Tal Vez Lo Nuestro Era Conocernos, Pero No Estar Juntos

Otro día en el que todo parecía ir de maravilla.

Me duché y, después de arreglarme, le dejé un mensaje a Josh:

—Buenos días, mi amor.

No le llegó, así que bajé a desayunar para luego irme a la uni.

Llegué un poco tarde, como de costumbre, pero justo a tiempo. Presenté dos exámenes, estuve atenta a todas las clases y anoté todo para luego hacer las actividades.

Salimos a hora libre y saludé a los chicos como siempre. Estuve con las muchachas charlando y hablando de todo y de nada.

Había algo que me estaba haciendo ruido desde hace rato, y es que Josh no me había hablado casi en todo el día. No es drama, pero se nota su distancia conmigo. Ignoré eso, seguro estaba cansado o algo así.

Llegué a mi casa en la tarde y, después de una larga ducha, empecé a dibujar. Era algo nuevo para mí, pero por alguna razón le estaba haciendo cartitas a Josh.

—Qué cringe.

Esto nunca lo había hecho. Me gustan las manualidades y soy muy detallista, pero no había pensado en hacerlo para mi novio. Es raro, pero se siente lindo.

A las 7:00 p.m. me llegó un mensaje:

Josh: —Mira, ¿al final sí vamos a salir?

Ok, ok, no era lo que esperaba y sí fue más raro aún. ¿No me habló en todo el día y me escribe así? No quiero discutir ni pensar de más, así que solo lo tomé con calma.

—Estaba esperando que ustedes me confirmaran — dije sin más.

—Ah, ok, ya le pregunto a Chris entonces.

—Ok, me avisas.

¿Qué habrá pasado? Según yo, no he hecho nada para que esté molesto. No hemos discutido ni nada. Unos minutos después:

—Ya hablé con Chris y le dije que yo no iba a poder ir porque tengo otro compromiso.

—Ah, ok, ok, está bien.

¿Escucharon mi corazón crujir?

—Mala mía ahí.

—Tranqui.

Ok, ¿qué hago? ¿Le pregunto? ¿Dejo que se le pase? Esperé unos cuantos minutos y le volví a escribir.

—Amor.

—Dime, nena.

—¿Qué pasó? ¿Por qué andas tan raro?

—No, vale, yo estoy normal.

—El hecho de que no te haya hablado en todo el día porque te la pasaste con tu grupo no quiere decir que tenga algo.

—¿Es por eso? No digo que estás raro por eso… En parte sí, pero no me escribiste, me estabas hablando raro y dijimos que íbamos a llevar las cosas sanamente. La comunicación es parte de eso.

—Ok. Pero el hecho de que llevemos las cosas sanas no quiere decir que siempre yo tenga la iniciativa de la conversación, porque eso aburre.

Y muchas veces tampoco me veo en la necesidad de escribirte.

Díganme si esta vez sí escucharon cómo mi corazón se volvía añicos, ¿sí, verdad?

—Estuve esperando que te llegara el mensaje que te envié en la mañana, pero ok, ok, ok, entiendo.

La verdad, sí me dolió… O sea, ¿le aburre? ¿No se ve en la necesidad de escribirme? Comprendo totalmente. Es un… sin malas palabras.

—Estaba ocupado, no me iba a llegar.

—Ok, entiendo. No pienso discutir contigo, que tengas buenas noches.

—No estamos discutiendo, eres tú la que se está alterando.

Ahhh, ¿ahora yo me alteraba? Después de lo que dijo, más bien estaba muy calmada.

—No me estoy alterando, yo solo vine a escribirte porque quería saber qué tenías, pero ya quedó claro que nada.

—Ok, perfecto.

Ok, perfecto… Solo eso. No le importa más nada. Me dolió lo que dijo, claramente, pero no le voy a dar el gusto de estar mal por él.

Terminé mis dibujos y fui a ayudar a mi mamá en la cocina, a recoger los platos de la cena y todo eso. Unos minutos después sonó mi celular.

Josh: —¿Estás despierta?

—Sí.

Tras eso, cinco audios de dos minutos cada uno. ¿Era en serio?

—Dame un momento, que estoy con mi mamá.

—Ok, tranquila.

Al menos una hora después pude escuchar cada uno de los audios con detenimiento, y cómo hubiera querido tenerlo de frente ese día… Sentía tanta impotencia.

En resumen, decía que lo mejor era que quedara hasta aquí, que él se aburría muy rápido de las cosas y que esta relación no nos llevaba a nada. Que yo tenía actitudes que no le gustaban, que no me estaba tomando en serio la relación, que como mejores amigos estábamos bien y muchas cosas más repetitivas.

—Ok, ya escuché y bueno, está bien.

No respondí más nada, no me apetecía responder más nada.

—Ajá, ok, pero necesito que me respondas porque no soy adivino ni mucho menos.

—¿Qué quieres que te responda? O sea, ya tomaste una decisión, ¿no?

Y si piensas todo eso, ok, es tu opinión.

Y tú lo dijiste: como mejores amigos estábamos perfecto y espero que siga así, y ya.

—Yo tomé esa decisión por el bien de los dos.

—Ok, no te voy a llevar la contraria esta vez.

Para este punto, estoy muy calmada… Mentira, mis ojos estaban llorosos y no sabía, en realidad, qué me dolía más: si su actitud o sus palabras. Pero, como lo dije al principio, no le daría el gusto de verme mal.

—¿Llevar la contraria para qué? Si al final ibas a quedar en lo mismo.

—Lo de nosotros solo fue una conexión momentánea.

Aush.

— Jajajaja, bro, gracias por utilizar tus dotes mágicos de conquista conmigo. Ya estoy preparada para la vida — decía esto a modo de gracia, mientras detrás de la pantalla había una niña llorando cada palabra.

— Me alegra saber que ya no eres una huevona.

— Gracias a Dios, ya entre nosotros no va a existir más que amistad.

Porque ¡Vaya dolor de cabeza!

Auch x2

— Gracias a Dios.

— Para que veas que, aunque tú misma dijiste que ni contigo sirve, hasta a ti te la apliqué. Jajajajaj.

Auch x3

— Jajajaja, era obvio — ahí estaba yo, fingiendo de muy mala manera estar bien.

— Caíste redondita.

Eras muy obvia, pero ya te bajé de esa nube y me puedo ir en paz.

— No te vas a morir, ¿verdad? — Claro, Jen intenta bromear. que no sepa que estás llorando, para nada

— Nah, ahora es que me queda vida, y no eres la primera a la que se la aplico.

— Ni la última.

— Exacto.

— Espero y no te lo hayas tomado muy en serio.

— ¿El qué?

— ¿El hecho de que te enamoraste?

Porque, si te soy sincero, yo no.

— Nah, ni me acordaba. Ve — finge ridícula.

— Da hasta risa el comentario.

Es más, creo que ya fue suficiente.

Ya me ayudaste a subir más el ego y la moral.

Auch x4

— Awww, qué bueno — ya, a este punto, quiero clavarle el objeto más cortopunzante que haya.

— Bueno, yo me voy a la mrd. Hablamos luego.

— Hablamos luego.

— Todavía da cosita contigo.

Ya da hasta pena verte haciéndote la fuerte.

Ya lo diste todo.

— Bro, por favor.

— Oe, ¿pero sí vamos a seguir siendo amigos?

— Eso, eso quedamos, ¿no?