No todo puede ser color de rosa, ¿O si?
NovelToon tiene autorización de Nix Agriche para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Girasoles.
Por fortuna para Alexander, Camila accedió alegremente acompañarlo a Italia. Él estaba emocionado, ansioso, todo lo que quería era llegar allá y poder estar con la mujer que atormenta su mente.
Ni siquiera estaba molestó con su esposa porque no quiso prepararle su maleta, lo único en lo que podía pensar era en Camila y sólo en ella.
Tampoco había notado a su pequeña niña, quien lo observaba adormilada mientras abrazaba su osito de peluche, el mismo que su papá le había regalado cuando nació, el mismo que jamás ha soltado desde entonces.
—Papi, ¿A dónde vas...? –su vocecita adormilada lo hizo detenerse en cuestión de segundos, volteó a mirar a su niña y se suavizó al instante. Él bien sabía que no había estado siendo justo con su pequeña princesa, pero no tenía tiempo de sentirse mal, no. Porque todo lo que quería era salir de aquella casa ahora mismo–.
—Papá tiene un viaje de trabajo, cariño.
Fue todo lo que pudo decir, volvió su atención a su maleta, ignorando la expresión de decepción que se formó en el rostro de su pequeña bebé.
—Pero papi, ¿Tienes que irte justamente hoy?
Esa pregunta lo irritó, ya demasiado bueno había sido todo este tiempo al no irse a buscar él mismo a Camila, ¿Por qué su esposa y su hija se esmeraban en joderle la vida?
—Sí, ¿Por qué? –soltó de forma brusca, haciendo que la niña se sobresaltara por el tono rudo de su padre, él jamás había sido así con ella, pero evidentemente en este corto tiempo él había cambiado–.
Ella quería decirle que hoy era un día especial, su baile de papis e hijas, el mismo que había estado esperando todo el año. Quería decirle que estaba emocionada de poder ir con él, pero, incluso en su corta edad, ella entendió que su papá lo había olvidado. O quizás nunca le importó lo suficiente como para querer acompañarla.
—No... Por nada... –murmuró–. Ten un buen viaje, papá.
"Papá", Lily jamás le había dicho de ese modo, siempre solía llamarlo "papi" o "papito bonito" esos eran sus apodos para él, pero, por primera vez en cinco años, ella le había llamado "papá". Eso lo desconcertó y volteó, buscando a su pequeña rubia, pero ella ya no estaba ahí.
Sintió un dolor en el pecho, una angustia que no podía reconocer. Pero no, no podía permitirlo, finalmente iba a tener lo que quería y nadie iba a arruinarlo.
Una vez que todo estaba listo, tomó su maleta y bajó al primer piso, pudo ver a su mujer haciendo la cena, ella le estaba dando la espalda. Por un momento, pensó que lo mejor sería quedarse, porque este movimiento era muy arriesgado, pero lo cierto es que extrañaba mucho a Camila como para seguir sin ella.
—Cariño, ya me voy –dijo con calma, apoyándose en el marco de la puerta. Usualmente, ella voltearía y se arrojaría sobre sus brazos, dándole muchos besos de despedida. Pero ahora, ella ni siquiera lo miro, continuó cortando vegetales y asintió en silencio–.
—Entiendo, ten un buen viaje, querido.
Había algo allí, una frialdad que él no podía comprender, su esposa siempre fue cálida y cariñosa, ¿Por qué ahora ella estaba actuando de ese modo?
Más no se detuvo a pensar, porque recibió un mensaje de su joven amante, diciéndole que ella ya estaba lista para partir. Él sonrió como un idiota, algo que no pasó desapercibido para Victoria, quien ahora sentía un fuerte dolor en su corazón.
—Ya me voy, adiós.
Sin decir nada más, y sin tomarse el tiempo de despedirse de su hija, Alexander abandonó su hogar para ir a recoger a Camila.
Tan pronto como la vio, sintió alivio y emoción. Se bajó del coche y ella corrió a sus brazos besándolo por todas partes, él accedió gustoso. Parece que había olvidado que aún estaban en Manhattan, al parecer olvidó que era un hombre casado, porque desde ese momento, le dió un lugar a Camila que definitivamente no le correspondía, le dió el lugar de su esposa.
Y mientras ellos volaban a Italia como si fueran la pareja más feliz y perfecta, en su hogar, Victoria trataba con todas sus fuerzas de detener las lágrimas de su pequeña hija, quien lloraba decepcionada porque su padre se había ido y la había dejado plantada para su baile.
—Cariño, por favor, ya no llores... –suplicó su madre, ella tenía el corazón roto, al igual que su pequeña niña. Porque ella bien sabía a dónde iba su esposo, sabía lo que haría, y ahora debía pensar qué hacer a continuación–. Ponte tu vestido, ¿Si? Esperaste mucho por este día y, aunque papi no esté aquí, el tío Cédric te llevará.
—¡No quiero ir con el tío! –espetó llorando, mientras se ocultaba debajo de las sabanas–. Quiero a papi –sollozó y eso destruyó aún más a su madre–. ¿Cómo pudo olvidarlo? ¡Él estaba igual de emocionado que yo!
—Mi vida, lo sé... –se sentó a su lado, pensando que decir sin romperle el corazón de su pequeña niña–. Es sólo que... –suspira–. Papi ha estado ocupado recientemente, pero te ama muchísimo, estoy segura de que él no quería decepcionarte, pero te lo compensará, te lo prometo.
La niña no respondió, simplemente siguió llorando debajo de sus mantas. Era muy irónico, como su padre, el primer hombre que una niña ama, es el primero que le rompió el corazón.
—¿Interrumpo? –la voz de Cédric la asustó, Victoria lo miró y él simplemente negó, él sabía que su hermano había preferido a su amante y ahora no sólo había decepcionado a su esposa, sinó también a su hija–.
—No, no... –Victoria secó las lágrimas que no sabía que tenía, no se dio cuenta que estaba llorando hasta que Cédric llegó–. Te ves bien... –sonrió, al verlo con su traje negro y con uno ramo de girasoles en su mano–.
Él la miró con lástima, bien sabía cuánto deberían estar sufriendo ellas, pero por ahora, sabía que debía enfocarse en su pequeña sobrina.
—Princesa, ¿No me vas a saludar? –dijo suavemente, mientras se sentaba en la cama–.
—¡No quiero verte! ¡No quiero ver a nadie! –sollozó–. ¡Quiero que papi vuelva!
—Bueno, no puedo hacer que tu papá regrese a casa, pero si lo extrañas tanto, puedes fingir que soy él. Después de todo tenemos el mismo rostro –bromeó, pero había verdad en sus palabras, ellos eran gemelos idénticos, por lo que a veces sus padres los confundían–.
Lily se negó a salir, pues ella no quería a alguien parecido a su papá, ella quería a su papá; quería a Alexander.
—Mami, no quiero ir al baile –murmuró–.
—Cariño, ¿Estás segura? Lo esperaste con tanta emoción... –su hija finalmente salió de su escondite, tenía los ojos hinchados y la carita roja de tanto llorar, se secó sus lágrimas y asintió con un puchero involuntario–.
—Sí, no quiero ir, no es importante.
—Bueno, si así lo quieres...
Cédric observaba a las dos féminas frente a él con el corazón pesado, cada vez odiaba más a su hermano, porque mientras él estaba feliz con su amante, no tenía idea de que su hogar se caía a pedazos.
—Princesa... –él se arrodilló frente a la niña, y le tendió el ramo, cosa que hizo que ella se sorprendiera. Lily amaba los girasoles, de hecho, antes de que Camila apareciera, Alexander siempre le llevaba flores a su hija. Pero luego dejó de hacerlo, creando cierto dolor en su pequeña, uno que ni ella conocía–.
Sus lágrimas volvieron a caer, ¿Por qué su tío hacia las cosas que debía hacer su papá? Ella no lograba entenderlo.
—Si no quieres ir al baile, lo entiendo. Pero al menos ponte tu bonito vestido y salgamos a cenar con mamá, ¿Te gustaría eso?
Preguntó con suavidad y dulzura, algo que fue reconfortante para la niña, miró a su mamá unos segundos y luego a su tío, sonriendo finalmente mientras asentía con entusiasmo.
siempre se sale adelante 🫣🫢🤫👋🇵🇦
no te conviene siendo el mejor abogado con todo lo que tu zorra le mando a Victoria tiene las de ganar y tu que eras embarrado