Rechazado por su Padre y Madre

Hoy Talita recibió una visita inesperada.

"¿Bagas? ¿Cómo supiste que vivía aquí?" preguntó Talita, frunciendo el ceño.

"Fui yo quien te trajo aquí. ¿Lo olvidaste?"

"Mmm, lo que quiero decir es que esta casa está al final de todo."

"No te preocupes, conozco al dueño."

"Oh. Sí. Lo siento, no hay nadie en casa. Entonces no puedo dejarte entrar. Temo que pueda haber habladurías."

"Está bien. ¿Por qué no fuiste a la escuela hoy?"

"Solo me siento un poco mal, eso es todo."

"¿Te sientes mal? ¿No es esa una excusa anticuada? El señor Man dijo que hasta ahora no ha visto a tus padres. Y por lo que sé, vives en la calle X, ¿no?"

Talita estaba confundida sobre qué hacer para que Bagas se callara y no le preguntara nada más.

"Solo estamos aquí temporalmente. Mi madre no está en casa en este momento."

"¿Vivir en una casa o aquí no es lo mismo?"

"Sé que me has ayudado mucho, pero esta vez te pido por favor que no te involucres en nuestros asuntos. Y por ahora no puedo volver a la escuela."

"Pero ya estamos en segundo año, Talita, pronto nos graduaremos. Deberías tomarlo en serio y estudiar para poder graduarte con buenas notas."

"Bagas, te lo pido, solo esta vez. Déjame en paz."

"Está bien, si no quieres ser honesta, descubriré por mí mismo qué está pasando contigo."

"¿Por qué te importa tanto?"

"¿Amigos, no?"

"¿Amigos? ¿Desde cuándo?"

"Desde hace mucho, pero solo yo lo he sentido."

Después de decir eso, Bagas se fue de inmediato. Los vecinos comenzaron a hablar entre sí al ver un coche de lujo entrar en su zona.

Talita no quería preocuparse por lo que los vecinos pudieran murmurar. En este momento, solo está preocupada por su escuela que pronto podría estar en peligro.

"Hermana, Tasya quiere comer albóndigas."

"Esperemos a que Tania regrese primero."

"Está bien. Pero no tardes mucho. Si no, cerrarán."

"No van a cerrar. El puesto de albóndigas está cerca."

"Pero Tasya quiere las albóndigas del lugar donde siempre comemos."

Talita suspiró de nuevo. Aunque comer allí era algo caro, haría cualquier cosa por Tasya.

Poco después, Tania regresó y los tres se dirigieron al centro comercial para comer sus albóndigas habituales.

Cuando estaban a punto de entrar, Tasya vio a su madre de la mano con Andi, como si estuvieran comprando ropa de pareja. La mano de Tasya se soltó y corrió hacia su madre, a quien había echado tanto de menos.

"Madre, ¿viniste aquí para verme? ¿Es una sorpresa? Pero no es mi cumpleaños."

Talita se apresuró hacia su hermana. Temía que su madre pudiera hacer algo tonto en cualquier momento.

"Madre, ¿por qué están ellos aquí? Tú prometiste algo a Andi."

"No sabía por qué de repente están aquí. Andi sabe que vinimos directamente aquí después de la escuela."

Andi mantuvo una expresión seria al ver a los tres hermanos. Se apartó cuando Naina intentó tocar su hombro.

"¿Qué hacen aquí?" Preguntó Naina.

"¿Entonces, hay alguna regla que diga que no podemos venir?" Dijo Talita con ira.

"Madre, ¿no extrañas a Tasya? Hace mucho que no abrazas y besas a Tasya."

"Tasya ya es grande, hija. ¿Todavía quieres besos y abrazos?"

"Andi, que es mayor que Tasya, siempre recibe tus mimos."

"Talita, lleva a tu hermana lejos."

"¿Acaso somos basura, madre? ¿No puedes abrazar a Tasya por un momento? Yo no la di a luz. Tú sí."

De pronto, la voz de Talita atrajo varias miradas curiosas.

"¡Baja la voz! ¿Quieres que nos volvamos virales?"

"No perdería nada, madre." Dijo Talita con sarcasmo.

Andi de repente corrió lejos de allí. Esto hizo que Naina entrara en pánico.

"Todo es por culpa de ustedes. Mira, Andi se ha ido."

"No importa lo que diga, madre." Dijo Talita con desgana.

"Madre, no te vayas. Vamos a casa y pasemos la noche juntas. Tasya te extraña."

Tasya agarró el borde de la ropa que llevaba Naina. Sin mirar hacia su hija menor, Naina apartó bruscamente la mano de Tasya y se apresuró a buscar a Andi.

"¡Madreeee...!"

El desgarrador grito de Tasya atrajo a la gente. Tasya continuó llamando a su madre, provocando aún más curiosidad.

Por más grande que fuera el llanto y por más lágrimas que cayeran, eso no haría que su madre regresara y la abrazara.

Naina prefirió buscar a Andi, que había desaparecido sin dejar rastro.

"Tasya, ya está. Luego te compraré un helado. ¿Quieres?"

"Tasya quiere a madre. Madre se fue sin mirar a Tasya. Madre ama más a Andi. Ya no tenemos madre."

Tasya no paraba de llorar. Tania, que había estado observando la escena desde el principio, apretó los puños con fuerza. Estaba muy enojada con su madre.

"Cuidado, madre, algún día te devolveré este dolor." musitó en voz baja.

*****

Mientras Tasya lloraba y no quería calmarse, Naina estaba abrumada buscando dónde estaba Andi. Andi había corrido tan rápido que le era difícil seguirla.

El teléfono sonó, indicando una llamada entrante de Jaka.

"Realmente eres incapaz de cuidar a mi hijo."

"¿Qué quieres decir?"

"Andi está ahora conmigo en el centro comercial. Estamos en el restaurante. Me contó que habías planeado encontrarte con tus hijos aquí. ¿Es cierto, Naina?"

"No tenía idea de que iban a venir."

"Si no sabías, ¿cómo supieron ellos adónde ibas? Incluso has abandonado a mi hijo."

"No sé nada. ¿Por qué me regañas ahora? De hecho, es hasta gracioso. Son mis hijos, es natural que quiera verlos. Ni siquiera te he prohibido vivir con Andi."

"¿Así que ahora vas a sacar eso a colación?"

"¿Qué se supone que debo sacar a colación? Incluso la casa en la que vivimos ahora es de mis hijos. Incluso te atreviste a pedirme que los echara, Jaka."

"Entonces, ¿qué sugieres? ¿Quieres que me vaya de esa casa? Está bien. Lo haré ahora mismo."

"Pero,"

Naina no pudo terminar de hablar cuando la llamada se cortó abruptamente. Ahora, Naina estaba atrapada en un dilema. ¿Qué debería hacer ahora?