LA FUERZA DE LA RESILIENCIA

Mientras tanto Eneida estaba con una incertidumbre, tenía una confusión que no la dejaba tranquila, se estaba enamorando de Feder, no sabía si estaba confundiendo la atención que él tenía con ella, pero lo que no podía negar era que él le gustaba y estaba casi segura de que él también sentía algo por ella, pero no era ella la que buscara respuestas, más porque él no recordaba y ella se imaginaba que podía tener esposa, él ya tenía un mes viviendo en su casa, juntos habían compartido muchas cosas ese mes, hasta Asha, ya tenía cuatro meses y disfrutaba los brazos de Feder, ya conocía cuando el le hablaba.

El treinta y uno de diciembre a las cuatro de la mañana Isairi recibió la llamada de su madre, ella se asustó porque su madre no la llamaba, se imaginó que era algo grave, pero en realidad la llamada era Feder para decirle que Eneida se había puesto mal y la iba a llevar a la clínica, con el llevaría también a Asha, en ese momento Isairi le dijo a una de sus compañeras que se iba porque su madre estaba enferma, le pidió prestado dinero mientras cobraba su pago al día siguiente, la compañera le prestó y se fue inmediatamente.

Isairi llegó a la clínica y vio a Feder con Asha en brazos, se acercó y cargo a su hija preguntando.

ISAIRI: ¿Qué te han dicho? ¿Cómo está?

FEDER: La están atendiendo, ¿esperemos si?

No les quedó de otra que esperar, después de media hora el doctor preguntó por los familiares de Eneida, Isairi se acercó junto a Feder para saber de ella, el médico le dijo que los medicamentos no le estaban haciendo mucho efecto, le iban a cambiar la receta, pero tenían que comprar las medicinas porque no las cubría la eps, Isairi en ese momento solo le importaba la salud de su madre y le dijo al médico que no importaba, mientras le sirviera y mejorará no importaba comprarla.

Ese día Eneida salió de la clínica a las 11 de la mañana, Feder noto la cara de cansada de Isairi, sintió pena por lo que estaba pasando, cuando llegaron Isairi tenía a su hija en brazos, Feder ayudó a Eneida a llegar hasta su cuarto, después fue a la cocina a preparar almuerzo, Isairi le agradeció por su ayuda, ella reconoció todo lo bueno que Feder hacia por ellas, por su madre e hija.

Isairi a pesar de todo lo que estaba pasando no perdía la fe de que todo pasaría, ese 31 de diciembre no era el mejor de los recuerdos, ese 31 iba a dejar el año más difícil que habia podido pasar Isairi junto a su familia, no sabía de dónde iba a sacar dinero para los gastos de la casa, las medicinas de su madre y las de Feder, pero era optimista, ella contemplaba el futuro con confianza, sabía que los momentos difíciles se podían superar, se podía encontrar una solución.

A Isairi ese optimismo la impulso a actuar con entusiasmo, a no rendirse, a aumentar su fe en que iban a salir victoriosas, no se iba a rendir a las dificultades y obstáculos que se presentaran, ella iba a seguir adelante aun sabiendo de que cada esfuerzo tenia sentido para levantarse cada día y ser más fuerte ante las adversidades.

A las cinco de la tarde Isairi estaba lista para ir a trabajar, le daba nostalgia no pasar ese 31 con su familia, pero tenía responsabilidades que cumplir, deudas que pagar, sabía que pronto llegaría el pago del arriendo, le dio nostalgia al ver cómo los vecinos estaban alistándose para esperar las 12 de la noche y recibir él año nuevo, pero su consuelo era que lo iba a recibir trabajando para el sustento de la familia.

En la mansión estaba Andrés extrañando a su abuelo, no sabía qué más hacer para dar con su paradero, sé sentía solo, sentía que no tenía nada por el cual luchar, el no se sentía un hombre completo, pero aun así tenía una leve esperanza con una mujer. Andrés estaba solo en su casa, pero como tenía unos buenos amigos ellos fueron por el para recibir el año nuevo juntos en casa de los padres de uno se ellos.

Andrés fue sin muchas ganas, las únicas ganas que tenía era de encontrar a su abuelo. Isairi se fue a su trabajo un poco nostálgica, pero, sin embargo, estaba más tranquila porque su madre e hija quedarían bien atendida; ella llegó a su trabajo y la volvieron a mandar al mismo puesto de trabajo, ella se fue sin decir nada y comenzó con su deber; en la discoteca había bastantes clientes, Isairi no entendía como había personas que preferían esos lugares y no estar en su casa compartiendo con la familia, movió la cabeza en señal de negación y dijo en voz baja.

ISAIRI: Cada cabeza es un mundo, yo que quiero estar con mi familia y no puedo.

Ella continuó en lo suyo, ya tendría tiempo para su familia. A las 12 de la noche sonaron la alarmas avisando del nuevo año, Isairi se abrazó con sus compañeras y no pudo evitar llorar, después de cinco minutos aprovechó y llamó a su casa a darle feliz año a su familia, la madre le contestó un poco nostálgica porque no estaban juntas, Feder también le dio el feliz año y le dijo que ese nuevo año iba a ser de bendición; Isairi sonrió y le dio las gracias y un amén para que esa palabra se cumpliera.

En casa de amigo estaba Andrés triste, era la primera vez que pasaba un 31 de diciembre sin su abuelo. En casa de Eneida ya ella estaba dispuesta a dormir, tenía que descansar, habia tenido un dia no muy bueno, su nieta estaba dormida ellas estaban con Feder en la sala, cuando ella se iba a levantar el la agarró de la mano y dijo.