ENVOLTURA DORADA DE CHOCOLATE (Omegaverse)

"Tiene muy buenas proporciones para su altura, son las proporciones ideales para un artista que busca un modelo perfecto"

"Una escultura, definitivamente una escultura"

Con su contagiosa risa, el doctor halagaba maravillado las buenas proporciones del alfa a quien conocía desde pequeño.

Puesto que lo vio crecer, se sentía orgulloso de que aquel pequeño niño se haya convertido en un hombre tan bien parecido.

"¿Cuál es mi estatura?"

Bueno, crecer también significa cambiar, como el cambio en la voz que ya no se parecía a la de aquel pequeño y tierno niño.

El propósito de Elián al venir a una revisión con el doctor de la familia Dumont, era saber su estatura exacta, deseaba oír que había reducido ese solo centímetro que lo separaba de la estatura ideal que le gustaba a Neo.

"Un metro noventa y ocho centímetros", elogió el buen doctor.

"Es bueno para un alfa tener una buena estatura, lo hace ver más confortable, ideal para proteger a su familia y mostrarse seguro"

"... Espere un momento, ¿un metro noventa y ocho?, ¿fue eso lo que dijo?", irrumpió Elián las palabras del doctor.

"Así es"

"¿No es un error?, ¿sería posible realizar la evaluación otra vez?"

"No se preocupe, mis estudios nunca fallan, sino, no sería el doctor de la familia Dumont", dijo sonriente el doctor.

Ese centímetro que deseaba reducir, aumentó a seis centímetros, estaba muy fuera del rango de altura que Neo dijo que le gustaba.

"... Doctor"

"¿Existe alguna manera de acortar mi estatura?"

"... ¿Disculpe?"

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"Te ves tranquilo"

"Sí"

"Supongo que las pesadillas ya no te afectan demasiado a pesar de que volvieron"

"No son regulares, reducieron conforme pasaron los días"

"Aun así, las pesadillas volvieron porque viste a ese alfa, ¿no es así?"

"Así es"

En la terraza de una cafetería, Neo se encontraba reunido con una bella mujer de unos cuarenta años aproximadamente.

Neo la apreciaba mucho, fue la persona que lo ayudó a sobrellevar todo ese trauma causado por aquel incidente.

Ella era su confidente, su amiga, ya que existía una parte de la historia que Neo omitió de sus padres y de su médico cuando sucedió aquello.

No pudiendo soportar más esa carga abrumada por las pesadillas, Neo buscó ayuda por sí mismo, sabía que necesitaba ayuda psicológica para continuar con su vida, y encontró esa ayuda en la doctora Stuart.

Aunque Neo no cumplía la mayoría de edad en ese tiempo, la doctora Stuart hizo una excepción con él cuando lo vio desesperado, sin el consentimiento ni permiso de sus padres, fue difícil comenzar con su tratamiento, más lo hizo de igual forma.

"El hecho de que no te vieras tan afectado cuando volviste a ver a ese alfa, significa mucho, incluso las pesadillas que habían vuelto reducieron"

"Lo sé, es diferente a esa vez", afirmó Neo.

La última vez que vio a Elián, fue en la graduación de secundaria, en ese momento solo sintió odio y repulsión al verlo rodeado de esos tipos.

"Es como dije en ese momento, esperas oír algo de él, lo esperabas en ese tiempo y ahora también, pero no lo oirás a menos que ese alfa sepa lo que pasó"

"Todas esas preguntas que te hiciste sobre él, solo se resolverán si oyes las respuestas de él mismo", habló la doctora Stuart y bebió de su taza de café después.

"Así que, ya no lo odies tanto"

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No odiarlo tanto

No odiarlo tanto

Neo se repetía esas palabras en su mente, tal como dijo la doctora Stuart, era bueno para él resolver ese problema y preguntas que tenía sobre Elián, resolverlo significaría cerrar una parte pendiente de su tratamiento.

Le agrade o no el alfa, siempre era bueno conocer la verdad.

No obstante, no podía dejar de pensar que cayó en la mira de esas personas por la atención que recibió de Elián en secundaria, el alfa lo molestaba tanto que terminó por llamar la atención de personas incorrectas.

Fue por eso que su odio fue dirigido también a Elián, además, esos tipos no dejaban de decir que fue gracias a Elián que descubrieron a alguien interesante.

La doctora Stuart solía siempre decir que no podemos controlar los actos de los demás, que ser cercano a alguien no te hace responsable de las acciones de la otra persona.

Un joven Neo en ese momento, no lo entendía y encontraba culpables a todos.

Y aunque ahora era diferente, después de todo, cambiar los pensamientos es más fácil que cambiar los sentimientos.

Como todos los días, Neo caminaba de vuelta hacia la parada de autobús, solo que esta vez tenía un leve dolor de cabeza por pensar demasiado.

Ya cuando estaba por llegar a la parada, una gran sombra lo cubrió bloqueando su camino.

Al levantar la vista, se encontró con el radiante alfa de quien había estado pensando hasta hace unos minutos.

"Hola"

Después de saludar, Elián quien apareció de improvisto, se puso al lado de Neo para caminar juntos hasta la parada de autobús.

"La vez anterior fui de mucha utilidad, pensé que tal vez alguien podría necesitar mi ayuda", se excusó Elián refiriéndose a esa vez que ayudó a cargar una bolsa de compras.

Neo solo observó al alfa mientras caminaba, al igual que las demás personas que transitaban por el lugar.

No era extraño que Elián llamara la atención, pero, esta vez, era su manera de caminar la que era interesante.

"Hoy es un buen día, el clima es agradable..."

Antes de que pudiera terminar de hablar, Elián detuvo sus palabras al oír una leve risa junto a él.

Neo cubría parte de su rostro tratando de aguantar las ganas de reír.

La razón, la manera tan particular de caminar de Elián.

El alto alfa mantenía la espalda encorvada y las rodillas ligeramente dobladas.