Estrella Rota

Pasaron unos meses de tranquilidad, todo marchaba bien, muy lento para mi gusto, pero encaminado, mi programa ganaba audiencia, poco a poco, Fer y yo seguíamos saliendo como una pareja normal, me he acostumbrado mucho a él, cuando sale por las giras de trabajo, lo hecho de menos, no creo que me esté enamorando, solo me siento cómoda a su lado, él me consiente, me da regalos, no me da dinero como tal, pero lo necesito para otra cosa, por sus contactos.

Delia y Rubén van superbién el otro día le dijo a mi mamá que Rubén ya estaba pensando en casarse, estaría bien, así viviría mejor y yo no tendría que preocuparme más por ella. Ya solo habría que sacar adelante a Ana, está ya por entrar a la universidad, diseño gráfico es lo que eligió como carrera, la verdad es talentosa, pero su carácter no ayuda, espero poder conectarla y conseguirle un buen trabajo.

La que esta más alocada es mamá, casi todos los días llega tarde y tomada, si siguen así van a tener problemas en el trabajo, pero ya está grande como para tener que andarla cuidando. Además, si por primera vez está disfrutando de su vida, no seré yo la que se lo impida.

Fuera de eso, todo estaba bajo control, pero una noche eso cambió drásticamente, en una de sus acostumbradas borracheras, Rodrigo y mi madre tuvieron un accidente, parece ser que al regresar se les cerró un auto sospechoso, pensaron que los iban a asaltar, por lo que intentaron huir, pero por la imprudencia y velocidad con la que manejaban, chocaron fuertemente contra una barda, ambos quedaron mal, llegaron los servicios de emergencia y se los llevaron al hospital, cabe mencionar que Ana estaba muy preocupada, como si presintiera lo que estaba ocurriendo, pero como era normal que mi mamá llegara muy tarde, tratamos de calmarla, las tres hermanas estábamos despiertas cuando entró la llamada para informarnos. Un oficial de policía encontró el celular y nos marcó. Obviamente nos vestimos para salir al hospital, pero era de madrugada, así que tuve que hablarle a Fernando y que nos llevara en su auto. Llegó rapidísimo y nos condujo a ver como estaban. Si hubiera sabido lo que nos esperaba, nunca le hubiera pedido acompañarnos, porque resulta que le avisaron también a la esposa de Rodrigo, y llego antes que nosotros, al enterarse de que vinia acompañado de su amante, se puso a gritar por los pasillos y trató de entrar a confrontar a la pareja, que estaba siendo atendida, claramente le negaron el paso y estaba discutiendo en la recepción, cuando llegamos y preguntamos por los accidentados, nos oyó y se nos fue encima a golpes y gritos, nosotros no la conocíamos, pero nos imaginamos de inmediato de que se trataba el asunto. Fernando no cabía de asombro, y aún así nos defendió de la mujer, gracias a sus contactos, logró que nos pasarán a una sala de espera en otra área del hospital y que en cuanto se pudiera, mi mamá fuera trasladada a un hospital público de especialidades, para no tener cerca a Rodrigo y su mujer, yo le agradecí llorando y le pedí perdón por el espectáculo que tuvo que observar. Él solo me dijo que no me preocupara, un rato después se tuvo que ir a trabajar, pero dejó pagado el deposito qué requerían para la atención médica. Se despidió diciéndonos qué le informara cualquier cosa, y que volvería en cuanto pudiera.

Nos quedamos esperando noticias cuando llamó Rubén, ya le había informado Fer, le preguntó a Delia si necesitábamos algo porque iba de camino, ella le dijo que no, así que llegó después de un rato, le pedí que llevara a mis hermanas a desayunar algo, y me trajera un café de regreso. En cuanto se fueron salió el médico para informarme que desafortunadamente, Rodrigo había fallecido, mi mamá estaba grave pero estable, y tenían que operarla porque tenía unas cosillas rotas y un pulmón perforado, me pidió que firmará la autorización para intervenir la de inmediato, firme y se retiró a preparar la cirugía. Primero llamé a Fernando, me trató de tranquilizar y me dijo que por el dinero no me preocupara, que el correría con los gastos, que solo tenía que arreglar unos pendientes y como en una hora estaría de regreso para acompañarme.

Después llame a Delia, y le dije lo que me dijo el doctor, le pedí que desayunaran bien y con calma, porque nos esperaba un día bastante pesado y largo. También tuve que reportarme en la estación para avisar que no podía ir a trabajar. Y mientras esperaba sola, me senté a llorar, además de lo lastimada que estaba mi madre, también tendría que lidiar con la muerte de Rodrigo.

Cuando mis hermanas y Rubén regresaron, me tomé el café que les había encargado y me sentí un poco mejor, por lo menos ya no estaba tan sola, y luego Fernando se nos unió, el me insistió en que fuera con él a desayunar, pues el tampoco lo había hecho, así que deje un rato la sala de espera y fuimos a una cafetería cercana. Yo no tenía ánimos de nada, pero mi novio trataba de consolarme y hacerme sentir mejor. Cuando regresamos Ana estaba muy consternada, pues resulta que cuando en la fábrica se enteraron del accidente, porque la esposa de Rodrigo fue a reclamar el seguro de este y la ayuda para el funeral, se comunicaron con ella para informarle que tanto ella como mi mamá habían sido despedidas, les depositarian lo correspondiente a su liquidación, pero no querían verlas más por allá.

Si bien Fernando pagaría el hospital, y la liquidación nos ayudaría con los gastos que se nos presentaran, nos veríamos muy apretadas económicamente, al dejar de percibir los dos sueldos y no contar con la ayuda de Rodrigo.

Esa noche nos cambió la vida. De momento se nos vino la desgracia como una avalancha. Tenía que mantener la calma y pensar que podía hacer.