Dena acababa de terminar de leer una novela romántica que le parecía tenía una trama muy atractiva.
Contaba la historia del amor de Ragas y Viena, lleno de obstáculos, con pequeñas interrupciones por parte del rival de Ragas, llamado Ghariel.
En realidad, Dena sentía cierta lástima por el antagonista: Ghariel es un gran jefe mafioso, pero creció sin la guía de sus padres y con un pasado oscuro, típico de un villano. Sin embargo, por su papel malvado, Dena claramente apoyaba a la pareja protagonista.
Pero, ¿qué pasaría si Dena descubriera lo sombría que era la vida de Ghariel?
Porque al despertar una mañana, se encuentra dentro del cuerpo de una mujer hermosa que ya tiene esposo e hijo.
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Capítulo 5
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Araya llegó a la escuela de Ghariel cinco minutos antes de que sonara la campana de salida. Ghariel estudiaba en una de las escuelas internacionales más famosas de la ciudad.
Al principio, Araya pensó que el niño, que aún no tenía siete años, todavía estaba en el jardín de infancia, pero resultó estar en segundo grado de primaria. Incluso le preguntó a Bastian antes, porque Araya no tenía ningún recuerdo de su hijo, bueno, Araya no era tan atenta.
Bastian observaba a su ama desde el espejo retrovisor delantero, solo esperaba que Araya no causara problemas allí.
Cuando sonó la campana y se abrió la puerta, Araya optó por esperar afuera. Observó a algunos niños que eran recogidos por sus padres, algunos vestían como niñeras o chóferes familiares.
Hasta que la mirada de Araya vio a una niña que estaba sola cerca de su auto. Sus dos trenzas se veían tan lindas, Araya optó por acercarse a ella.
Se agachó para alinear su cuerpo con el de la niña, "¿Estás esperando que te recojan?", preguntó Araya suavemente.
La niña giró la cabeza y asintió dos veces, "Sí, tía".
Omg, qué linda, sus mejillas están regordetas. Pensó Araya, conteniendo su ternura. Le gustaban más los niños pequeños, hermosos y bien cuidados como este.
"¿Cómo te llamas, linda?"
"Lavina, tía."
"¿Lavina está esperando a su mamá?", preguntó Araya de nuevo.
"Laviena, tía, no Lavina. Oh, sí, estoy esperando a mi niñera", respondió la niña.
"¿Oh, Laviena?"
"Laviena no es Laviena, tía", corrigió la niña, visiblemente molesta.
Araya soltó una pequeña risita al entender lo que quería decir la niña, "Oh, Raviena, ¿verdad?"
Raviena asintió de nuevo dos veces, "así es, tía linda".
Eh, Raviena? Pensó Araya, dándose cuenta de que era el mismo nombre que el de la protagonista femenina.
Observó a la niña, su belleza ya emanaba desde una edad tan temprana. Su aura femenina era fuerte, haciendo que cualquiera quisiera protegerla.
Araya tenía el presentimiento de que esta pequeña sería por la que Ghariel y Ragas lucharían en el futuro.
Un pensamiento cruzó su mente, ¿debería acercar a su hijo a Viena desde pequeños? Para que Viena eligiera a Ghariel cuando fuera adulta.
Pero eso arruinaría la trama. ¿Está bien?
"¿A quién espera la tía linda?", preguntó la pequeña Viena.
Araya se encontró un poco al escuchar ese apodo, los niños pequeños nunca mienten, ¿verdad?
"La tía está esperando a su hijo, él también estudia aquí."
Viena frunció los labios y dijo 'oh', luego siguió mirando el rostro de la hermosa mujer frente a ella.
"Tu cara me parece familiar", murmuró en voz baja, Araya lo escuchó vagamente.
"¿Dijiste algo?"
"¿Mamá?"
La llamada de Ghariel distrajo a Araya. El niño parecía sorprendido de verla allí.
"Mi niñera ya llegó, me voy a casa, adiós, tía..." Viena se acercó al coche que acababa de llegar.
"Sí, ten cuidado", dijo Araya, viendo a la niña correr.
Ahora Araya estaba enfocada en el niño que la había llamado 'mamá'.
La primera palabra que cruzó la mente de Araya al verlo fue, guapo y lindo. No había una mirada aterradora como en la descripción de la novela al ver a este pequeño Ghariel.
Pero Araya se dio cuenta de que su mirada parecía temerosa al mirarla.
"Hola, Ghariel. Mamá vino a recogerte, vamos a casa, cariño", dijo Araya amablemente.
Inmediatamente tomó la pequeña mano de Ghariel, quien todavía estaba paralizado al escuchar las suaves palabras de su madre.
"¿Por qué está mamá aquí?", preguntó Ghariel en voz baja mientras Bastian comenzaba a conducir el coche hacia su mansión.
"¿No dijo mamá que iba a recogerte?", dijo Araya suavemente con una dulce sonrisa.
En contraste con Ghariel, quien inmediatamente desvió la mirada, no sabía cuál era el significado detrás de la sonrisa de su madre.
"¿Por qué mamá quiere recogerme?", preguntó de nuevo.
"Porque mamá quiere recoger a su hijo", respondió Araya despreocupadamente.
Entendía la confusión de Ghariel, muy bien. Le explicaría lentamente a este pequeño que ya no era la mamá cruel.
***
No era suficiente que Ghariel se sintiera sorprendido por la presencia de Araya frente a su escuela, ahora seguía mirando cómo esos delicados dedos tomaban su mano al entrar en la mansión, incluso hasta su habitación.
Ghariel no sabía qué había causado la ira de su madre en ese momento, seguramente lo regañarían de nuevo, ¿verdad?
Araya cerró la puerta de la habitación de Ghariel. Luego sonrió dulcemente al pequeño que ahora estaba sentado en su cama.
"Normalmente, después de la escuela, ¿qué hace Ghariel?", preguntó Araya.
Ghariel parecía dudar en responder, movía los pies que no tocaban el suelo con nerviosismo.
"Emm, comer", respondió.
"¿Ghariel quiere almorzar con mamá?"
El niño que aún no tenía siete años asintió levemente en respuesta.
"Está bien, mamá le pedirá al sirviente en la cocina que nos prepare algo, ¿de acuerdo?", dijo Araya, a punto de darse la vuelta para salir.
Pero un pequeño agarre la detuvo, Araya miró esos pequeños dedos que la agarraban del brazo.
Ghariel, al darse cuenta, inmediatamente soltó su mano, "Lo siento, mamá. Y-yo no lo hice a propósito", dijo con miedo. A su mamá no le gustaba que Ghariel intentara tocarla.
"Oye, no pasa nada, cariño". Araya ahora se sentó junto a su hijo, "Mamá es la mamá de Ghariel. Así que Ghariel puede tocar a mamá."
Araya acarició lentamente el cabello que estaba agachado. Estaba realmente preocupada por este niño, incluso tocar a su madre le daba tanto miedo, mostraba cómo Ghariel estaba traumatizado por su propia madre.
"¿Mamá no está enojada?", preguntó Ghariel.
Araya intentó contener la risa al ver lo lindo que era ese pequeño labio fruncido, "No, cariño".
"Ghariel, escucha a mamá, ¿de acuerdo?"
Araya tomó ambas pequeñas manos, "Mamá, mamá quiere disculparse con Ghariel."
"Durante todo este tiempo, mamá ha sido una mala madre para ti. Mamá se da cuenta de que es una madre fracasada",
Araya neutralizó su respiración por un momento, "Mamá también es mala con Ghariel. Mamá a menudo te regaña, te culpa por cosas que no hiciste. Lo siento, Ghariel, mamá se arrepiente, hijo".
La voz de Araya era un poco ronca, en su memoria era claro cómo era el mal comportamiento de la verdadera Araya, como si realmente lo hubiera hecho ella misma.
"Mamá quiere cambiar, mamá quiere ser una buena madre para ti."
Ghariel miró los ojos llorosos de su madre, no podía negar que estaba feliz de escucharlo. ¿No significaba eso que su madre lo amaría?
Pero desafortunadamente, no podía creerlo tan fácilmente, especialmente por lo que había experimentado durante todo este tiempo.
El niño retiró lentamente su mano del agarre de Araya, "¿Por qué mamá quiere cambiar?", preguntó.
"Porque mamá quiere ser una buena madre para ti. Mamá pagará por todos los errores de mamá, cariño", dijo Araya sinceramente.
"¿Mamá no me gritará? Mamá no me golpeará de nuevo, ¿verdad?"
El corazón de Araya se sintió desgarrado al escuchar esa pregunta, "No, mamá no hará eso."
Ghariel guardó silencio por un momento, hasta que una palabra salió de sus pequeños labios.
"Mentira",
"No ha pasado ni una semana desde que mamá me abofeteó por romper accidentalmente el jarrón de mamá", dijo Ghariel.
Todos le prohibieron ir al segundo piso, que era la residencia de su mamá, pero en ese momento Ghariel tenía mucha curiosidad porque no había visto a su madre durante varios días.
Aunque su madre seguía regañándolo, Ghariel todavía extrañaba ver ese hermoso rostro en esta casa. Por eso se atrevió a ir al segundo piso, su intención era solo espiar para asegurarse de que su madre estaba en su habitación, pero terminó rompiendo uno de los jarrones de su madre.
"Mamá no hará eso de nuevo, Ghariel. Mamá lo promete", dijo Araya con convicción.
Pero el niño siguió negando con la cabeza, "Yo, odio a mamá."
Dios mío, ¿qué es peor que escuchar una expresión de odio de un niño que ha dado a luz? Araya realmente maldijo el comportamiento del dueño de este cuerpo.
Ghariel desvió la mirada hacia otro lado, "Es mejor que mamá se vaya. Gracias por no regañarme hoy", dijo.
Araya asintió entendiendo, "Está bien, si Ghariel aún no quiere perdonar a mamá. Mamá seguirá tratando de obtener el perdón de este hijo de mamá", dijo Araya sonriendo, pero herida. Luego decidió salir de la habitación de Ghariel en ese momento.
Araya se dio cuenta de que tenía que ser paciente al acercarse a Ghariel. No importa, estaba decidida a darle felicidad a ese lindo niño, solo necesitaba esforzarse más.
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continuará.
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