Por Siempre Tuya

La semana ha pasado muy rápido y ya estamos a viernes. Y hoy es la fiesta de cumpleaños de Matt el esposo de Hannah, por lo que antes de ir a las terapias de Emma paso por el centro comercial para comprar un regalo.

Estaciono mi auto y bajo rápidamente tengo solo una hora para conseguir el regalo perfecto, tomo el ascensor y voy de tienda en tienda. Esto de comprar regalos hace que pierda la paciencia soy tan perfeccionista, conozco a Matt de hace muchos años mucho antes de que comenzará una relación con Hannah por lo que se que le gusta y que no pero ella le ha regalado tantas cosas.

Media hora después veo una tienda de relojes por lo que camino hasta allí pero me quedo paralizada. Esto no me puede estar pasando, es él como es que después de tanto tiempo lo vea de nuevo,no, no, no Dios no me hagas esto, me comienza a faltar la respiración trato de moverme pero mis pies y mi mente como que no coordinan, solo espero que no me vea.

Como puedo doy media vuelta y salgo corriendo volteo solo para asegurarme que no me haya visto pero cuando doy la vuelta nuevamente tropiezo con alguien y caigo al suelo.

-Perdón perdón no fue mi intención- digo sin levantar la mirada.

-Creo que ya se te volvió costumbre encontrarte conmigo de esa manera.- esa voz me resulta familiar.

Levanto la mirada y es cuando vuelvo a ver esos ojos azules con los que he soñado durante todas estas noches. Va de traje y esta agachado sosteniendome.

-Lo siento de verdad, yo yo lo siento debo irme. – digo tratando de levantarme pero las piernas me fallan y vuelvo a caer.

-¿Estás bien?. – dice ayudando a que me levante – por dios estas helada.

-Yo debo irme por favor deja que me vaya- ni yo reconozco mi voz y puedo ver en sus ojos ¿preocupación?.

-Ven conmigo. – dice llevándome del brazo, Dios sólo espero que el no me haya visto.

Llegamos al estacionamiento le hace señas a un hombre que también está de traje cerca de una camioneta. Abre la puerta de la parte trasera y me hace señas de que suba, obedezco lo menos que quiero es pelear con alguien no ahora. Nos quedamos allí los dos sentados, estoy temblando y mis lágrimas no paran no quiero que me vea así.

-Dios ¿Qué te ha pasado? Mírate cómo estás pareciera que hubieses visto un fantasma.- dice casi susurrando.

Y sí, ese fantasma de mi pasado el cuál hubiese deseado nunca haber visto.

-Yo yo- me tapo la boca para ahogar el sollozo.

-Shh tranquila, no pasa nada sino quieres hablar. – me dice abrazándome y por primera vez en mucho tiempo siento que puedo llorar sin ser juzgada, por lo que me dejo abrazar y sus dulce perfume me embriaga.

Cuando ya me siento más calmada me aparto de aquel abrazo y siento como un vacío ¿Y ahora?. El no me dice nada solo me ve y cuando ambos bajamos la mirada podemos ver nuestras manos entrelazadas, como si de un ácido se tratara o como si algo nos quemara las separamos lo más rápido posible, el carraspea y yo bajo la mirada.

-Gracias de verdad. Yo espero no haber estropeado algo.

-No te preocupes solo pasaba por aquí venía a encontrarme con alguien.- dice mirándome fijamente.

-Yooo ya debo irme, y gracias nuevamente lo veo en las terapias de Emma.-digo y abro la puerta de la camioneta y salgo corriendo.

Como puedo consigo mi auto y me meto en el, apoyo la cabeza en el volante y me echo a llorar. Y me hago mil preguntas ¿Volvió al país? o ¿Será que nunca se fue?.

¿Cómo es posible que todo esto me pase? Y para terminar de completar me encuentro nada más y nada menos que con el señor gruñón, el que me viera de esa manera fue tan humillante¿y nuestras manos? Y lo peor de todo es que dentro de poquito tendré que verlo en su casa. Debo contarle a Hannah, busco mi teléfono en el bolso y marco su número. Un tono, dos tonos……

-Hola. – dice al contestar.

-Hannah.

-¿Estás bien?, por dios Rachel ¿Qué pasa?. – me dice apenas me oye.

-Hannah lo vi, él , él volvió. – mi voz se quiebra y no puedo evitar seguir llorando.

-Rachel no me estarás hablando de él ¿verdad?. – dice sin poder creer.

-Si era el, yo vine al centro comercial por el regalo de Matt y estaba cerca de la tienda de relojes.

-Dios no puede ser, esto es malo Rachel muy pero muy malo.- dice y se que tiene razón esto sólo significa problemas.

Estuvimos un par de minutos más hablando, cuando ya estuve más calmada conduje hasta la casa del señor Thompson. Al llegar antes de bajar tomo suficiente aire y lo suelto poco a poco.

Me pasé prácticamente toda las sesiones con la mente en otro mundo, cada vez que Emma me hablaba yo solo asentía y le daba mi mejor sonrisa, gracias a Dios no hizo preguntas solo pensó que estaba agotada y por cosas del destino su hermano no apareció. Por lo que me quedé mucho más tranquila no soportaría que me viera con pena o algo parecido.

Termino las sesiones y me despido de Emma dice que me extrañará el fin de semana y me abraza, le devuelvo el abrazo y le digo adiós con la mano.

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Estoy casi lista, estoy tratando de maquillarme lo mas que pueda, tengo un aspecto terrible, solo espero que en la fiesta pueda desviar mis pensamientos.

Me coloco un pantalón negro y un crop top del mismo color, junto a la chaqueta color nude y detalles negros, me coloco zapatos de tacón del mismo color de la chaqueta. Busco un bolso de mano y dejo mi cabello suelto me veo al espejo y respiro pausadamente, no dejaré que nada de esto arruine la noche.

Llego a casa de Hannah y puedo ver los diferentes autos, ya decía yo que esto no sería pequeño. Al entrar a la casa veo algunos conocidos y los saludos, busco por todos lados a mi amiga al no verla me imagino que estará en la cocina por lo que camino hasta allá y si allí la consigo dando algunas órdenes.

-Rachel al fin, pensé que no vendrías. – me abraza tan fuerte y noto su preocupación.

-Por un momento pensé en no venir. – digo y ella me mira con pena bajo la cabeza siento como se acumulan las lágrimas en mis ojos y me pica la nariz.

-No no, por favor no llores, todo estará bien.- me abrazo a ella y sabe como me siento al respecto.

Luego de haberme calmado salimos de la cocina y al encontrarnos con Matt lo felicito y le doy un sobre con algunos pase para un fin de semana en el resort y unas entradas para el concierto de Coldplay que había adquirido hace poco para ir con Cameron pero ya que no me dio tiempo de comprarle algo adecuado preferí dárselas a él.

La noche transcurre normal, consigo relajarme entre risas y algunas anécdotas del cumpleañero, pero cuando estoy dando un sorbo a mi trago lo escupo y comienzo a toser, mi amiga como puede da palmadas a mi espalda y sigue mi mirada. Abre los ojos como plato creo que ella tampoco se lo esperaba aquí.

-Buenas noches, disculpen la tardanza tuve algunos contratiempos. – Dice clavando su mirada en mi.

Esta guapísimo definitivamente este hombre siempre me sorprende. Rachel ¿Que pasa contigo?.

Esta de traje uno muy diferente al de temprano, se ve relajado y algo sonrojado. ¿Estaría tomando antes de venir?, su traje de color azul junto a una camiseta blanca debajo hace que sus ojos tengan un brillo maravilloso lleva el cabello algo alborotado y no quita su mirada de mi.

-Christian al fin llegaste. – dice Matt y se levanta a darle un abrazo. – Ven te presentaré.

Se acercan un poco más a donde estamos sentados, Hannah y yo intercambiamos mirada ninguna de las dos cree que el este aquí.

-Chicos el es Christian y es un buen amigo de la infancia y hace poco se convirtió en mi socio.

El saluda a todos dándoles la mano.

-Y ella es mi esposa Hannah.

-Un gusto Hannah, Matt me ha hablado mucho de ti aunque ya creo que nos conocíamos . – dice saludando a mi amiga.

-Y ella es Rachel es una buena amiga de la familia.

-Hola señorita Anderson, un placer verte de nuevo. – dice tomando mi mano y dándole un beso, yo solo le doy una medio sonrisa.

¿Se conocen?. - pregunta Matt.

-Algo así, es la fisioterapeuta de Emma.

-Ah.- solo eso logra decir Matt dándole una mirada juguetona a su esposa.

Termina de presentar al señor Thompson y se disculpa un momento por lo que ambos se van y entran al despacho de Matt.

-¿Qué fue todo eso?. – pregunta Hannah.

-No lo sé, ni yo misma entiendo que pasó?. – digo y de un sorbo me tomo todo el vino.

-Que extraño.

-Muy extraño, ¿oye que tal si bailamos?. – pregunto.

-Me parece perfecto, por los viejos tiempos.

-Por los viejos tiempos. – ambas nos levantamos de nuestros asiento y vamos a la pista de baile cerca a la piscina.

Nos reímos como locas hace mucho que no nos divertíamos y esto era justo lo que necesitaba.

De repente comienza a sonar una canción de The Fray para ser más precisos Look After You, y siento aquel escalofrío de nuevo y es cuando lo escucho.

-Siento interrumpir pero... ¿me permites bailar contigo?. – pregunta mirándome fijamente, trago saliva y asiento.

Hannah me guiña el ojo y se encuentra con su esposo. El señor Thompson toma mi mano y me da una vuelta, luego me toma una mano y la otra la coloca en mi cintura y siento aquel escalofrío de nuevo cuando sus dedos rozan un poco mi piel.

-Bailas bien, aunque eso a mi no se me da mucho. – dice esbozando una sonrisa.

-No lo hace mal señor Thompson. – digo algo avergonzada siento como mis mejillas arden.

-Por favor llámame Christian , el señor me hace sentir viejo y no creo llevarte muchos años. – le sonrío, bailamos y siento como una paz.

¿Cómo es que un día nos estábamos gritando y casi que escupiendo fuego y ahora estamos bailando? ¿Y lo de hoy?. Estoy tan metida en mis pensamientos que no me di cuenta que había terminado la canción, y es cuando caigo en cuenta de que apoye mi cabeza en su pecho, pero ninguno de los dos hace algún movimiento para separarnos. Hasta que comienza una canción más movida y allí es cuando los dos poco a poco nos separamos.

-Gracias por el baile. – logro decir después de unos segundos.

-No hay de que, ¿Deseas algo de tomar?. – pregunta y asiento y ambos caminamos hasta un mesero que trae unas bebidas, trato de no tomar tanto ya que debo conducir, nos acercamos a donde están el grupo de amigos de Matt y puedo ver de reojo que no deja de mirarme, se disculpa y toma su teléfono y no vuelvo a verlo.

Hannah dice que es momento de cortar el pastel, veo la hora y ya son casi las 4:00 am.

Que rápido pasan las horas, me despido de todos. Miro a mi alrededor como buscando algo o mejor dicho a alguien pero nada, así que salgo de la casa y busco mi auto. Cuando estoy por abrir la puerta alguien me toma de la cintura e inmediatamente cierro mis ojos.

-Espera. – dice susurrando en mi oído.

-Señ.. Christian. ¿Qué hace?. – siento como mi pulso se acelera.

Me voltea y es cuando siento sus labios contra los míos, siento el sabor del whisky y no se porque pero sigo el beso. El gruñe ante aquel arrebato y me besa con más fuerza, me toma fuerte de la cintura y corta el beso pega su frente de la mía, permanezco con mis ojos cerrados hasta que lo escucho.

-Lo siento, no debí hacer esto. – dice dando media vuelta y se marcha.

-¿Qué?. – me agarro como puedo del auto para no caer, ya que no me espere aquello.

¿Que me esta pasando? ¿Como es que le seguí el beso? ¿Como es que deje que un hombre el cual no conozco me besara y no sintiera asco? ¿Y para colmo me besa y se va?