En un mundo donde los dioses caminan entre mortales, un pequeño de siete años, que es mucho más de lo que parece, ha encontrado su propósito. Con un corazón puro y un amor inquebrantable, este dios cuida de su amigo, un joven alfa de 18 años marcado por el dolor y el desprecio de su propia madre. A pesar de las sombras que lo persiguen, el joven anhela la felicidad y la libertad que solo el amor puede ofrecer.
El pequeño dios, con su apariencia inocente, es un faro de luz en la vida del alfa, ayudándolo a enfrentar sus traumas y a encontrar la valentía dentro de sí mismo. Juntos, desafían las expectativas del mundo que los rodea, creando un vínculo que trasciende el tiempo y la edad.
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Cap 9: demostración con la espada
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...UN MES DESPUÉS ...
En este tiempo, Haim ha estado ayudando a Liorán con los estudios para que pueda permanecer en la clase de los mayores y poder cuidarlo más de cerca de esos jovencitos que lo molestan. El niño también está atento a Sergei, le ayuda con algunos temas de la clase, le espanta a las señoritas que lo persiguen, lo invita a comer de vez en cuando y siempre lo observa con detenimiento sin que el joven se de cuenta.
Sergei por su parte, está concentrado en sus estudios, evita a las señoritas que lo persiguen, sobre todo a esa Fu Tang y la segunda princesa que no dejan de acosarlo, le agrada su pequeño amigo, así que también trata de que los mayores no lo molesten, aunque el niño se sabe defender muy bien.
En estos momentos, la clase se encontraba en el campo de entrenamiento ya que iniciarían los entrenamientos de manera formal.
— Hoy iniciarán los entrenamientos y quiero que todos den una demostración de lo que saben hasta ahora sobre el manejo de la espada.
— Profesor, siendo así, debe descartar a estos dos niños de una vez, es imposible que logren sostener la espada correctamente.— Dijo con molestia la pretendiente de Sergei.
— Señorita Fu, la boca fue creada para hablar, no para escupir heces.
Ante la respuesta del niño, los demás cubrieron su boca riéndose de la joven, que por más que tratara de molestar al niño no lo conseguía.
— Principe Windsor, usted será el primero en demostrar su manejo de la espada — dijo el profesor, para dar inicio a la clase.
El niño asintió y pasó frente a todos tomando la espada de madera, sin embargo antes de que iniciara su demostración, la joven condesa Fu Tang se acercó a él y lo empujó tirándolo al suelo para quitarle la espada.
— Haim, ¿Estás bien?— dijo Sergei yendo a ayudar a su pequeño amigo.
— Estoy bien, Hottie, solo me raspé la mano — respondió mostrando su mano al joven que lo había levantado del suelo.
— Profesor, no puede permitir que acosen al príncipe y menos que lo hieran, si los reyes se enteran de esto, la academia tendrá que asumir las consecuencias.— reclamó el joven duque, al ver herido al niño.
— Joven duque, esto es una academia militar, no una guardería, si el príncipe no puede soportar algo tan simple no es merecedor de estar aquí y menos hacernos perder el tiempo a todos.— respondió Fu Tang con decisión tratando de hacer quedar mal al niño.
— Hottie, no te preocupes, tengo muchas maneras de tratar con esa jovencita pretenciosa.— decía mientras el joven le limpiaba la mano herida.
— Tu título de príncipe aquí no es válido, todos estamos en igualdad de condiciones.
— Claro que no, yo no soy tan zorra, ofrecida y estúpida, así que no digas que somos iguales— respondió Aitana.
— Aquí todos somos herederos de nuestros territorios, pero usted es solo la hija de un conde que busca al mejor postor para poder tener un título en el futuro. Así que debería conocer su lugar y respetar al príncipe.— comentó Liorán defendiendo a su amigo.
— No se preocupen por esto, no interrumpamos la clase por personas tontas que no tienen la más mínima educación.— dijo Haim, para volver a sostener la espada de madera.
— La señorita Fu, como castigo por herir a su compañero e interrumpir mi clase, tendrá que dar 100 vueltas al campo de entrenamiento después de la clase.
— profesor, no he interrumpido la clase, solo quiero ser la primera en demostrar mis habilidades con la espada. He entrenado con ella desde los 6 años con los mejores maestros de mi reino.
— No digas que es tu reino, ese reino pertenece a mi familia y si sigues molestando a mi pequeño cuñado te haré desterrar dejándote en la ruina.
“ Así es profesor, la señorita Fu es excepcional con la espada”
“ Su padre le ha dado los mejores maestros para su entrenamiento”
“ A diferencia del niño, ella tiene 11 años practicando la espada”
— Profesor, no tengo problemas con que la experta inicie la presentación y demuestre lo que ha aprendido todos estos años de entrenamiento.— agregó Haim, preparando su pequeña venganza contra esa mujerzuela que quiere lucirse frente a su Hottie.
— “ cuando el joven duque vea lo excepcional que soy con la espada, me prestará más atención y querrá practicar juntos a mí. Cuando eso pase tendré la oportunidad de enamorarlo”— pensaba con emoción.
— “ esa chiquilla cree que puede quitarme a mi futuro esposo, ja que siga soñando”
— Señorita Fu, entonces inicie con la presentación.— dijo el profesor un poco molesto con la joven.
— Claro que sí, le aseguro que quedará sorprendido.
La jovencita confiada se preparó para demostrar su habilidad con la espada, mientras su rostro estaba iluminado por la emoción de que Sergei la viera ser más que una cara bonita. Sin embargo, al levantar la espada de madera, su agarre no fue el correcto.
— Príncipe, esa señorita solo hará el ridículo, ni siquiera supo agarrar la espada — susurró Liorán a su amigo.
— no te preocupes por esa tonta, concéntrate en lo que te he enseñado para que hagas una buena presentación.
— Recuerdo todo lo que me ha enseñado, no lo haré quedar mal.
— Lo sé, mi pequeño hijo aprende rápido.— comentó con una sonrisa.
Mientras ellos murmuraban, Fu Tang con un movimiento torpe, intentó un corte hacia adelante, pero la espada se deslizó de su mano cayendo al suelo con un golpe sordo.
— ¿Esa es la habilidad excepcional lograda en 11 años?— preguntó con burla Aitana.
“ ¿De verdad sabe manejar la espada?”
“ Esos maestros al parecer perdieron su tiempo enseñándole”
Avergonzada, la chica se agachó rápidamente para recoger la espada, al hacerlo tropezó con sus propios pies, tambaleándose un poco antes de estabilizarse. Aún así respiró profundo, decidida a continuar, la jovencita intentó realizar una estocada, pero su puntería era imprecisa, y la punta de la espada se desvió, casi golpeando el suelo en lugar de un objetivo. Sus movimientos eran totalmente descoordinados, tanto que hasta su propio cabello la hacía enredar.
— Señorita Fu, deje la espada a un lado y regrese a su lugar.
La chica nerviosa, avergonzada y confundida dejó la espada para regresar al lado de sus compañeros quienes se burlaban por la pésima actuación de ella.
“ Que horror presumir tales torpezas”
“ Creo que el príncipe lo hará mejor que ella”
“ Su padre definitivamente perdió el dinero invertido en esos maestros”
“ El karma llega muy rápido, se estaba burlando del príncipe y su actuación fue peor que la de un niño de 5 años”
— Quiso hacerse la interesante y solo hizo el ridículo— agregó Liorán con una sonrisa.
— profesor, ahora es mi turno.
creo que me perdí