Atracción De Polos Opuestos

¿No podías simplemente salir e irte?-- me reprochó.

- ¿Olvidas dónde estás?-- le pregunté sorprendido por su queja.

-Si, lo sé, no soy idiota, pero igual ¿no podías simplemente irte?-- insistió.

- ¿y por qué habría de irme, y dejarte a ti, aquí sola en mi empresa?, ¿estás loca? Mejor explícate antes de que llame a la policía -- la amenacé.

- No creo que seas capaz de hacerlo -- me retó, entonces metí la mano en el bolsillo de mi pantalón, ignorando el hecho de que la tenía sobre mí.

Agarré mi celular, lo desbloqueé y me fui directo a buscar el número de la policía, ella había permanecido calmada hasta que escucho el repique de la llamada, ahí todo se descontroló, la operadora se escuchó al otro lado de la línea, mientras sentí sus labios sobre los míos.

📞- Aló, emergencias, en qué puedo ayudarle--

No podía responder, tenía los labios de aquella chica, devorando los míos, sin darme la posibilidad de hablar o tan siquiera reaccionar, después sentí como me quitó el celular, se apartó de mi y habló.

📞- Lo siento, marqué por accidente, disculpe agente -- finalizó y colgó la llamada.

-¿Viste lo que me hiciste hacer?-- me reprendió, y ya me sacó de quicio.

La tomé de la cintura y la levanté sin hacer mayor esfuerzo, la puse a un lado y luego me levanté, no sin antes arrebatarle mi celular que aún lo tenía en sus manos.

- Estás mal de la cabeza, primero, fuiste una grosera, luego te me metiste al baño a pedir disculpas, finalmente decides invadir una propiedad privada, y no quedando conforme con eso, me besas y me culpas, que hermosa actuación me estás dando, toda una dama -- le dije con sarcasmo.

- Te luce estar enojado, así no te ves tan soso y aburrido -- hizo el comentario.

- No se si eso es un insulto o un halago, pero por ahora no quiero descubrirlo, necesito que te vayas de una buena vez -- ella dió dos pasos hacia atrás, su expresión fuerte y segura, se esfumó.

- No creo que pueda irme, no por hoy, ¿puedo quedarme aquí una sola noche?, prometo no tocar nada-- dijo y se me hizo aún más extraño.

- ¿que pasa? ¿porque no vas a tu casa?-- le pregunté, ella dudo un rato, antes de responder.

- Sucede... Sucede que... Yo tengo-- corrigió -- tenía un novio, hasta ayer, ya vivíamos juntos, se volvió muy violento y me golpeó, nunca lo había hecho, por eso lo dejé y recurrí a mis padres, ellos hablaron con mi hermana para que me diera trabajo, y reaccioné así porque estoy bajo mucho estrés -- me contó.

- y eso que tiene que ver qué no puedas volver a tu casa-- ella agachó su cabeza.

- por qué el también tiene llaves, aún no he podido cambiar las cerraduras de la puerta, por eso tengo miedo de regresar allí-- finalizó.

Esas palabras me hicieron recordar un poco a la situación que vivió mi mamá Alejandra, con el asesino de mis padres y un poco de ira acumulada salió a flote, y que no sabía que aún tenía, según yo, ya había superado ese pasado tan traumático, pero al parecer estaba equivocado.

- y tú hermana ¿por qué no le pediste ayuda a ella?-- ella negó.

- No podía, ella aceptó devolverme al trabajo si no la molestaba más, y eso estoy haciendo, y si vas a preguntar por mis padres, ahorrátela, ellos ya son mayores, no quiero preocuparlos-- finalizó.

Pasé las manos por mi cabello hasta desordenarlo un poco, nunca me había sentido fuera de mi zona de confort, ni nunca, nadie a parte de Duvan, había invadido mi tranquilidad.

- Mira, solo te puedo decir, que aquí no te puedes quedar, mi empresa no la voy a coger para hacer actos de caridad-- ví la resignación en su mirada, entonces la tomé de la mano y la hice caminar conmigo hacia la salida, ella no opuso resistencia-- te quedarás está noche en mi casa, pero solo por esta noche, asi que será mejor que mañana muy temprano vayas y soluciones tu problema con la cerradura -- ella sonrió y movió su cabeza de arriba abajo, afirmando a mi pedido.

- Muchas gracias de verdad, yo sabía que no eras tan idiota como te ves-- me dijo y yo volví a mirarla

- Mejor cállate, o me voy a arrepentir, cada vez que usas tus labios, son para crear desastres -- ella mordió su labio inferior, yo desvíe mi mirada enseguida, no podía entrar a ese juego de miradas con una mujer como ella.

- Está bien, pareces un viejito de 80 años, todo te molesta, todo te irrita, y eres muy guapo para ser tan cascarrabias -- siguió parloteando.

- ¿no piensas callarte?-- volví a insistir.

- Lo voy a intentar, pero no te aseguro nada-- yo negué con mi cabeza y decidí caminar más rápido que ella, dejándola rápidamente atrás, sus piernas cortas no le permitan igualar o mantener mi paso, cuando menos me di cuenta la vi correr hasta lograr alcanzarme.

Llegamos al parqueadero, me subí a mi auto y ella hizo lo mismo, se subió, y acomodó su cinturón de seguridad, sin decir ni una sola palabra me puse en marcha, conduje un buen tramo, hasta que llegué al edificio donde estaba viviendo en compañía de mi molesto hermano gemelo, la propiedad la compré yo, pero invité a Duvan a vivir conmigo, el ha sido muy desordenado con sus finanzas y no ha logrado ahorrar para comprarse su propio lugar, pero no es tan malo, de hecho me gusta vivir con el, odio sentirme tan solo, y aunque sea muy fastidioso a ratos, y mi casa parezca un motel por todas las chicas que trae y que muchas veces no me deja conciliar el sueño por el ruido que hacen, aún así, no cambiaria nada.

¡Wow! Es un lindo lugar -- comentó mirando hasta el punto más alto del edificio, mientras el auto avanzaba.

- Si, lo es, siéntete privilegiada, serás la primera mujer que traigo a mi apartamento, además, será la primera y última vez que vengas acá, no se te vaya a hacer costumbre -- le advertí y ella puso mala cara.

- Por supuesto que no, tampoco pensaba volver, es desagradable estar en un mismo lugar que tú -- respondió con altanería.

- ¿Entonces que haces aquí?, supongo que tienes más opciones -- le dije y ella guardó silencio, comencé a avanzar al interior del edificio, dejé el auto en el parqueadero, nos bajamos y nos dirigimos al ascensor, en ningún momento se separó de mi lado.