Amelia y Ruben se amaron desde niños, pero la envidia de Ana los separa, podra su amor soportar tanto dolor y traiciones .
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Los días pasaban y Ana cada vez demostraba más su envidia hacia su hermana menor no perdiendo la oportunidad para hacer comentarios insidiosos a los cuales Amelia no respondía.
En tanto Rubén y Amelia cada vez estaban más felices juntos, ella le había pedido al esperar cumplir los dieciocho años para solicitar permiso para cortejarla, para ese momento faltaba un mes así que Rubén le acepto.
Rubén - espero ansioso tu cumpleaños para hablar con tu padre.
Amelia- no estás nervioso.
Rubén - no lo estoy, veo que tu familia igual a la mía acepta nuestra cercanía aunque extraño mucho el tiempo en que nos encontrábamos a solas, ahora en tu casa siempre alguien observa con recelo cada cierto tiempo.
Amelia - si no hubieras dicho tus intenciones a lo mejor no nos observarían tanto, mi madre me hablo que debo comportarme como una señorita y no poner en duda mi honor.
Rubén - yo nunca te haría algo que te pueda dañar.
Amelia- lo sé, pero los padres se preocupan mucho por ese tema
Rubén- así parece. El próximo sábado hay una celebración en la casa de la familia Guzmán tu asistirás.
Amelia - no asistiré, la verdad prefiero hacer otras cosas que ir a fiestas.
Rubén - yo tendré que ir, me comprometí a acompañar a mi madre porque mi padre estará de viaje y no quiere ir sola.
Amelia- eres un buen hijo, te preocupas mucho por tu madre
Rubén - yo no he sido un buen hijo, la hice sufrir mucho y me arrepiento, por eso ahora trato de hacer todo lo que pueda por ella.
Amelia- ella sentirá mucho tu ausencia cuando abandones tu hogar.
Rubén - porque abandonaría mi casa.
Amelia- me refiero a cuando formes tu propia familia.
Rubén - veo que estás pensando en nuestro matrimonio.
Amelia colorada- no quise decir eso.
Rubén - lo sé, solo bromeaba, no te coloques tan colorada, pero me gustaría hablar de ese tema cuando nos comprometamos, la casona de mis padres es muy grande y tiene muchas habitaciones, no sé si te molestaría vivir junto a mis padres cuando nos casemos.
Amelia no responde nada.
Rubén- veo que no es una opción que te agrade.
Amelia - no es que no me agrade, pero siempre soñé tener mi propia casa donde yo pueda decidir todo, que cortina hacer y que cocinar cosas así, pero si vivimos con tus padres por muy bien que nos llevemos tu madre será la dueña de casa y sera quien decida.
Rubén - entiendo lo que quieres decir y me parece aceptable tu opinión, llegado el momento te prometo que hablaremos seriamente esa situación y tomaremos la decisión que más te convenza. En las tierras de mis padres iguales hay varios lugares donde podemos construir nuestra casa si así lo deseamos .
Rubén se acerca a Amelia y le toca las manos.
Amelia- detente que alguien nos puede ver.
Rubén - miré y no hay nadie observando.
Amelia - se siente raro estar tomados de las manos.
Rubén levanta las manos y da un beso en la mano de Amelia.
Amelia - cuidado vi que Ana nos estaba observando - le suelta la mano.
Rubén - tu hermana cada día me desagrada más.
Amelia - no seas así, a mí me da tristeza su situación, casi no tiene amigas y por más que intenta mostrarse nadie la pretende.
Rubén - yo me entere que un hombre estaba dispuesto a pretenderla, pero ella lo rechazo abiertamente porque le dijo que estaba interesada en otro hombre.
Amelia- ¿quién será? Ningún hombre ha venido a solicitar permiso a mi padre.
Rubén - a lo mejor ella ya está interesada en él, pero no es correspondida.
Amelia- pobre de mi hermana .
