Izan Noah era un alfa ambicioso, estaba a solo un paso de conseguir aquel puesto tan ansiado por todos, La cima de aquella piramide que los mismos Alfas crearon. Sin embargo, su destino se entrelaza con el de Luna, una mujer extraña con demasiados secretos por descubrir, a quien salva de un ataque brutal. Los recuerdos de Luna son escasos, pero poco a poco revive el doloroso pasado de su familia, masacrada por la manada de Izan. Enamorarse del delicioso olor que emanaba del hombre que la habia salvado habia sido imposible de evitar, Su destino era estar a su lado. Pero que pasara cuando descubra que el puesto que Izan desea, en realidad, le pertenece a ella. Ahora, entre la verdad, el amor y la venganza, Luna debe decidir: ¿seguir a su compañero o destruirlo?
NovelToon tiene autorización de Yabl para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
4. 500 años
Izan observaba la interacción entre Katia y La pequeña y escuálida mujer de cabellos blancos, la dueña de aquel olor que lo había mantenido pegado a la pared de la habitación por horas, parecía incapaz de alejarse del olor a chocolate que emanaba de ella, la había observado por horas con tantas preguntas en su mente, sabiendo que talvez no deseaba escuchar las respuestas, necesitaba desesperadamente saber quienes eran esos hombres que como cobardes habían acabado con sus propias vidas antes de que él pudiera llegar a ellos.
Ella se veía tan débil, como un pequeño e indefenso gatito, el olor de su miedo había perfumado por completo la habitación, incluso con Katya a su alrededor soltando sus feromonas tranquilízadoras de Omega, parecían no hacerle nada, ella solo estaba atrapada en una lucha en su mente, enrollando aquellas vendas en su rostro, manos y piernas, como si deseara desesperadamente esconderse del mundo.
Izan no podía comprenderlo, ¿quien era esa mujer? como una mujer cualquiera podía haber soportado tanto, cualquier otro hubiera muerto, solo por la inmensa cicatriz que llevaba en su rostro, pero algo si se había llevado de ella, había sido imposible no darse cuenta, su mate, su otra mitad, su compañera destinada... estaba ciega y completamente rota por dentro... si quiera era posible que alguien así pudiera recuperarse? ni siquiera debería estar pensando en eso, ella no era parte de sus planes, habían cosas que deseaba mucho más que recoger las piezas rotas de aquella pequeña mujer.
Cuántos años debía tener? talvez unos 15 o 20, aquel cuerpo pequeño con una estatura incluso menor que la promedio, hasta un niño de 5 años tenía mejor peso que ella, pero como esperaba que estuviera una mujer que evidentemente había sido torturada... Quería cuidarla?... Si... no podía evitarlo, su lobo se lo exigía, exigía justicia por su compañera.
Estaba dispuesto a arriesgarlo todo por ella?... No, no lo estaba... sus planes no podían dañarse, no cuando ya estaba tan cerca de conseguirlo, podía ofrecerle un hogar, un lugar en su ciudad en dónde estuviera cuidada y lejos de el... pero no tan lejos como para no estar seguro de que ella estaba bien.
.- Mejor?.- la voz dulce de Katya llamo su atención, la miraba con aquellos ojos dulces con los que siempre lo había mirado a él, Katya lo había criado, lo había visto crecer y convertirse en quien era ahora, tenía un instinto materno que su madre nunca había tenido, después de todo ella era una Omega, nacida para dar vida y procrear, su madre solo era una alfa ambiciosa que no tenía tiempo para jugar con su pequeño hijo.
._Gracias._
Izan se movió hacia ellas incapaz de mantener sus labios cerrados un segundo más._ Quienes eran esos hombres?._
Luna salto en su lugar, sus manos protegieron su cuerpo en alerta, su cuerpo comenzó a temblar de nuevo, Katya se movió a su lado acariciando su cabello, intentando darle calma.
._ Tranquila, nuestro alfa Izan solo quiere ayudarte, el fue quien te salvó y te trajo aquí para que te curemos, estuvo aquí todo el tiempo asegurándose de que estuvieras bien._
Sus palabras no traían calma a Luna, ellos querían algo de ella, así como todos los querían y ella... no podía hacer nada más que obedecer.
._ Quienes eran esos hombres... luna._ su nombre sabia como el cielo entre los labios de Izan, un nombre tan cálido y con tantos significados, ella se veía como la luna, tan brillante y solitaria.
._ Yo...No... no lo sé._ Luna temblaba descontroladamente, no podía confiar en ellos, no debería decir la verdad, porque cuando la encontraran, ella pagaría las consecuencias.
._ Ok... de dónde eres, Luna?... tienes un hogar?... familia?._ su cuerpo se sacudió en respuesta, ella no tenía nada, no había nada en este mundo para ella más que dolor.
Luna nego con su cabeza._ No tengo familia, mi madre está muerta._ las palabras salieron crudas de sus labios, era la primera vez en su vida que lo decía en voz alta, ¿había alguna diferencia? cuantas veces se lo había repetido en su mente?, su madre estaba muerta y ni siquiera podía recordar cuando tiempo había pasado de eso, talvez unas semanas, meses, años, no podía recordarlo.
._ Ok... puedes quedarte aquí... luna._ las palabras salieron casi obligadas de sus labios, estaba poniéndose una trampa a si mismo y Izan lo sabía, ella no debería quedarse, debería enviarla lo más lejos posible de su vida, ella lo dañaría todo, pero ahí estaba el, ofreciéndole un refugió a la portadora del maldito olor más delicioso que había tenido el placer de sentir, se moría de ganas de tocarla, de abrazarla, de apretarla entre sus brazos y no soltarla jamás, pero no podía hacer eso... nunca... Ella no lo soportaria, alguien como ella jamás podría cargar con el peso de ser la compañera del alfa más respetado, ella no estaba a la altura del reto, solo era otra alma rota en este mundo injusto y podrido.
._ Yo..._ luna no podía conjugar una sola oración en su mente, estaba en un debate mental, que debería hacer? quedarse en este lugar?, volver al desolado bosque?, salir por las puertas de este lugar sin saber que camino tomar, con miedo de chocar con lo primero que apareciera delante de ella... parece que no le quedaba otra opción más que quedarse.
._ Puedes quedarte conmigo, Dulce Luna, yo voy a cuidarte._ Katya acaricio su cabello con una sonrisa en el rostro, su instinto materno le pedía a gritos cuidar a esa pobre e indefensa niña, ella le devolvería la seguridad que no tenía, la cuidaría como merecía ser cuidada, ella la amaría.
._ Cuantos años tienes, luna?._ Izan la miraba cuestionando, no sabían absolutamente nada de la mujer que estaba permitiendo quedarse en su hogar, más que su nombre y un atisbo de lo que había tenido que pasar a lo largo de su vida.
Luna se quedó atrapada en su mente, merodeando entre sus recuerdos intentando recordar, ni siquiera sabía en qué año estaban, pero si recordaba la fecha que su madre le recordaba como el día de su nacimiento, en sus palabras el día más feliz de su vida... Eso existía? Luna se preguntaba siempre... Existían los días felices?.
._ En qué año estamos?._ las dos personas a su alrededor la miraron confundida, ella de verdad no sabía en qué año estaban?
._ estamos en el año 2000._ un suspiro de sorpresa salió de los labios de Luna.
Estaban en el año 2000... y ella... había nacido en el 1500... 500 años... ella tenía 500 años... ¿si quiera era posible que alguien como ella viviera tantos años? era imposible.
._ Entonces?... Recuerdas tu fecha de nacimiento?._ Izan la miró expectante, su silencio lo desesperaba.
._ Yo... nací el 1 de septiembre... del año 1500._ las palabras salieron dudosas de los labios de Luna, el sonido de sorpresa en los labios de Katya resonó en el silencio de la habitación, no podia creerlo, ni siquiera luna podía hacerlo, era imposible, talvez recordaba mal la fecha, era posible que lo hiciera, su mente era un revoltijo de recuerdos disparejos, no sabía en qué orden habían sucedidos, incluso muchos de esos recuerdos eran solo sonidos y una completa oscuridad, talvez estaba confundida.
Lo mismo pensaba Izan, era imposible... Nadie había vivido tanto tiempo, El hombre más viejo que existía era su abuelo y solo tenía 420 años y los años ya le habían pasado factura.
Era imposible que esa pequeña mujer de cabellos blancos tuviera más de 300 años más que el.