Después de recibir la mejor y la peor noticia el día de su boda.
Mía muere trágicamente en un accidente donde ella iba manejando. En sus últimos momentos solo pide una segunda oportunidad para ser feliz con el amor de su vida.
ACTUALIZACIONES TODOS LOS DÍAS UN CAPITULO.
NovelToon tiene autorización de abbylu para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capitulo 10_ Sofia
Ese día, como ya era costumbre, Alexis vendría a pasar la noche conmigo. Preparé todo para que fuera especial, quería que todo fuera perfecto. Realmente estaba feliz, quería que él se pusiera tan contento como yo al enterarme de que dentro de mí crecía una personita que era fruto de este amor que sentíamos.
Cuando llegó, no le dio mucha importancia a la decoración de mi apartamento y se abalanzó sobre mí. Últimamente lo sentía un poco más brusco, más ansioso que antes, pero no le daba mucha importancia porque así me gustaba él.
—Espera, bebé, tengo que contarte algo primero.
—Podemos hablar después.
—No, Alexis, esto es algo importante.
—Está bien, ¿qué sucede?
—Tenía planeado decírtelo de otra manera, pero bueno, no importa. Estoy embarazada.
Lo dije con una gran sonrisa, pero al ver su reacción, la sonrisa se fue apagando. Alexis me soltó y me miró como estudiando mi rostro para saber si mentía, pero al ver que hablaba muy en serio, su cara se frunció y dijo, furioso:
—¿De qué carajos hablas, Sofía? ¿Cómo que estás embarazada?
¿No me dijiste que no me cuidaras más porque tú ya lo hacías? Confié en ti y ahora sales con esto.
No esperaba esa reacción. Creí que se sorprendería un poco, pero no que se enojara de tal manera.
—Cálmate, Alexis, y a mí no me grites. Fue un accidente, no sé qué pasó. Me sentí mal, me hice un test de embarazo y dio positivo.
—No te creo nada. Desde un principio te dije que lo nuestro iba a ser algo sin compromiso, sin ataduras. Yo amo a tu hermana y no la voy a dejar por que ahora estés embarazada. Lo mejor será que te deshagas del niño.
En ese momento, quedé en shock. Nunca esperé esa reacción, y mucho menos que me dijera en mi cara que amaba a Mía. Enfurecí, y fue mi orgullo de mujer quien habló en ese momento.
—¿Qué acabas de decir? Estás loco si piensas que me desharé del niño. Si tú no te haces responsable, hablaré con mi hermana y le contaré todo, absolutamente TODO.
—¿Me estás amenazando?
—Sí, te estoy amenazando. Será mejor que pienses bien lo que harás, porque conmigo no juegas. Si yo no puedo ser feliz, tú tampoco. O cancelas el matrimonio o te haré pasar la vergüenza más grande de tu vida el día de tu boda, y veremos si mi hermana sigue contigo después de eso.
Alexis no dijo nada más y se fue. Me sentí tan estúpida después de eso. Sabía que si lo obligaba a estar conmigo, nunca iba a ser completamente feliz, pero el deseo de ganarle, por una vez en la vida, a Mía me cegó. Yo también lo amaba, estaba esperando su hijo. Por una vez en mi vida, yo merecía ser la elegida.
Pasaron los días y, como Alexis no me llamaba, lo llamé yo e invité a mi departamento. Cuando llegó, no me dio tiempo a decir nada porque, al cerrar la puerta, me arrinconó contra esta y me besó. Nos fuimos desprendiendo de nuestras ropas y pasamos la noche juntos. Al otro día, por la mañana, él ya no estaba. Me sentí sucia, me metí en la regadera y lloré, lloré como nunca. ¿De verdad quería esto?
Me había tratado como una prostituta toda la noche. Me sentí tan miserable, pero creí que solo sería una faceta y lo dejé pasar. Así pasaron los días, semanas y meses. Ya tenía tres meses de embarazo cuando, una noche, llegó furioso. No sabía bien qué le pasaba hasta que dijo el nombre de la causante de todos mis males: Mía.
No sé cómo, pero se enteró de lo que tenía con Alexis. Sin embargo, no me dio tiempo a ponerme feliz, porque automáticamente me culpó de que ella se hubiera marchado. Terminó por decirme que me olvidara de él, que no pensaba hacerse cargo de mi hijo y se fue.
Caí de rodillas al piso y lloré. No podía con mi frustración. ¿Por qué? ¿Por qué yo tenía que sufrir el desprecio de todo el mundo?
Cuando logré calmar mi llanto, me puse a pensar qué haría ahora. Fue ahí donde se me ocurrió la magnífica idea de ir a contarle a los padres de Alexis que estaba embarazada. Modifiqué un poco los hechos porque no pensé que él les contaría sin ninguna pena toda la verdad. Pero luego de eso, me di cuenta de que fue el peor error que pude haber cometido. Los padres eran peores que el hijo. Me trataron como una mujer sinvergüenza, como una descarada por pedir que su hijo se hiciera responsable de mí, de mi hijo. Hasta insinuaron que el bebé que esperaba no era de Alexis. Me envenené y escupí cosas sin sentido que en realidad no pensaba hacer, pero querían que sintieran miedo al escándalo público, así como yo siento ahora el miedo de no saber qué hacer con mi vida.
Salí de la mansión Méndez y me dirigí a mi apartamento. Tenía que calmarme y pensar qué haría a partir de ahora…