Casado Con Lucifer (M-preg)

Mientras iba de camino a casa toda mi valentía se fue mis piernas comenzaron a temblar y mi mente digo vagaba pensando en qué rayos era esa cosa, dijo que tenía claro era que él no era humano y que mi amigo o más bien mi enemigo Matías había hecho algo en mi contra, ya que era imposible que con solo un trago me emborrachara y perdiera la conciencia hasta el punto de casi no recordar nada, así que luego de superar mi temor por lo que había acabado de ver la ira apodero de mi cuerpo y fui a la casa de Matías, en cuanto llegué toque la puerta una y otra vez con enojo, pero nadie respondió ni abrió así que lo único que pude hacer fue buscarlo en la empresa de su padre, en cuanto llegué allí lo vi estaba muy feliz hablando con la persona que había organizado aquella fiesta yo aproveché que estaba distraído y entré me acerqué lo suficiente como para escuchar su conversación y luego me quedé en silencio escuchando lo que ellos decían:

- así que ya recibiste la recompensa?

- Sí ya me pagaron, ¿por qué me pediste que le pusiera eso en el trago?

- Bueno en realidad ese tipo ha estado molestándome así que para molestarlo también hice mi fiesta en su bar, guantes investigué todo sobre él y me enteré de que odia que las personas se le acerquen y aún más que le coquetee en especial si se trata de un hombre por eso, ya que tú querías vengarte de tu amigo aproveche esta oportunidad para joderle la existencia al menos por un rato a ese estúpido Lucifer.

- Bueno al menos fue un buen trato.

- ese gustado ver la cara de ese estúpido cuando se levantó junto a un hombre.

- se nota que odias mucho a Lucifer.

- ya que es estúpido se llevó a todos mis clientes, cuando él llegó y abrió ese estúpido bar el mío se fue a la quiebra, además me restregó en repetidas ocasiones el hecho de que él era mucho más exitoso que yo por eso me enojé así que sin pensarlo mucho investigué todo lo que pude sobre él y averigüé unas cuantas cosas que le disgustaban entre esas que los hombres del mismo sexo le coquetearan, por eso necesitaba a alguien que hiciera ese trabajo y aparecieron muchos, pero cuando se acercaban a Lucifer él ni siquiera les hablaba y los ignoraba ellos obviamente eran muy orgullosos y por eso se iban rápidamente y no insistían más arruinando por completo mis planes.

- Y tú aprovechaste que ayer yo estaba hablando mal de mi amigo y me hablaste sobre aquel divertido plan y obviamente yo aproveché ya que el dinero que me diste no me cayó para nada mal.

- Y qué planeas hacer con tu amigo cuando se entere de lo que hiciste?

- él es un estúpido, siempre cede ante mis peticiones y si me hago el débil seguramente se apiadará de mí además creo que él dude de mí.

- Jajaja tú sí que eres un desgraciado total pero bastante útil.

- Ah ya deja de halagarme mejor Invítame a tomar un trago.

- está bien te invitaré un trago siempre y cuando prometas que seguirás ayudándome hasta destruir al desgraciado de Lucifer.

- puedo ayudarte pero no vamos a poder contar con Javier.

- puedes volverlo a drogar y problema resuelto.

- y tú vas a drogar también a Lucifer porque según recuerdo quién le puso la droga al tipo para que quedara inconsciente fui yo.

¿- piensas que el tipo fue tan fácil de drogar?

-...?

- pues no fue así, el tipo resiste las drogas, cuál es bastante extraño y me hizo el trabajo mucho más difícil, sin embargo, en una tienda casi desconocida encontré a un tipo que me ayudó a conseguir una extraña hierba la cual puse en su comida y esta funcionó la verdad no sé ni siquiera qué diablos era, pero cumplió su trabajo.

- sí que lo que puse en su bebida no funcionó?

- sí y no.

- no entiendo.

- Bueno lo que le pusiste en el vaso detono las propiedades de la hierba y eso hizo que él perdiera la cordura por un rato.

- así que eso fue lo que sucedió.

- y como sabes luego pues lo guiamos a su habitación donde ella se encontraba tu amigo inconsciente y pues el resto ya dependió enteramente de ellos.

- Bueno al menos Javier me ayudó a ganar algo de dinero.

- lo único que te importa, ¿no es así?

- algo así.

cuando terminaron la conversación yo quedé petrificado todo lo que había escuchado, jamás pensé que Matías fuera tan malvado en especial con alguien que solo había tratado de ayudarlo y acompañarlo, en ese momento yo no tenía ganas ni siquiera de vengarme, mi ira desapareció lo único que quería era alejarme lo más que pudiese de ese tipo y del demonio con el que me habían involucrado.