Mi Condenada Suerte

Era una habitación enorme llena de libros, en el centro una pasarela, y en un costado una silla y una mesa pequeña. Ningún otro mueble. Me dejan solo y se van. Las horas pasaban, como me aburría vi los libros, había de todo y me emocionaba ver tantos, tomé uno de historia y me senté a leer, ya a la noche me empecé a dormir, agotado por el hambre y la sed. Pase la noche allí, al día siguiente desperté y en la mesa había un pedazo de pan y un vaso de agua, la tomé como si no existiera mañana y comí el pan rápidamente, luego me arrepentí, porque el hambre regreso a las horas y como el día anterior no me dieron más, ese día me ocupe de ver el lugar y encontré un baño, no tenía agua para lavarse, únicamente en el inodoro, por mí otra vida sabía cómo armar y desarmar esos inodoros y con cuidado sacaba de la mochila de carga agua limpia para tomar. Así me mantuve un mes.

Siempre la misma rutina, a la madrugada alguien me llevaba pan y agua, comencé a racionar el pan y llegaba a qué me cubriera todo el día. Y el agua pedía más, para disimular, porque en realidad usaba la del baño, cuando ellos revisaban no veían nada, y dudaban si tomaba del inodoro, yo hacía cara de asco por lo sucio, pero no sabían que usaba la mochila.

Después de unas semanas había leído unos treinta libros, ya conocía la historia y geografía del lugar, conocía este chalet con sus mitos y leyendas. Los directivos que existieron y hasta la arquitectura, eso me ayudaba por si quería escapar, memorice pasajes y los lugares donde estaban las mazmorras y sus salidas.

Luego de la biblioteca me llevaron a la cocina, allí pase como un ente un mes, tenían orden de no alimentarme ni hablarme entonces que hice, me sentaba cerca de las bachas, y cuando se descuidaba de los platos que tenían sobras sacaba algo y comía, en las dos vidas me alimente incluso de sobras de los restoranes que tiraban a la basura, así que si no morí antes ahora menos, mi misión era salvar a Gabriel.

Al mes siguiente me enviaron a las bodegas, allí si sufrí, no había baño, y el vaso de agua era del tamaño de licor, pero con mucha meditación soporte todo, cuando termine ese año de sometimiento volví a los cuartos, allí por fin tuve una cama, me tire y dormí plácidamente, a la noche una voz me despertó, era la misma que escuché cuando llegue, mire bajo la cama y no estaba, y alguien me pegó en la cabeza y dijo arriba, mire y una joven de pelo rosa y hermosos labios lilas me sonrió y dijo regresaste que alegría esto lo robe el día que viniste y te lo estaba por dar, pero la vieja te llevo rápido a la travesía y no te ví hasta ahora, saco una bolsita plástica y me dio lo más valioso del mundo para mí, la vi y comencé a llorar, me escondí bajo las sábanas y despacio fui abriendo la bolsita así no se escapaba nada, a penas pude acercar la nariz para sentir el aroma, mi corazón latía a mil, mis lágrimas caían de felicidad, cerré la bolsita y la abrace colocándola en mi pecho junto a mi corazón, era más que feliz, Champa y Yagra, tanto Soñé con el aroma, y si era la corbata roja que me dejó prestaba Gabriel el día que se fue, y prometió volver, y allí al recordarle sus ojos de océano y su promesa mi alma se quebró, en un año no sufrí lo que ahora, recordar con su aroma que esa semana y esa promesa nunca fue, y me dolía el alma, no verlo y no saber si la bruja le hizo algo. mi villano favorito y hermoso como te extraño, dije y me dormí.

Al día siguiente comenzó la segunda etapa de este calvario, todo el día se repetía el mismo mensaje por alto parlante con música funcional. "somos la mano que hará justicia, solo somos parte de su gran deseo, somos el arma que dispara, somos el escudo que lo cuida". Y así era de día y de noche llegué a hacer el mensaje como una canción y me reía cuando todos al unísono lo repetían, mismo tono y mismas pausas, pero yo como vivía en otro mundo, podía jugar con el mensaje y cantar o bailar mientras los demás se volvían autómatas repitiendo. Será porque siempre leía, caminaba o trabajaba y cantaba, siempre haciendo más de una cosa a la vez, o no sé. Luego el mensaje cambio a tú eres mi Dios tú eres mi rey. Y allí me interesó, recordaba en la novela que Gabriel viene y la salva a Gloria y ella le dice eso tú eres mi Dios tú eres mi rey. Je, je, je me reí y doble digo eso al ver a mí papurri, seguro pronto vendrá. Volvió mi felicidad al recordar eso. Pero no, los meses pasaban ya estaba pronto a cumplir veinte, ahora nos enseñaban a mentir con estilo, engañar y seducir.

Esto sí que lo odiaba, siempre seducir gammas y omegas, hay como lo odio a mí me gusta mi Gabriel. Y hacia puchero del enojo, ese año fue cuando más me golpearon por rebelde y por no demostrar ser un Alfa fuerte. Me decían el Omega camuflado en alfa, y sé él reían. Yo feliz con eso, quería ser Omega así Gabriel me amara, no un pobre alfa que no atrae a nadie, escondía mis feromonas así no sabían de mi aroma a flores. Ellos daban supresores muy fuertes en los celos o Rut, pero a mi nunca, en Estos dos años nunca lo tuve, pensé que sería por ser reencarnado.

El lavado de cerebros continuaba, al año siguiente me enseñaron a usar armas y reaccionar con una palabra. Ya era un arma potente y sanguinaria, eso me gustaba de estos años este entrenamiento lo disfrutaba al máximo pensando como lo usaría en mi madrastra si tocaba un pelo de mí amor. Ya la corbata casi no tenía olor, y eso me comenzó a inquietar, y a entristecer. El aroma se iba y yo ya cumpliría mis veintiún años. Y seguía sin verlo, ahora casi sin sentir su aroma. Era lo peor que me podría pasar.