Izan Noah era un alfa ambicioso, estaba a solo un paso de conseguir aquel puesto tan ansiado por todos, La cima de aquella piramide que los mismos Alfas crearon. Sin embargo, su destino se entrelaza con el de Luna, una mujer extraña con demasiados secretos por descubrir, a quien salva de un ataque brutal. Los recuerdos de Luna son escasos, pero poco a poco revive el doloroso pasado de su familia, masacrada por la manada de Izan. Enamorarse del delicioso olor que emanaba del hombre que la habia salvado habia sido imposible de evitar, Su destino era estar a su lado. Pero que pasara cuando descubra que el puesto que Izan desea, en realidad, le pertenece a ella. Ahora, entre la verdad, el amor y la venganza, Luna debe decidir: ¿seguir a su compañero o destruirlo?
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6. Amargo
El tono de voz de aquella mujer demostraba su irritación, Luna salto nerviosa en su lugar, las palabras se quedaron atoradas en su garganta, ¿quien era esa mujer?
._ Estoy hablando contigo ¿acaso eres sorda?._
._ Señorita Melisandre, como puede ver Luna no puede ver, no puede saber que está hablando con ella._
._ Quien es es ella? Una nueva criada? una mujer ciega no servirá para nada aqui._
Katia se mantenía erguida delante de aquella mujer, no dejaría que nadie lastimara a Luna y menos ahora que al fin había comenzado a soltarse.
._ Ella no es una criada, Luna es mi hija, solo está aquí acompañandome._
._ Luna?... no podías ponerle otro nombre._ la mujer grito molesta, Katia se movió hacia atrás chocando con las piernas de Luna, el aura asesina de la mujer delante de ella, la obligaba a someterse, su instinto materno no la dejaba ceder, su lobo había aceptado a Luna como su cachorro.
._ Yo no le puse ese nombre, señorita Melisandre._
._ Entonces ponle uno._ Melisandre grito colérica._ Clara, Daniela, Evelyn, cualquier maldito nombre que no sea ese, acaso no la adoptaste? Cámbiale ese maldito nombre... Nadie será llamada Luna en esta ciudad, nadie que no sea yo, comprendes?._ La mujer se irguió sobre Katia gritando, dejando salir su aura hasta poner a la mujer a temblar.
._ No puedo cambiarle su nombre, señorita._ las palabras salieron como un susurro tembloroso de los labios de Katia, Melisandre gruño molesta.
._ Hazlo, te lo ordeno._ la orden salió de sus labios y la Omega chillo de dolor mostrando su cuello, una sensación de alerta se instalo en el cuerpo de Luna, su cuerpo se movió como si tuviera vida propia, talvez era su instinto que había actuado por ella, Luna nunca había deseado cuidar a nadie, pero algo dentro de ella se había despertado al escuchar el chillido de la Omega delante de ella, un instinto de protección se encendió en su pecho, jalo a la Omega detrás de ella y de sus labios salió un gruñido, un gruñido fuerte y poderoso vibró en su pecho, por primera vez sintió el atisbo de lo que era ser un lobo... pero porque?... ella no era un lobo... ella ni siquiera sabía lo que era.
._ Que está pasando aquí?._ el olor a pastel de limón inundó la cocina trayendo a Luna a la realidad, dio dos pasos hacia atrás temerosa, ella le había gruñido a la mujer que sería la compañera del alfa, definitivamente iban a castigarla, sus piernas comenzaron a flaquear, sus manos temblaban rodeando el cuerpo de la Omega.
._ Me gruño... esa insignificante mujer se atrevió a gruñirme... a mí, a su luna._
Izan miró hacia ella, el olor de Luna eran tan fuerte, tan amargo, talvez era porque era su compañera, pero su olor dominaba el lugar, opacando incluso el olor de Melisandre, su olor lo había traído aquí, había escuchado aquel gruñido, sus pelos se habían puesto de punta, un miedo irracional lo había embargado, tenía miedo de lo que encontraría detrás de la puerta, de lo que sería capaz de hacer si alguien lastimaba a Luna, miedo de no ser capaz de contener a su lobo cuando se trataba de ella.
._ Katia puedes retirarte, lleva a Luna contigo._ Katia toma a Luna de su mano y asintió hacia Izan.
._ Si, alfa._
._ Dejaras que se vayan?... Izan!!._ Melisandre grito molesta observando a Izan, como podía permitir que una niña cualquiera se saliera con la suya después de gruñirle, ella era la Luna de esa ciudad.
._ Astor, quédate._ Astor quien iba detrás de Luna y Katia se detuvo dispuesto a ir hacia ellos de nuevo, la mano de Luna se encajo en su ropa y un gemido lastimero salió de sus labios, Astor la miró sorprendido, era la primera vez que aquella pequeña e indefensa mujer lo tocaba, aquel gemido lastimero había puesto a su lobo en modo sobreprotector, su lobo le exigía cuidarla, le exigía traer calma al tembloroso corazón de la pequeña luna, sus manos se movieron como si tuvieran vida propia, su lobo apoderándose por completo de su cuerpo, poso sus manos en sus brazos acariciandola con suavidad, dejando salir su aroma que la rodeo por completo, su lobo acababa de marcar con su aroma a una mujer que ni siquiera era su familia, pero algo inexplicable sucedía en su interior siempre que estaba alrededor de ella, algo le exigía cuidarla, protegerla como si fuera el tesoro más valioso sobre la tierra.
Los espasmos al fin cesaron en el cuerpo de Luna, estaba siendo estúpida al confiar en Astor, después de todo el también era un Alfa, pero el estaba ahí para cuidar a Katia, ella podría aceptar cualquier castigo, ella podía aguantarlo, siempre lo había hecho, pero no podría soportar que lastimaran a Katia, Astor tenía que cuidarla, el no debería alejarse de ellas.
._ No..._ Luna susurro incapaz de terminar aquella oración, ella no debería ir en contra de las órdenes del alfa.
._ Tranquila, nadie va a lastimarlas, iré apenas termine aquí, ve con Katia, Luna... Yo iré pronto._ Astor hablo dulce hacia ella, acariciando sus hombros, intentando darle calma a Luna, ella asintió nerviosa, soltó la ropa de Astor y dió un paso hacia atrás, podía sentir el olor a madera y eucalipto rodearla como un escudo protector, Luna tomo la mano de Katia y las dos salieron de la cocina.
._ Todos fuera, ahora._ la orden salió de sus labios con más fuerza de la que quería, estaba molesto, furioso, quería arrancarle la cabeza a su mejor amigo que yacia de pie en el mismo lugar observando la puerta por donde su compañera había salido, rodeada de su maldito olor, el se había atrevido a marcar con su olor a su compañera, era suya, su lobo le pedía a gritos la cabeza de Astor en una bandeja, quería clavar sus colmillos en su cuello, arrancar su cabeza de sus extremidades y acabar con su estúpida vida.
Luna era suya, era su compañera y si el no podía tenerla, nadie nunca la tendría, el se aseguraría de eso.