Dos hermanos contra lo que acecha a su familia. Annabeth y Joseph descubren que su familia tiene una relación con un ser que había vivido décadas atrás. Todo comienza a despertar en un pequeño pueblo donde los hermanos llegan, lo que parecía ser una semana de vacaciones con la familia se convierte en una búsqueda del más allá.
¿Maldición o bendición? ¿Premio o castigo?
¿Qué es lo hay detrás de todo?, ¿Vida o muerte?
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Capítulo 5: ¿Cambio?
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...—. Acepta el compromiso conmigo....
...—. ¿Disculpa?...
...—. Nuestros padres estarán muy felices....
...—. Soy demasiado joven para comprometerme, además me preocupan más mis estudios que un tonto matrimonio....
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Ambos hermanos la miran con confusión sin entender lo que realmente quería decir, pero más que broma la anciana mujer sabe lo que está a punto de suceder, sabe el cruel final de sus nietos y aunque desea poder ayudarlos, no puede hacer nada porque su hora está por llegar. Solo espera que la castaña y el otro no cometan estupideces como sus antepasados.
— Bueno, hace mucho que no veo a sus padres, tal vez debería darles una visita hoy. —
Comenta con una sonrisa y los dos hermanos asienten con la cabeza estando de acuerdo, sintiendo que eran observados y analizados por ella, como si esa mujer supiera los secretos que guardan.
— Ya es tarde, supongo que deberíamos regresar. —
Comenta Annabeth levantándose del sofá, Joseph hace lo mismo para romper la tensión.
— Hijo, debemos regresar a los niños a su casa. —
Dice la anciana madre y su hijo el señor Drew, padre de la castaña y el otro chico que no se había presentado aún, asiente para después caminar hacia su madre y ayudarla a caminar hacia la puerta principal.
— Con cuidado madre. —
— Papá, yo también quiero ir. —
Exclama la castaña mirando a su padre y este termina aceptando.
— Iré por mi hermano, regreso enseguida. —
Agrega y sube corriendo las escaleras arriba, Annabeth suelta un suspiro de molestia, de alguna manera nunca le agradó esa familia, siempre tenía el presentimiento de que eran extraños y ocultaban algo. Joseph por su parte siguió a su hermana mayor fuera de la casa y se sintió aliviado.
— Suban, los llevaré de vuelta. —
Comenta el señor Drew, Annabeth asiente sintiendo que alguien los observa en la oscuridad de la noche, se gira a sus espaldas y entre los árboles puede notar una sombra oscura aunque no pude ver quién realmente es a pesar de poder ver en la noche, dispuesta a descubrir quién es la persona que los observa da un paso hacia esa dirección, pero es detenida por la voz de la anciana.
— Annabeth, querida ¿Qué haces? —
Joseph se da la vuelta para mirarla y ambos saben que no pueden revelar su secreto frente a esas personas, Annabeth solo finge que uno de sus aretes cayó al suelo y lo levanta enseñándoselo a la mujer y esta solo sonríe antes de hacerle señas para que subieran, ellos asienten y entran al auto junto a ella. Annabeth mira a Joseph con seriedad dando a entender que ella vió algo extraño y que posiblemente cuando lleguen a casa tratarán de investigarlo, la chica no puede evitar sentirse inquieta, siente que algo acaba de cambiar y que la historia que la abuela Drew les contó no puede ser tan simple.
Pocos minutos después se escucha la voz de la castaña pidiendo que esperen, los dos hermanos se miran y simplemente tratan de ignorar a los dos que se acercan.
Los dos chicos suben al auto también y se acomodan, la castaña sonríe al igual que su hermano.
— Buenas noches Annabeth. —
El joven saluda a la chica y es Joseph quien responde cortésmente dándole una mirada asesina.
— Buenas noches, joven Drew. —
— Esto es increíble, después de mucho tiempo nos reunimos de nuevo y ya no somos esos niños pequeños. —
Comenta la castaña intentando hacer conversación y llegar a su objetivo, que era hablar sobre un posible matrimonio entre ambas familias. La abuela solo sonríe dándose cuenta de lo que su nieta insinúa hacer, pero no le toma importancia, el padre de ella es el que le sigue la corriente.
— Así es Janeth, pareciera que fuera ayer cuando esos cuatro niños corrían por la casa. —
La castaña se ríe ligeramente antes de mirar hacia Joseph y buscar su mirada.
— También recuerdo cuando los papás de Joseph hablaron sobre un matrimonio entre los dos y él se puso tímido. —
Joseph mira Annabeth y ambos ruedan los ojos, ya saben lo que sigue después de eso, una carcajada del mayor y luego.
— Cierto, aún recuerdo eso, Joseph era un niño muy tímido, pero ahora ya parece todo un joven muy educado. —
La castaña sonríe asintiendo sin saber que aquella plática solo hacía crecer el desagrado de ambos hermanos por esa familia.
— También recuerdo cuando hablaron sobre el matrimonio con la hermana mayor de Joseph. —
La abuela miró a los hermanos y estos solo ignoraban esa conversación sin mostrar un signo de molestia en sus rostros aunque por dentro estaban hechos una furia.
— Janeth no hables de eso, la señorita Annabeth puede incomodarse. —
Habló el hermano mayor de la castaña insinuando estar preocupado por la chica mencionada, pero lo único que buscaba era que la conversación siguiera.
— Oh, vamos Benjamin, Annabeth no puede incomodarse sobre una plática así. —
Responde el padre de ambos chicos, el mencionado mira a Annabeth dándose cuenta de que ambos hermanos ignoraban la conversación, esto lo molesta, pero no dice nada simplemente suelta una pequeña risa.
— Hermana mayor, no te molesta ¿verdad? —
— Solo es una plática normal, algo que nunca pasará, ¿Por qué he de molestarme? —
Responde Annabeth en un tono desinteresado, la castaña solo puede sonreír incómodamente porque sigue pensando que Joseph se casará con ella.
— Estamos cerca. —
Comenta la anciana mujer mirando hacia la ventana, los dos hermanos sonríen ligeramente aliviados de por fin estar cerca de su hogar; sin embargo, un toque de frustración se instala en sus rostros al recordar que ese hombre y sus dos hijos cenarán con ellos y es posible que saquen a relucir el tema del matrimonio, algo que claramente les molesta.
— Con cuidado madre. —
— Déjame ayudarte Annabeth. —
se ofrece Benjamin, pero la chica simplemente lo ignora y abre la puerta del otro lado saliendo junto a su hermano, la castaña quien pensaba que Joseph iba a ayudarla suelta un bufido molesto antes de bajarse.
— ¡Oh! ¡Mis retoños! —
La voz de la señora Slander interrumpe el momento, Annabeth y Joseph se acercan y regañadientes aceptan el abrazo de su madre.
— Madre, te puedes resfriar fuera. —
Comenta Joseph quitándose su saco para después colocárselo a su madre con cuidado, la mujer sonríe y niega con la cabeza.
— No podía evitar estar preocupada por mis dos niños. —
Responde mientras les sonríe a ambos.
— Madre, sabes que ya no somos unos niños, podemos cuidarnos bien. —
Explica Annabeth mirándola, la madre simplemente asiente con melancolía dándose cuenta de que su hija tiene razón, pero aun así siempre se preocupa por ellos y siempre serán sus pequeños bebés.
— Mi señora tiene que abrigarse, hace frío afuera además esos niños deben llegar pronto... ¡Oh! ¡Niños! —
Exclama el padre saliendo de la casa con un abrigo en manos y al ver a sus dos pequeños rápidamente camina hacia su esposa, le entrega el saco a Joseph y la cubre con su abrigo, luego observa a los hermanos con alivio.
— La preocupación que le hicieron pasar a su madre. —
— Padre, estamos bien. —
— Hey, hola, tanto tiempo Robert. —
El señor Slander posa sus ojos sobre las personas que trajeron a casa a sus dos pequeños.
— Señor Drew. —
— ¡Oh! Por favor, no hay necesidad de tanta formalidad. —
—. Padre, entraremos. —
Dice Annabeth mientras camina junto a su hermano dentro de la casa, su madre los sigue y el señor Slander invita al señor Drew y sus hijos también para que no pasen frío fuera. Janeth y su hermano Benjamin saludan a la señora Slander con educación intentando impresionarla algo que no pasa desapercibido para la mujer, quien solo muestra una sonrisa amistosa.