Ella es Karina quien después de morir, se convierte en una concubina destinada al sufrimiento y también a la muerte.
Cómo no está dispuesta a morir en manos de quienes hicieron sufrir a la joven que le ocupa el cuerpo, ella logra hacerse fuerte y hace arder el palacio y de paso también a todos sus enemigos.
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Una buena actuación
La susodicha estaba en su habitación dando vueltas como un trompo loco, ya que la hora de ir a ver al emperador se estaba acercando.
Aún no se le ha ocurrido nada en lo absoluto.
—No, hoy es mi fin— dice ella con frustración y en esos momentos una idea le iluminó la mente.
Cómo en su vida pasada fue una mujer astuta, la cual sabía obtener todo lo que quería, la confianza se instaló en su interior.
Ella rápidamente fue a su tocador y se terminó de arreglar y de allí tomó un objeto para su plan, y al terminar, la mucama del emperador llegó, y le pide acompañarla a los aposentos de aquel sujeto.
Charlotte estaba un poco nerviosa, ya que no sabe con qué puede salir aquel hombre.
Cuando terminaron de llegar, la mucama le pide a Charlotte entrar a la habitación y ella se armó de valor para hacerlo.
Por fin terminó de entrar a la habitación, y en ella estaba el emperador Alfonso Chalen, quien tenía puesta una bata de baño y la estaba esperando.
El hombre era un poco robusto y áspero, y era calvo, pasaba de los 40 años.
Él al verla le dedica a Charlotte una sonrisa maliciosa, la cual le hizo sentir asco.
Ella disimula su desagrado por el emperador y se presenta con toda la educación y etiqueta que corresponde el momento, no en vano en su anterior vida estudió en los mejores colegios del país, y está niña también tiene buena educación.
—Gracias por recibirme está noche su majestad el emperador Alfonso Chalen, espero que está noche mi presencia pueda ser de su agrado— dice ella haciendo una reverencia.
—Ponte de pies pequeña princesa— le ordena el emperador a Charlotte y ella obedece.
—Gracias su majestad, me gustaría servirle está noche, y espero no incomodarle— vuelve a decir Charlotte y el emperador la ve con malicia.
—¿Me gustaría saber cómo la princesa Charlotte me va a servir? — pregunta él un poco curioso y la joven sonríe con inocencia. Ella va a usar sus encantos de mujer para engatusar a ese viejo loco.
—Me gustaría que ambos brindemos, para mí es un honor estar hoy en sus aposentos, me siento dichosa por estar ante la presencia del hombre más varonil y fuerte del imperio, soy tan afortunada de ser su esposa, ser la esposa de la espada y el sol que ilumina nuestros corazones, es algo que causa honra— halaga Charlotte con una voz melosa y el emperador cayó en su juego.
—Que niña tan encantadora, si me sirves bien está noche, te voy a favorecer en el futuro — dice él para luego llamar a unos de sus guardias para que le traiga vino y algunos bocadillos.
Mientras tanto, Charlotte se acercó al emperador y aunque le causaba desagrado, se aguantó y fue a él y comenzó a darle un masaje en los hombros.
Por suerte tiene conocimiento sobre eso, y no era difícil para ella hacer el masaje a aquel sujeto y mientras lo hacía, usaba su boca para darle halagos y cumplidos, los cuales alegraban el corazón del ingenuo hombre.
Cuando llegó el guardia con el vino y los bocadillos y que ambos volvieron a quedarse solos, Charlotte de manera astuta le sirve vino al hombre y lo atiende como toda una experta.
La imagen de Charlotte ante el emperador era la mejor, ya que ninguna de sus mujeres lo habían tratado tan bien.
La pequeña concubina halagaba al emperador sin parar y el hombre estaba tan feliz, que no se dio cuenta de las intenciones de Charlotte y tomó todo el vino que ella le servía y reía con ella.
Pronto el emperador no tardó en estar totalmente borracho, y quedó inconsciente y Charlotte procede a hacer lo que sigue de su plan.
Ella con un poco de dificultad llevó al emperador a la cama y allí le quitó la ropa y le hizo algunos moretones usando sus uñas.
El hombre estaba tan borracho que no se movió.
Ella después de hacer su obra maestra en el emperador, procede a hacer lo mismo con ella.
Rasga su ropa y también se hace moretones en todas las partes posibles, y después de entre su cabello, saca una aguja que había tomado de su tocador y con ella se pincha un dedo, lo suficiente para hacerla sangrar.
Después guardó la aguja otra vez, y ella limpió la sangre de la sábana y como era mucha también puso un poco en su parte noble inferior, aquello era algo un poco desagradable, pero lo puede soportar, todo sea por su bien.
Ya que estaba todo en orden, ella decide tratar de dormir, y por una extraña razón, no tardó en quedarse dormida.
Pero mientras dormía, algo fabuloso pasó, la herida de su dedo desapareció, su dedo estaba como si no hubiera pasado nada.
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Al día siguiente, la sirvienta personal del emperador llegó, y al ver la situación sonrió.
Aquella mujer más que una sirvienta, es quien ha estado con el emperador desde siempre, ha sido también su nana, por lo que sabe atender bien al monarca.
Aquella mujer se comenzó a mover en silencio, y aunque trató de no hacer mucho ruido, Charlotte se despertó y al hacerlo actuó con timidez y se tapó la desnudez.
Aún tímida, ella trata de bajarse de la cama, y al hacerlo finge debilidad en las piernas y se cae al piso.
La nana del emperador fue a ella y sin decir nada la ayudó a levantarse y con delicadeza la llevó al baño para ayudarla a limpiar.
Charlotte no la deja hacerlo, y la mujer muy comprensiva la dejó bañarse sola.
Rápidamente Charlotte se limpia el cuerpo, y de manera tímida, le agradece a la señora y luego se cambia en silencio con la ropa que ella le ofrece y se va de allí con la cabeza gachada, simulando vergüenza.
