Paraíso

Capítulo 10

⚠️En este capítulo, se tocarán temas sensibles sobre agresión, psicológica, sexual y física. No aptos para personas susceptibles a ellos. Si no crees adecuada la lectura estás en libertad de omitirla.⚠️

Todos en Medina se habían enterado de la muerte de Bilal Rashid, Ibrahim sabía que él era automáticamente el sucesor de su padre. Todos se presentarían en los funerales para estar con la familia Rashid. Amir tenía que estar presente en el funeral de su abuelo, así que no había podido ir a buscar a Lina para aclararlo todo.

Lina estaba deprimida, pero comprendía porque Amir no había vuelto a tiempo con ella. Lamentaba mucho no poder estar con él, para darle el apoyo que necesitaba.

—Maryam debemos irnos. Lina tienes prohibido salir, no quiero que vuelvas a desobedecer. Nadia no quiero que vuelvas a traicionarme, o te irás de esta casa.—

—No te preocupes papá, me pondré a ayudar a empacar los pedidos que hay pendientes.—

—No te quiero cerca de Amir, si viene quiero que lo corras. Evítame más problemas de los que tengo con Ibrahim por favor.—

—Si viene lo correré, te lo juro tres veces.—

Saalim y Maryam salieron para estar en el funeral de Bilal, independientemente de todo Saalim se llevaba muy bien con él y le tenía una gran estima. Antes de conocer a Ibrahim, Bilal le había vendido la que ahora era su casa a un precio adecuado para que pudiera iniciar en aquella ciudad.

Más tarde Amir se había escabullido para buscar a Lina, y renovar sus planes. Pero Nadia le negó la entrada a la casa, y Lina simplemente no se asomó.

—Lina sal y dime que me vaya, te juro que no volveré.—gritaba Amir

—Joven por favor guarde la compostura, lo van a escuchar. No cree que ya ha hecho mucho daño a mi niña, no la comprometa y tampoco se comprometa.—

—Volveré mañana y dile que no me voy a ir de aquí hasta que hable conmigo.—

Nadia entro, Amir se marcho pero había alguien más acechando la casa de los Fayed. Ibrahim pudo observar todo el espectáculo que había armado su hijo, al parecer él también había dejado el funeral al ver que Saalim y su esposa habían llegado. Sabía que Lina estaría en casa trabajando como siempre, solo tenía que deshacerse de la sirvienta. Llamo a la puerta, y Nadia atendió al llamado creyendo que era de nuevo Amir.

—Vengo a ver a Lina.—dijo Ibrahim

—No, usted no entra. Hasta que esté el señor aquí.—Ibrahim le sonrió y la empujó llevándola dentro.

La forcejeó para llevarla hasta donde la pudiera encerrar, tomó su mismo hiyab de Nadia para amordazarla y amarrarla. La metió al baño y atranco la puerta, caminó hasta la bodega donde empaquetaban la mercancía. Lina no escuchó nada de lo que ocurría afuera, cuando se dio cuenta Ibrahim ya estaba dentro observándola.

—¿Qué hace usted aquí?—

—Necesitamos hablar mi querida Lina.—

—Usted y yo no tenemos nada de que hablar lárguese, Nadia!—gritaba Lina, estaba aterrada de tenerlo tan cerca

—No sabes cuánto te deseo, tu padre me negó tu mano. Pero siempre hay una solución, así que hoy serás mía.—

—Aléjese de mí o lo mato.—decía Lina mientras lo amenazaba con unas tijeras, pero a él eso no lo detenía.

—No seas ridícula que puedes hacerme con una tijeras. Baja eso no te vayas a cortar.—Lina lo intentó apuñalar con las tijeras para así poder correr. Pero fue en vano el la detuvo, después la trató de controlar para poder someterla.—Sabes que tu aroma me vuelve loco, he anhelado por años este momento. Después de hacerte mía, tu padre tendrá que aceptar que me case contigo para limpiar tu honor, y yo me sacrificaré para convertirte en mi esposa. Aún así te trataré como una reina.—le decía Ibrahim mientras olfateaba su cabello y lamía su mejilla

—No sabe el asco que me da, además yo pertenezco solo a Amir, por si no está enterado ya fui su mujer. Le entregué mi virginidad a él, así que solo pertenezco a su hijo.—

—Eso no me interesa, serás mía para siempre. Viviremos muchos años juntos, porque serás mi mujer y voy a educarte como una verdadera esposa. Y tendrás que conformarte con ver a Amir de lejos, porque mi hijo se va a casar con Iris y tú quedarás en solo su recuerdo.—Lina lo mordió para que la soltara y así poder huir, estaba muerta de miedo. Ibrahim la soltó pero la alcanzó a sujetar del cabello, la golpeó derribándola al piso

—¿A dónde vas? Serás mi mujer, y yo seré tu dueño. Te enseñaré a amarme y adorarme, además te convertirás en la madre de mis hijos.—decía Ibrahim mientras estaba sobre ella para forzarla, Lina le suplicaba que la dejara en paz. Pero eso lo volvía más incontrolable.

—Mamá! Papá! Ayúdenme! No!—gritaba Lina, era un grito aterrador, la única que escuchaba sus gritos era Nadia, pero no podía ayudarla eso la hacía sentir demasiado frustrada.

Más tarde Saalim estaba muy inquieto no podía concentrarse en la oración y el ritual que hacían para Bilal. Sentía que algo malo estaba por suceder, no pudo más y fue por su esposa para volver a casa. Maryam no entendía que le sucedía, más tarde llegaron de nuevo a su casa. Se asustaron al ver la puerta abierta, al entrar Saalim tomo precauciones, escuchó ruidos en el baño de servicio. Mientras Maryam fue a buscar a Lina en la bodega, entre más se acercaba podía escuchar el llanto de su hija. Lina lloraba de una forma incontrolable.

—Lina, mi mariposa. ¿Que pasó?—prendió la luz, al ver a su hija no podía asimilar lo que estaba observando. Lina estaba golpeada, llena de sangre en un rincón llorando sin consuelo.—¿Quién te hizo esto?—preguntó Maryam

—Ibrahim.—sollozando se lo dijo, verla así le partía el alma.

—Desgraciado.—lágrimas de rabia y dolor salían de sus ojos

Saalim desató a Nadia, y corrió hacia su hija al escucharla decirle que Ibrahim fue quien la había encerrado y golpeado. Maryam lloraba desesperada mientras abrazaba a su hija, Saalim no podía creerlo.

—Voy a matarlo, te juro por Allah que voy a matar a ese animal.—

—Saalim no, no te ensucies las manos con ese monstruo.—

—Nadie lastima a mis hijos, sin pagarlo con su asquerosa vida.—

Saalim fue por su arma, ajustaría cuentas con ese infeliz. Lo que le hizo a su hija no quedaría impune, lo mataría como lo que era un miserable. Volvió al funeral para buscarlo, no le importaba acabar con él en medio de toda la gente, incluso de su familia. Abdul acababa de llegar le informó que lo había visto en el mercado, sin decirle nada Saalim fue directo para allá. Pero al verlo tan mal, Abdul se fue detrás de él.

Llego hasta el mercado y efectivamente estaba ahí, había ido a entregar el dinero a su trabajador para que se fuera a entregar la mercancía. Estaba apunto de cerrar cuando llegó Saalim, cínicamente sonrió al verlo.

—Pensé que tu orgullo tardaría más en doblegarse. Adivino vienes a suplicarme que repare el daño de tu hija.—

—No, vengo a matarte por haber abusado de mi hija. Jamás se la entregaría a un ser tan despreciable como tú.—

—Así que prefieres que yo le diga a todos, que se acostó con mi hijo y que después se me ofreció a mí.—Saalim le sorprendió escuchar lo que había sucedido entre Amir y Lina.—No lo sabías, a mi también me impactó saberlo. Pero bueno tu hija resultó ser una ramera, pero te voy hacer una oferta. Respetaré las mismas condiciones que te propuse la primera vez, me casaré con ella como si fuera una mujer pura y virgen para que no hablen mal ni de ella, ni de tu familia.—

—Te lo diré una vez más, mi hija no está a la venta.—respondió Saalim y le dio dos disparos acertados. En el pecho y en el estómago, Abdul llegó para quitarle el arma

—Por Allah que has hecho.—Ibrahim pedía ayuda

—Este desgraciado abuso de mi hija, tenía que matarlo.—

—No, lo que vas hacer es irte. Saalim esto te puede costar la vida, además si mueres no podrás ayudar a tu hija. Huye mientras puedas, llévate mi coche váyanse de Medina.—de su cartera Abdul sacaba una tarjeta.—llama a este número él te ayudará, agarra lo que tengas y vete pero ya. Llamaré a la ambulancia diez minutos después de que te hayas ido, vete o serás llevado a la horca si este idiota se muere.—

Saalim hizo caso tomó las llaves y la tarjeta, llegó a su casa. Y pidió que empacaran, joyas, dinero poca ropa. Mientras él le llamaba al hombre de la tarjeta.

—¿Lo mataste?—preguntó Maryam

—Espero que si, por eso debemos irnos.—

—Lina no va a poder hacer el viaje, está muy mal. Necesita un médico que la revise aún está sangrando.—

—La revisarán cuando hayamos estado lejos de aquí, trata de detenerle la hemorragia. Yo tengo la culpa, debí llevármela lejos cuando Hakim dijo todas esas verdades. Estoy tan arrepentido y no sabes cuánto me duele ver lo que le hizo.—decía mientras empuñaba sus manos y lloraba de rabia.

Era momento de marcharse, lamentarse ya no era prudente. Tenían que salir huyendo, llevarse a su hija Lina para poder ayudarla a sanar lejos de todo eso.