Tuya Por Un Trato

Selene vio como salió su amiga de la oficina y corrió hacia ella queriendo saber lo ocurrido, mientras que Dante le entregaba un sobre a Julieta, allí dentro había dinero y una carta detallando cada paso a seguir.

-¿Qué sucedió Juli? -Pregunto Selene.

-Nada amiga, no fue tan malo.-Contestó Julieta desanimada.

-Tu rostro no dice lo mismo...

-En el camino te contaré. - Le contesto Julieta.

-Está bien. ¡Adiós Dante! - Se despidió Selene mientras tomaba del brazo a su amiga que iba decaída.

Al llegar al automóvil Selene observaba a Julieta que no podía levantar la mirada, se sentía humillada incluso antes de tener que estar con Bruno.

-Bueno amiga... Ahora dime.

-Siento vergüenza Sele...

-Dimee ... Tú sabes que conmigo no debes sentir vergüenza.

-Él perdonará la vida de Tomás a cambio de... De ...

-¡Ay dios amiga! Cuéntame. -Exclamo desesperada.

-Quiere que pase una noche con él.

-¿Qué?! -Contestó sorprendida incluso freno de golpe el auto.

-Lo que escuchas...-Contestó cabizbaja.

-¡No puede ser! ¡Es un canalla! Hablaré con él y le diré que es una porquería al ofrecerte esto. -Hablaba indignada.

-No Sele, ya está. Yo acepté.

-Amiga no debías aceptar eso...

-¿Qué iba a hacer?? Ya no hay más que hacer, Tomás tomó la decisión de equivocarse y no podría dejar que lo asesinen, merece otra oportunidad.

-¿Y tú crees que Tomás no se enterara de esto?

-No creo que tu hermano haga eso. ¿Verdad?

-No lo sé, no puedo asegurarte nada. Pero... ¿Realmente lo harás?

-No tengo opción...

-Si te hace daño.. ¿Tú me lo dirás?

-No quiero generarte problemas con tu hermano Sele, lo mejor es que te mantengas al margen de esto.

-Si él te hace daño, es obvio que te ayudaré.

-No te hagas problema por eso amiga. Ya estoy agradecida por haberme ayudado con esto.

-Te quiero y lo sabes, pero sino te sientes cómoda con la decisión que has tomado sabes que puedes volver hacia atrás.

-No amiga, ya está.

-¡Ok! -Contestó Selene virando sus ojos.

Durante el viaje Julieta se mantuvo callada, pensando en todo lo que pronto se vendría, no era nada fácil entregarse a un hombre desconocido y mucho menos a alguien que le inspiraba tanto miedo. Julieta no se sentía nada cómoda con la decisión que había tomado, pero nunca se perdonaría perder a su hermano.

Al llegar al centro Julieta pidió a su amiga que la dejara en el mismo parque donde la recogió y se despidió de ella con una sonrisa como si todo estuviese bien, pero por dentro Julieta estaba muriendo. Se acercó a uno de los bancos y se quedó allí pensando en todo, con el temor de que Bruno le hiciera daño y no la trate como alguna vez pensó que sería su primera vez.

Ese nudo que sentía en la garganta por fin podía sacarlo, ya que no estaba su amiga allí para verla y comenzó a llorar sintiendo mucha impotencia por todo lo que estaba sucediendo.

Así mismo nunca tendría el valor para contarle a su hermano por lo que iba a tener que pasar para salvar su vida.