Elena: ¿A dónde vamos?

Bernard: a un lago…

Elena: ¿nos bañaremos?

Bernard se sonrojó de inmediato… y tosió suavemente…

[awwww es adorable]

Elena: jajaja no se preocupe… solo bromeaba…

Bernard y la princesa continuaron hablando hasta que llegaron al lago… allí se sentaron cerca y conversaron acerca de su vida…

Elena: …asi es… la magia de oscuridad es muy útil…

Bernard: es realmente sorprendente, pero su magia de agua es maravillosa, ojala la hubiese conocido antes…

Elena: supe que tuvo dificultades con sus piernas…

Bernard: si por muchos años…

Elena: lo lamento mucho…

Bernard: no se preocupe… ahora me siento muy bien…

Elena se acerco al agua y le lanzo un poco a Bernard, quien se río sorprendido, luego ella movió sus manos y le comenzó a curar algunas pequeñas heridas…

Bernard: wow… me siento perfecto… muchas gracias…

Elena y Bernard continuaron conversando y mas tarde, volvieron a la posada, en la cual continuaron hablando… sin darse cuenta, pasaron todo el día juntos.

Leandro: hermanita… te ves muy feliz

Elena miró a Bernard y respondió tranquila…

Elena: hoy ha sido un buen día…

Bernard: para mi, uno de los mejores…

Leandro, solo lo miro y resoplo fastidiado…

Los siguientes tres días, fueron igual para ambos… mientras Bernard trabajaba, Elena compartía un poco con su hermano…

No habia habido hasta el momento contacto físico, sin embargo se sentían muy cómplices y comodos estando juntos…

Bernard: ¿le gustaría conocer el condado Adams?

Leandro: ¿es cerca?

Bernard: si, a unas horas...

Elena: vamos mañana...

Leandro: esta bien... no me mires así hermana, solo lo hago porque la comida en las posadas Abbey es buena...

Cuando llegaron a los territorios del Conde Adams, él mismo, salió a recibirlo, acompañado de tres niños idénticos a él...

Bernard: buenas tardes Conde Adams...

Conde: buenas tardes, no sabia que traía invitados.

- ella es muy linda

- sus ojos son color cielo

- ¿eres su novia?

Bernard sonrio nervioso y el conde entendió su incomodidad...

Conde: mas tarde, le llevare los documentos a la posada.

Bernard: claro, muchas gracias

Durante los siguientes días, Elena recorrió el lugar, el cual se caracterizaba por el uso de la obsidiana, por lo que aprovecho de comprar un libro que habia escrito la condesa Adams, acerca de cómo trabajar el mineral y algunos regalos para su familia.

Elena: A mí padre le gustará mucho esta espada, porque soporta muy altas temperaturas

Leandro: es verdad... el metal es bastante bueno... comerciaremos...

Mientras Leandro hacia negocios con el conde, Elena hablababa tranquilamente con Bernard...

Elena: ¿A dónde iremos después?

Bernard: iremos al ducado Baskerville...

Elena: ¿allí es donde tratan el agua?

Bernard: asi es...

Al día siguiente llegaron al ducado Baskerville, allí conocieron a la duquesa Hazel...

Elena: wow su cabello es maravilloso... es de un bello color azul

Hazel: muchas gracias

Elena: ¿sus hijos también tienen su mismo tono?

Hazel: dos de ellos...

Elena: wow... bueno... me encantaría que me pudiera contar acerca del proceso que le hace al agua...

En ese lugar por primera vez, Elena uso el emblema y se presentó ella misma como una princesa del imperio Volt...

Cuando terminó la reunión con la duquesa, Bernard la estaba esperando cerca.

Elena: este lugar es muy lindo...

Bernard: me alegra que le guste el reino.

Leandro: ella no vivirá en Barnes, volveremos a la isla...

Al ver la mirada triste de Bernard, algo con fuerza se removió en el interior de Elena...

Bernard: ¿le gustaría conocer mi casa?

Elena: claro... me encantaría