Entre Dos Amores

Cayendo la noche. Fuera del reclusorio, se encontraba un coche de alta gama; Mercedes-Benz clase s.

Dentro del coche se encontraba una mujer de mediana edad. Su nombre era Débora. Mantuvo su mirada a través del cristal del auto, hasta que vio a Damián ser liberado.

El chofer desciende del coche, abre la puerta trasera. Débora baja con elegancia, vigilando cada movimiento de Damián.

Al otro lado de la calle. Damián se sentía libre. Extiende los brazos hacia arroba, agradeciendo a Dios por su libertad.

Caminó por la calle, sin saber a donde ir. Al verlo alejarse, Débora lo llama por su nombre.

_____ Damián Whop.

Al escuchar su nombre, Damián se detiene, volteando a ver a Débora. Al llegar a Damián Débora se detiene.

No había ninguna expresión en su rostro, extiende su mano, y dice.

_____ Señor Whop. Mi nombre es Débora Santillán.

______ Venga conmigo, lo llevaré a la residencia Montenegro.

Damián guardó silencio como si estuviera pensando en algo.

______ ¿No tengo otra opción o sí?

Débora responde con un simple...

______ No.

Se da la vuelta y vuelve al coche. El coche abre la puerta trasera. Damián se quedó de pie junto a la puerta del copiloto, sin embargo, cuando iba a entrar, el chofer dijo.

______ Irá atrás, señor.

El chofer dio media vuelta al coche y abre la puerta para que Damián pueda entrar. Molesto, subió.

Todo al interior del coche se mantuvo en total silencio por mucho tiempo. Hasta qué Débora, dijo.

______ Pareciera que nunca fuiste rico. ¿No te enseñaron modales?

Damián volteó a ver de reojo a Débora. Cuando iba a decir algo más, la mujer agregó.

______ Dos años dentro de una prisión bastaron para echar a perder a un hombre inteligente, deberías usar un poco más tus neuronas.

Damián extiende su mano, agarrando la muñeca de Débora.

_______ Estás arrebasando los límites. ____ Susurró Damián apretando los dientes.

Débora lo ve directamente a los ojos. Se sacudió la mano de Damián, y dijo.

______ Un niño como tú no me da miedo. He visto al diablo en persona.

Débora ignoró a Damián concentrando toda su atención en la laptop delante de ella. Al llegar a la residencia Montenegro, el chofer baja abriendo la puerta trasera.

Damián no espera a que el chofer abra, baja del auto, mirando con asombró lo que era aquella mansión.

Estaba acostumbrado a ver todos aquellos lujos, sin embargo, creer que todo aquello era de Efraín lo dejó con la boca abierta.

Él mismo pensó que hablaba puras tonterías. Qué era un anciano loco, un viejo que había perdido la razón por estar tanto tiempo dentro de una celda.

Lo que a Damián le costaba entender era, ¿por qué si Efraín tenía tanto dinero, no salía de la cárcel? ¿Por qué prefería estar encerrado que salir libre y buscar a su nieta?

Débora pasó a un lado de Damián, abre la puerta de la mansión y entra. Damián la sigue, sintiéndose tan extraño.

Fueron dos años encerrado en una celda, mirando todos los días lo mismo, ahora estar rodeado de tanto lujo como en el pasado, lo hacía sentirse tan diferente.

_______ Está será tu casa... Ahora está sola, mañana a primera hora tendrás a tu disposición sirvientes. Marcos se quedará contigo, será tu chofer de ahora en adelante.

Mientras escuchaba a Débora. Damián recorría la mirada, la residencia estaba llena de cámaras de seguridad.

Al parecer el anciano lo quería tener vigilado. Eso molesto a Damián. Llevó sus manos a su cintura, girando su cuerpo y dando una vuelta completa.

______ Tu habitación es la principal... Podemos subir a verla. ____ Ordenó Débora.

Damián siguió a la mujer hasta llegar a la parte superior. Caminaron por el pasillo hasta detenerse en la puerta. Débora empuja un poco hasta abrir la puerta por completo.

La recámara principal era enorme, diseñada perfectamente para una pareja. Damián caminó hasta la ventana, empujó las cortinas y abre la ventana.

Era impresionante la vista que tenía. La mansión tenía dos piscinas grandes, un jardín principal y otro trasero. El jardín trasero era el más impresionante, flores, rosa y todo tipo de plantas se podían encontrar en él.

Débora dejó que Damián asimilara su buena suerte. No cualquier hombre tenía la fortuna de ser escogido por Efraín Montenegro.

________ Mañana al medio día vendrá el señor Montenegro. _____ Se escuchó la voz fría de Débora.

Damián giró un poco su cabeza, le daba igual. Se encogió de hombros, como respuesta.

Después de mostrarle toda la recámara, Débora se macho dejando a Damián solo en esa enorme y lujosa mansión.

Se derrumbó un rato encima del sofá. Pensó en todo lo que había vivido en esos dos años. En cada palabra que Diana le dijo cuando fue a verlo.

El siguiente día.

Damián se despertó, su cuello le dolía mucho. Se quedó dormido en el sofá, lastimando su cuello por una mala postura.

Se pone de pie, caminando hasta el baño. Abre la regadera dejando caer el agua fría sobre todo su cuerpo.

Era relajante sentir el agua caer por todo su cuerpo. A Damián no le importó llevar su ropa puesta, solo quería sentirse vivo y libre.

Pasado el tiempo, sale de la regadera, dejando la ropa mojada a un lado. Al volver al dormitorio, se llevó una sorpresa.

Dos personas con uniforme se encontraban al interior. Uno de ellos era un hombre, el otro una mujer. Al ver a Damián salir del interior del baño con una toalla solo cubriendo la parte de abajo de su cuerpo, inclinó la mirada, evitando ver a su jefe.

_______ ¿Quién son ustedes? ____ La voz fría de Damián se escucho con claridad.

______ Mi nombre es Miguel Torres. Desde ahora seré su empleado personal. Escogeré su ropa, joyas y todo lo que tenga que ver su su imagen.

______ Ella es Sofía, la empleada encargada de limpiar su habitación.

Damián levantó sus dos dedos; ordenandole a la chica que salga. Dejó de hacer su trabajo y rápidamente sale de la recámara dejando a Damián con Miguel.