CREO EN MI

Hola mi nombre es Cristina Lozano, como todos ya sabrán, soy la huérfana recogida de esta familia, así me dicen todos, en realidad no sé cómo he sobrevivido durante todo este tiempo, para mis padres y hermanos adoptivos soy la sirvienta, yo hago todo el trabajo en la casa, si no ellos me dejan sin comida y en la calle.

Cuando cumplí ocho años de edad y aún no iba a la escuela, ellos me mandaron a cocinar, yo no sabía cómo hacerlo y ese día me dieron una buena golpiza, para luego encerrarme.

Llevaba una semana encerrada, solo recibía pan y agua, Miriam me insultaba y me bañaba con agua fria, yo sentía mucho frío y empezaba a gritar, eso alertó a los vecinos que llamaron a las autoridades, Pero como mis padres adoptivos eran influyentes, todo quedaba ahí.

Hasta que un día se escucha un alboroto, un hombre gritaba diciendo que no tendrán perdón de Dios, por maltratar a una niña

inocente, por otro lado, mi padre también levanta la voz y amenaza con denunciar por ingresar a su casa sin ser invitado.

Escucho abrirse esa vieja puerta, que solo se abría para golpearme e insultarme, era un sacerdote aún usando su sotana, al verme se sorprende.

_ ¡Por amor de Dios! ¡Que te han hecho niña! _ Grita el sacerdote.

_ Abre la jaula, que por cierto era utilizada para encerrar a sus perros y me toma entre sus brazos, sin importar que me encontraba sucia y lo estaba echando a perder su sotana.

_ ¡Son unos demonios! ¡como pueden maltratar a esta pobre criatura! ¡Están sentenciados a pagar en el purgatorio! en este mismo momento me llevaré a esta niña, hay pobre de ustedes que hagan algo para evitar llevármela. _ Dice el sacerdote, minutos después, salgo de este infierno.

Llegó a la parroquia, ahí se encontraban varias señoras, algunas de ellas me miraban con asco y otras con lástima, Pero de un momento a otro, me toma entre sus brazos una mujer, que lucía un vestido lago todo cerrado, no era una moja, porque no usaba hábito, Pero sé que era una colaboradora de la iglesia.

_ Vamos pequeña, tenemos que bañarte, cambiarte de ropa y alimentarte._ Me dice la mujer con una voz muy dulce.

Ya había transcurrido una semana, me encontraba feliz, porque el sacerdote Luis Blume me llevo a un lugar bonito, ahí pude estudiar y aprender nuevas cosas, la hermosa mujer que me baño y cuido el primer día se llama Alma, ella continúa conmigo, Pero también conocí a Melissa, ella es una monja aunque aparenta ser muy seria, es buena gente.

Luego de estar un mes en este sitio llamado Orfanato, empiezan los problemas, mis padres adoptivos reclaman sus derechos como padres, movieron contactos e influencias para tenerme, no entiendo para qué, de seguro extrañan a su juguete de maltrato.

El juez dictaminó, que debo regresar con mis padres adoptivos, con la condición de que debo de ser supervisado por el padre Luis Blume y llevar mis estudios en su escuela, eso no le gusto a mis padres, Pero tuvieron que aceptar a regañadientes.

Sor Melissa me tomo mucho cariño, me contó que su vida desde pequeña también fue muy dura como la mía, ella escapó de su casa y fue captada por la mafia a la edad de diez años, aprendió a defenderse y manejar diversas clases de armas, soy una mujer superdotada aprendo muy rápido por tal motivo, soy Amantista la hacker más buscada por el mundo empresarial, soy economista, abogada, financista y bilingüe, Pero mis manos están manchadas de sangre.

Para resumirte pequeña, te he escogido para que seas mi sucesora, en ti me veo cuando era pequeña, ha diferencia que deseo convertirte en una persona insuperable, con la condición que seas una persona humilde y que hagas cosas buenas, Pero ser buena y humilde que no sea seudónimo de ser tonta y que te dejes humillar. _ Me dice Sor Melissa.

_ Gracias seré una niña buena y aprenderé muy rápido como usted.

_ Contesto ingenuamente.

_ Eres linda y dulce, mi pequeña niña, Pero te pido que no seas ingenua, cuando eres así todos querrán aprovecharse de ti, debes de ser astuta e inteligente en todo momento, yo no sé hasta cuándo podré acompañarte, Pero te enseñaré todo lo que sé, mi adorada preciosa.

_ Dice Melissa, con los ojos enrojecidos, jamás pudo ser madre, porque se mantuvo en el mundo de la mafia organizada, mató a sangre fría a todo adversario que se le atravesaba en el camino, Pero no pudo vencer a un cáncer a la sangre, luego de arrepentirse por todo lo que hizo, se refugió en la iglesia para hacer penitencia buscando perdón de Dios.

_ Los años pasaban, exactamente ocho años, ese día fue doloroso para mí, perdí a mi mentora a mi mejor amiga, se fue muy tranquila dejándome un legado de mucha sabiduría, Melissa se fue por un cáncer a la sangre, prometí ser una gran mujer de bien y emplear todo lo aprendido para ser insuperable.

Por otro lado, desde que estoy en la parroquia, mis padres adoptivos no me maltratan, solo me miran con desprecio, he escuchado que planean comprometerme, con un hombre mayor, él es un empresario viudo con dos hijos, de seguro quieren que sea la niñera, Pero se equivocan, jamás haré algo que no deseo.

Me gusta Pedro, sé que es mi hermano político, Pero no puedo evitar que me guste y él no es indiferente a ese sentimiento, Pero eso ha conllevado a que su hermana y amiga sean duras conmigo, aunque yo sé defenderme, Pero no puedo evitar sus insultos.

Joel es un buen amigo de Pedro, es una linda persona que me trata bien, muchas veces me ha regalado dulces y muñecos de peluche, no sé que sentimientos tenga por mí, Pero me da mucha pena no saber corresponder ese sentimiento que tiene por mí, ya hay otra persona en mi corazón.

Un día Claudia, me amenaza exige que me aleje de su novio, ignoro sus amenazas, para mí solo es válido su expresión de amor de Pedro hacia mí.

Transcurrieron dos años, ya tengo dieciocho años, con una doble titulación para orgullo del párroco Luis Blume y de mi segunda madre Alma, se preguntarán, ¿Cómo una joven a su corta edad tenga una doble titulación?

Bueno, fueron ocho años y doce horas diarias, aprendiendo de mi mentora, por tal motivo, cuando acudi a la universidad, ya tenía todos los conocimientos de las carreras universitarias y fuí escalando paulatinamente.